domingo, 29 de enero de 2012

Esas incómodas verdades

Sí, es cierto, te mentí. Mi mayor interés era estar contigo, nada más. Tal vez esa preocupación exagerada estaba basada principalmente en las ganas de que no te fueras nunca. De que no me abandonaras. Pero, no por un cariño fraterno.

Era, más bien, deseo de tenerte a mi lado.

No soltarte. Que no te fueras de mi vida. Eso era. Egoísmo puro, podrás pensar. No, personalmente lo veo como un deseo irrefrenable de  no perder esa pequeña, mísera, inexistente, pero a la vez indestructible luz de esperanza que rodeaba todo esto.

Esperanza de algo mejor, de algo sin final, de algo sin dolor, sólo felicidad. Esa es la verdad, nada de adornos, esa es la realidad. Eso es todo. Un poco tarde, no crees?

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