miércoles, 24 de julio de 2019

Consejos de buena crianza

Todo el mundo me dice que tengo que tener paciencia, que con el tiempo la otra persona se dará cuenta todo lo que valgo, que solamente tengo que esperar. Y dentro de mí, me pregunto, ¿es justo que deba esperar?, tal vez es mejor que yo haga algo... NO, me dicen, porque básicamente no hiciste nada para que se alejara, y cuando la gente se aleja por sí misma, vuelve por sí misma... creo.

No sé, pero todas las personas son diferentes (novedad), y cuando alguien cree tener toda la razón, y piensa que lo que ha hecho es correcto, es complicado que vuelva a decir "vaya, sí, le he líado, voy a reconciliarme...", reconciliar. La palabra reconciliación, que no sé si entra en su diccionario.

Me siento bien que el resto de quienes me rodeen le tengan tanta fe a la capacidad de reconciliación de la otra persona, pero para mí, siento que sí debo hacer algo... incluso sería más fácil si le hubiese hecho algo a dicha persona... lamentablemente no es el caso.

Por ahora, los tomo como consejos de buena crianza y los agradezco, pero la fe que yo pueda tener cada vez que me lo dicen decae día tras día.

lunes, 11 de febrero de 2019

Expectativa

Desde pequeño, nunca he querido ser una molestia para nadie. No quiero que la gente piense que soy un "cacho", no me gusta molestar o sentir que sobro. Cuando eso pasa, sólo siento dolor y me da miedo que me odien, pero no en el sentido de detestarme hasta las entrañas o no ser querido, sino que en que yo sea una molestia tan grande que se quieran deshacer de mi presencia.

No me gusta y me duele. Yo desearía tanto que el amor ayude a solucionar todo, pero quizás eso no es suficiente. Nunca nada es suficiente, aunque uno se esfuerce mucho por otros, no es suficiente, porque siempre existen las expectativas, incluso si tengo buenas intenciones, me evalúan, y eso duele.

Yo no quiero ser mala persona, simplemente quiero ayudar, pero si no cumplo lo que la gente espera de mí, ¿cómo no sentir dolor?, ¿por qué me quieren alejar de su vida?, ¿por qué no quiero más?

Me siento colapsado, siento que si me pasa una cosa más no podré resistirlo, no quiero más, no puedo más, no siento que merezca tantas recriminaciones, que me digan que soy un problema... sobre todo si no hice nada malo, no siento haber hecho algo malo.

Quiero que el alma se me salga del cuerpo, quiero abandonarlo todo, no siento fuerzas para seguir, porque son demasiadas cosas juntas, seguidas, no lo soporto... pero lo que menos soporto es el dolor que me provoca el hecho de que me digan que soy un problema, ¿por qué será que hay quienes siempre sienten que las otras personas deben cumplir sus estándares y parámetros?, ¿no es importante también la contención, un abrazo, un "todo saldrá bien", aunque esa otra persona que te apoya esté también deshecha por dentro?

Yo di lo que pude, quizás solamente extendí mi estadía acá un tiempo más, pensé en algún momento sentirme pleno, bien, y mirando hacia el futuro, pero no, no sé si puedo más... si al menos de verdad fuera culpable de algo, si de verdad hubiera hecho algo malo, pero siento que solamente hice lo mejor que pude y no fue suficiente. Es todo. No fue suficiente, ¿es por eso que merezco ese tipo de trato?, ¿no soy o fui acaso lo suficientemente valioso en su momento como para no tratarme de esa manera?

Siempre entiendo a las otras personas, las comprendo, estoy ahí, pero ¿saben realmente éstas lo que siento?, no, no saben... lo oculto, por ellas, por esas personas, lo hago porque entiendo, comprendo, quiero que estén bien, no que yo esté bien; solamente quería ser comprensivo y hasta por eso pagué, no sé si es justo, no sé lo que es a estas alturas ni siquiera la justicia. 

Vivo en constante zona de inconformidad, y nadie lo sabe, ni lo intuye, porque me ven seguir adelante, porque nunca reclamo, porque me aguanto todo con tal de no ser una molestia para nadie... lo que dije al principio, con tal de no molestar no diré si voy incómodo sentado en un auto o si quisiera haberme ido a vivir fuera del país, pero preferí estar con mis seres queridos... 

Siento que perdí todo, hasta mi ego. Mi alma me dice que si recibe una pena más, me abandona. Una pena más y dejo de tener esperanza, dejo de querer existir. No sé qué hacer, necesito me digan qué hacer, en unos días más quizás yo mismo tome conciencia y pueda seguir por mí, pero ahora eso no lo sé.

Porque una cosa que sí me dijeron en este último tiempo era lo valioso que soy. Un gran amigo me lo dijo; que no me podía achicar ante nada porque soy buena persona. Buena persona. Me lo dicen tanto, porque me preocupo de aquellos que me importan, porque perdono, porque aunque me enoje ahí estoy, porque jamás trataría mal a alguien gratuitamente, porque doy lo mejor que puedo, aunque no sea suficiente.

Sí, no cumplo las expectativas de toda la gente. Lo siento. Soy humano. Y ya no puedo más del dolor, una cosa más y no volveré a estar más.

jueves, 18 de octubre de 2018

Sin Dormir

Una noche sin dormir. Literalmente. No poder conciliar el sueño, debe ser una de las peores situaciones que existen. Desesperante, diría. Agobiante, de todas formas.

Al otro día, tu cuerpo se siente sin descanso, no responde igual, tú no hablas igual, no piensas igual, no hilas las ideas como siempre. Es desesperante. Dan ganas de no vivir más.

¿Exagero?

Lo más probable, es que sí. Pero, cuando el no dormir va de la mano con la angustia, con el límite entre el pánico y la desesperanza, créeme que va más allá de una simple noche en vela.

Pero, antes de "despertar", media hora antes de levantarme, tuve un sueño. Sí, hoy dormí media hora (que para el caso, es lo mismo... supongo). Y ese sueño fue muy tierno, y casi despierto llorando.

Mi corazón no está dando más... algo me carcome y no sé qué es.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Límite

Estar al límite es querer decir: "no más". Es querer salir de tu cuerpo y gritar "basta". Es sentir una opresión en el pecho, un dolor que solamente se puede saciar con lograr expulsar esa rabia que yace en ti.

Eso es estar al límite.

No aguantar más el dolor, la pena, la rabia, la impotencia de no poder solucionar las cosas, eso es el llegar a un límite. Sentir ese impulso animal de arrancarte del universo, de dejar de existir, de transformarte en un nervio viviente, con los sentimientos a flor de piel, con ganas de destruir todo por lo que alguna vez peleaste...

Eso es estar al límite.

Que la vida no da para más. Que la existencia no da para más. Que la pena no da para más. Que ese dolor, transformado en rabia, pura y sin filtro, no te deje respirar. Ese lado animal, salvaje, aflora de repente desde tu alma para comandar cada momento y decisión. No te reconoces en el espejo.

Eso es estar al límite.

La pregunta clave es, ¿hasta cuándo estarás al límite antes de despertar?

Despierta. Levántate. Actúa.

domingo, 12 de enero de 2014

Echar de menos...

Extrañar a alguien, para muchas personas, significa necesitar a esa persona para seguir viviendo o volverse dependiente de esa persona... pero no. No es eso exactamente. Es la manifestación de cuánto quieres a esa persona en tu vida, no como un apoyo solamente... si no que tenerla para quererla y que te quieran.

Extrañar a alguien es la manifestación más pura de lo que simplemente significa el amor. Recordar lugares que visitaste con esa persona, momentos que compartieron o esas conversaciones o consejos, son parte del querer. Recordar la risa de esa persona, su voz, sus manos tocándote.

Eso debe significar querer.

Y echo tanto de menos. Extraño mucho. Tal vez esa persona también me eche de menos. No lo sabré con palabras... quisiera saberlo con acciones. Quisiera volver a, aunque sea un instante, abrazarla.

Los que echamos de menos de esta forma tan simple y pura, solemos no pedir demasiado, ¿sabes? Un abrazo y un te quiero...

sábado, 11 de enero de 2014

Vaiven

En ese preciso instante en que volvió, todo cambió. Fueron sólo unos días, pero sentí que era feliz otra vez... pero nuevamente, se fue.

Un sentimiento que va y viene. No sé qué más hacer, estoy perdido. A veces, siento que simplemente debería desaparecer. Soy el factor que sobra. Tal vez, eso haga. Así, esto no seguirá pasando nunca más.

Sí. Quizás lo haga. Quizás desaparezca... o tal vez solamente seguiré soñando.

viernes, 10 de enero de 2014

Amargo

He tenido cumpleaños raros. Otros buenos. Pocos inolvidables. Pero el alguna vez tuve uno... Amargo.

Todo por pensar en cosas que ya no puedo (o siento que pueda) resolver. Personas que se alejan y quizás no vuelvan (siempre pensando en el tal vez...) y saludos que ya no hay.

Es inevitable que te afecte. Aunque debas fingir ante todo el mundo de que estás bien, que te sientes feliz por su atención, por sus regalos, su cariño cuando sabes que hay un cariño, que ya no está... Y eso duele.

Cuesta imaginar que haya situaciones que calen tan profundo en la vida. Me encantaría ser como el resto que no le importa nada, que deja pasar, que sigue adelante... Yo sigo adelante, pero con dolor.

Escribo acá tranquilo, porque sé que mis palabras quedan en nada. Nadie le importa. Y será así incluso dejando esto tirado, que deje de escribir, que deje de existir... Porque para todos la vida es más fácil. Es leer y seguir. Nada más.

No puedo más de amargura. Y a nadie más le importa...

lunes, 6 de enero de 2014

Cuento: Posibilidad

Por fin las tengo en mi poder. Están frente a mí. Tengo suficientes como para desaparecer para siempre y no volver a molestar a nadie más. Son la dosis justa para que nadie pueda intentar salvarme. Será lento y anestesiante. Un final que no merezco. Debería ser uno intimidante, castigador. Como todo lo que me pasa. Un castigo que merezco tener.

Pero es la única salida que tengo. Es la dosis que necesito para irme. Para que todos quienes me odian, aborrecen, desprecian por fin griten ¡victoria!, hemos vencido. Aunque fui derrotado en vida, es bueno morir para completar el circulo.

Tengo la tira lista, el agua también para facilitar el proceso. Aunque, si quisiera lograr algo con mayor destrucción y eficacia, utilizaría aguardiente o algún otro espirituoso. De esa forma, lograría un shock inmediato. Uno cardiaco, tal vez.

Eso que ansío tanto tener.

Pero no. Creo que lo haré anestesiándome. Eso necesito, anestesiarme de todo lo que me rodea, olvidar de la mejor forma posible: caminando hacia la nada. No sé si tomarlas de a una o varias a la vez. Debo evitar, bajo cualquier circunstancia que logren salvarme. Debe ser limpio. Debe ser cuidadosamente hecho. Debe ser inteligente.

Debo ser hábil.

Lo único malo será que no tuve la oportunidad de despedirme. ¿Qué importa eso ahora? Sólo hay que despedirse de aquellos que quieren ser informados de eso. 

Las tomaré de a poco hasta desvanecerme. Me rindo. Ganó la vida...