Era tarde. No sé porqué lo hice. Tal vez tenía rabia de que no te dieras cuenta que también hacías lo mismo. Ataques sin sentido que también me dabas. Y eran constantes. Tal vez tampoco te diste cuenta como tampoco me di cuenta yo.
No sé si alguna vez te llegaré de nuevo a decir si quiera hola. Pero al menos, ten por seguro que al final de todo esto lo único que deseo es que no me odies, como tantas veces te dije al oído cuando sabía que inevitablemente la única forma de estar separados era esta.
Finalmente, sé que ya no soy parte de tu vida y me has olvidado. Ten por seguro entonces también, mi pequeña, que así como te pido disculpas, es como desaparezco y no me verás más. Como alguna vez también te dije, estaré en tu vida sólo hasta cuando tú quieras. Y eso, ya pasó.
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