Más que un sueño, eso es lo que parecía. Me encontraba en el Centro, dentro de una tienda (al parecer de videos) que estaban en oferta, liquidación. Luego entrabas tú. Me saludabas como amigos, pero te decía que no había problemas y nos besábamos. Había alguien más que no viene al caso, pero ella decía lo bien que nos veíamos juntos.
Luego nos vamos de ahí y caminamos, era una felicidad plena, un convencimiento de que si las cosas hubiesen sido, un mínimo diferentes, así es como serían. Íbamos en dirección a una pensión, allí es donde vivía junto a otros chicos. Eran amigos míos, pero nunca, en esta realidad al menos, los había visto. Me saludaban con mucha efusividad y tú, te sentabas en mi cama. Esperabas a que hiciera las maletas: nos iríamos a vivir juntos. Frase que no alcancé a terminar pues desperté.
Me desperté con ganas de seguir en ese mundo. Todo era bueno, todo era... como debió ser, sin cometer errores, pasar por situaciones incorrectas: nada de eso, éramos tú y yo, como tenía que ser. Me sentía sin ataduras, culpas, maduro, todo era... perfecto. Era un sueño, de esos en los que sientes la piel de la otra personas, sientes su olor, su presencia, su cariño. Y todo ese conjunto de cosas solamente te hace dudar de las decisiones que tomaste en todo este tiempo, respecto a todo.
Ojalá sea de esos sueños que suelen tener segundas partes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario