lunes, 10 de octubre de 2011

Se fueron

Camino desde la clínica, me faltan muchas cuadras por llegar, pero es la mejor forma de volver, oagar un taxi sería un absurdo, aunque sean cuadras de campo. Comienzo a reflexionar en cómo llegué a ese estado, en porqué estaba en este punto que jamás pensé estar. Sigo caminando, está nublado y estoy cansado. Seguía pensando y me cansaba aún más.

En una esquina me detuve. Me agaché y pensé en el dolor que tenía y que ya no podía guantarlo más: tanta gente que he perdido, tanta gente que se va y no vuelve jamás, tanta gente que no confía en mi, que piensa que le tengo rabia... porqué?

Esa actitud de mierda, esa que me carcome a veces. No sém si volver acercarme, si buscarlos si... no. No vale la pena. Me senté y miré hacia el cielo buscando la respuesta en cómo llegué a esta forma. No sé si hago lo correcto. No sé si debo seguir en esto. No sé cuándo volverán esos días de conversaciones infinitas, esos días de salidas estrepitosas, de salidas al cine, de mensajeos infinitos, de tecleos sin fin, de "tratar de cambiar al mundo".

Todo se acabó. Todo se pudrió. Y ahora, no hago nada. Sólo camino por estas calles sin saber si llegar o no. Carencia?, no. No hay de qué tener carencia cuando ya no se tiene.

sábado, 8 de octubre de 2011

Parecía una realidad paralela

Más que un sueño, eso es lo que parecía.  Me encontraba en el Centro, dentro de una tienda (al parecer de videos) que estaban en oferta, liquidación. Luego entrabas tú. Me saludabas como amigos, pero te decía que no había problemas y nos besábamos. Había alguien más que no viene al caso, pero ella decía lo bien que nos veíamos juntos.

Luego nos vamos de ahí y caminamos, era una felicidad plena, un convencimiento de que si las cosas hubiesen sido, un mínimo diferentes, así es como serían. Íbamos en dirección a una pensión, allí es donde vivía junto a otros chicos. Eran amigos míos, pero nunca, en esta realidad al menos, los había visto. Me saludaban con mucha efusividad y tú, te sentabas en mi cama. Esperabas a que hiciera las maletas: nos iríamos a vivir juntos. Frase que no alcancé a terminar pues desperté.

Me desperté con ganas de seguir en ese mundo. Todo era bueno, todo era... como debió ser, sin cometer errores, pasar por situaciones incorrectas: nada de eso, éramos tú y yo, como tenía que ser. Me sentía sin ataduras, culpas, maduro, todo era... perfecto. Era un sueño, de esos en los que sientes la piel de la otra personas, sientes su olor, su presencia, su cariño. Y todo ese conjunto de cosas solamente te hace dudar de las decisiones que tomaste en todo este tiempo, respecto a todo.

Ojalá sea de esos sueños que suelen tener segundas partes.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Es de paso

Así soy con ella. Siempre siento lo mismo, el mismo cosquilleo, la misma tensión... como si los dos desearamos algo. Yo estoy seguro, por mi parte, que sí...

Nunca estaré seguro si alguna vez probaremos lo que tanto deseamos.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Dime si...

Alguna vez me viste como persona.

Alguna vez me quisiste.

Alguna vez me besaste pensando solamente en mi.

Alguna vez te proyectaste conmigo.

Alguna vez me extrañaste.

Alguna vez pensaste en mi y nada más que en mi.

Alguna vez imaginaste estar a solas conmigo.

Si tus respuestas son no, entonces, definitivamente estoy perdido...

domingo, 25 de septiembre de 2011

Otra forma de morir

Existe otra forma de morir, además de la física. Esa que llaman la presencial, la espiritual si lo deseas llamar así.

Cuando comienzas a dejar de ser importante en los pensamientos de otros, cuando ya no te nombran, no te buscan, esas cosas.

Cuando notas que ya no encajas bien, cuando sabes que debes irte. Desaparecer de ese circulo que te cobijó pero que también está dejándote ir. Irme... desaparecer definitivamente, sin ser condenado de nuevo, sin ser juzgado de nuevo, sin ser apartado de nuevo, sin ser negado de nuevo, sin ser verdugo de nuevo, sin ser lastimado de nuevo, sin lastimar de nuevo, sin ser hiriente de nuevo... sin ser perdonado de nuevo.

Esa es la otra forma de morir, que nadie sepa nada de nadie. Y si me pasase algo y me tuvieras que decir, incluso, un "te odio" que no puede esperar?, qué dirías ante eso?

Nada... de nuevo.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

No entiendo

A estas alturas poco y nada estoy entendiendo. Creo que estoy tratando de entender, pero me quedo en las mismas...

Sé que he estado un poco errático ultimamente. Tal vez no he tomado muy buenas decisiones. Pero, no se puede negar que he tratado de enmendarme. Sin embargo, creo que ahora no me resulta arreglar las cosas. O sea, me resultó regarla, pero no arreglarla! No entiendo...

El caracter, está en arreglo.

domingo, 18 de septiembre de 2011

No la puedo mirar

Salimos un tiempo. Como amigos, cine, salidas típicas. Nunca les tomo mucho el peso, hasta que me di cuenta que el nivel de confianza podía crecer entre los dos. Pero, este tipo de cosas las cuales no se piensan terminan de la misma forma: sin pensar.

Se acabó algo que ni empezó, en cierta medida ni siquiera sé si podría ser algo que sirviera. Ella sigue siendo amable, pero no la puedo mirar. En cierto modo, tampoco hablar. No le hice nada, ni siquiera peleamos, nada más alejado de la realidad, es tan solo que...

No no más. Prefiero que siga bien por su lado, yo por el mío y listo. A veces hay situaciones que re poca explicación ameritan y este es el caso. Ojalá te vaya bien... ojalá.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Em:paredado

Día 1: Miro desde mi ventana y sólo puedo observar los resultados de mi construcción. Esa pared es indestructible, nadie puede traspasarla. Traté de que fuera durísima, así nadie me volvería a molestar. Naide intentaría saltarla. Nadie.

Día 15: Han pasado varios días desde que la instalé y nada ha sucedido. He seguido tranquilo mirando el paisaje y viendo como ni siquiera intentan saltar mi muralla. En realidad, la ven y se alejan. Creo que la intención se logró. Supongo.

Día 26: El otro día creo que escuché algo desde mi pared. Pero al parecer fue el roce del viento y los arboles. Nada grave...; en todo caso, en vez de sentir temor sentí curiosidad, aunque fuera por un leve instante. Me hubiese gustado saber de quién se trataba. Pero no era nadie.

Día 45: Siguen observando mi pared y alejándose. Tengo ganas de bajar y probar qué los intimida tanto... ¿será la apariencia de mi casa? o ¿será mi pared? o acaso seré yo...

Día 67: Traté de saltar mi pared, pero era tan dura que no pude ni siquiera sostenerme. No pude aferrarme, nada. Y lloré. Porque me di cuenta que las personas que me querían ver también lo intentaron y no pudieron. Y también sufrieron. No sé como derribarla. No sé como salir de aquí.