viernes, 5 de noviembre de 2010

Me dieron ganas de escribirte

Quise saber de ti una vez. Eso fue hace unos días. Me dieron ganas de escribirte, para saber cómo iba tu vida luego de tanto tiempo que no te veo. Y también, iba a aprovechar de contarte cómo estoy yo, aunque obviamente sé que no te interesa saberlo demasiado, pero de todos modos lo iba a hacer, así te animabas a contestarme...

Pero me arrepentí....

Más que nada, fue porque tal vez te moleste, tal vez te incomode, tal vez te dé demasiado lo mismo, no sé. Y como no deseo sentir tanta incertidumbre, preferí dejarlo de lado.

Al menos por ahora...

De todos modos, si lo hago, será con la mejor de las intenciones. Quiero saber de ti porque siempre serás importante para mi. Hasta que me vaya por fin, hasta que desaparezca y todo empiece otra vez.

jueves, 4 de noviembre de 2010

A un matrimonio.

Hace unos días fui a un matrimonio. Mi naturaleza solitaria me llevó a ir solo. Ni siquiera hice mayores esfuerzos para encontrar una pareja (al par de personas que les pregunté, nunca más les mencioné el tema y una me dijo que no porque iban conocidos que ella detesta; tema aparte).

No hubo problemas, quería pasarlo bien y toda la cosa, solo... siempre solo. Pero asumido y sin ningún problema!, todo lo contrario. Pero, fue todo tan inevitable...

Las preguntas: "y su polola?", "y tu pareja?", "pero porqué andas solo si siempre andabas acompañado, hombre!".

Claro. Eso tal vez no sea tanto problema. Y no lo fue tanto porque, me estoy acostumbrando a estar así. Es que con las compañías que he tenido últimamente, creeme que he preferido andar así.

La cosa es que llegó el momento de la cena (la ceremonia fue realmente bonita, corta, pero bonita... además hace tiempo no iba a misa) y me empecé a sentir solo. Veía como todos conversaban con sus parejas y yo, pues nada. Comí. Callado. Solo.

Y empezó el maldito baile. Me quería ir. No puedo explicarlo, pero al final me vi parado frente a la pista mirando como todos estaban acompañados, menos yo. Y me sentí patético. Por desear estar acompañado, por estar ahí, por mirar, por sentirme como la mierda cuando no corresponde, por volver a sentirme un weón solo y triste como hace tiempo no me sentía...

Un grupo de amigos me invitó a bailar, emparejados obvio, pero me vieron ahí y me invitaron a una cerveza. Comencé a bailar y me sentí peor. No sé. Dejé la botella en una mesa, pesqué mi chaqueta y me vine a mi casa.

2 de la mañana.

Y volví a mi casa, me acosté y pensé en lo solo que estoy. En lo que bonito que sería alguien que "apañara" cada instante, me apoyara, me quisiera, se preocupara... pero no. Eso lo había suprimido estos meses para lograr objetivos laborales y objeté mis sentimientos, tanto los buenos como los malos y olvidé esta soledad que me abruma, pero que esa noche me recordó.

Dormí. No me trasnoché más ni me desvelé. Dormí. Y olvidé. Y seguí...

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Puros errores.

Vi una vez sus ojos tiernos queriéndome. Vi una vez sus ojos perdidos, buscándome, deseando que quisiera lo mismo que ella. Vi una vez como se sentaba en mis piernas queriendo confirmar nuestro amor.

Sentí como una vez me abrazó buscando el mismo deseo que ella sentía... Sentí como se encerraba conmigo para buscar ese beso furtivo que le negaba. Sentí como me buscaba para sentirse más mujer... aunque fuera solamente por palabras. Sentí como ella me besaba con pena de saber que no duraría nada...

Supe que me quería por su mirada, por su voz tenue y nerviosa, por su belleza que no podía creer que fuera mía. Supe que quería algo más por su boca, que he tenido tan cerca de mí un par de oportunidades. Supe que me quería cuando me buscaba, solamente ella me buscaba... me necesitaba, se preocupaba...

Quise creer esas actitudes de cada una de ustedes. Pero eran mentiras. Puros errores de mi parte, todo, todo eso lo fue, todo eso lo viví erroneamente...

Espero que se vayan. Se vayan muy pronto de mi y encuentre quien no me engañe, quien no me haga pasar por esto, quien me quiera, sin miedos, juegos o posesiones. Sólo amor sincero.

martes, 2 de noviembre de 2010

No pescas

Te hablo, te hablo, te hablo. Te busco, te busco, te busco. Pero, pareciera que realmente dejó de importarte lo que te diga, haga lo que haga. No sé, trato de ser ameno, pero ni eso.

Significa una cosa: Como me temía, el tiempo sigue haciendo estragos. Eso, sumado a tu poco interés (que se veía venir) se tradujo en esto: No me pescas.

Antes, hasta imaginaba que eras tú la que me buscaba. Puras conjeturas sin sentido, no podía andar más perdido en este sentido.

A futuro o nos olvidamos el uno del otro, o esto seguirá siendo un triste monólogo.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Tiempo después

Increíble como las cosas cambian. De seguro que cambian. Esos sentimientos que se juraban tan sólidos y eternos se van desvaneciendo o simplemente se van apaciguando. Pasa el tiempo, la vida va cambiando, los intereses también, las personas que conoces te alejan del pasado... siempre y cuando TÚ QUIERAS que eso pase, claro...

Usualmente, pasa.

Con suerte te acuerdas de alguien X. Aunque en el pasado hayas asegurado que era lo más importante para ti, que nunca ibas a dejarla sola... eso, aunque no lo quieras, pasa a ser mentira. Pasa a serlo porque existe eso que llamamos distanciamiento. Y no. No es solamente por ingratitud de un solo lado. Es de ambos. Algo sucede en las personas que sienten que ya no son parte de una vida como antes, aunque lo deseen.

Es una lástima que estas cosas pasen. Pero si, los dos, de verdad, en sus corazones se buscan, tal vez y sólo tal vez, las cosas mejoren y esa distancia que el tiempo se encargó de hacer crecer, disminuya.

Tal vez. Sólo tal vez.

viernes, 15 de octubre de 2010

Pensé que te gustaba

Esas miradas, esas preguntas. Definitivamente pensé que te gustaba. En medio de esa maldita tormenta pensé que querías tener algo. Me mirabas con ganas de que no fuéramos amigos, me hacías preguntas comprometedoras, querías saber si algo podía pasar.

Por eso jugué. Por eso me arriesgué. Pero llegó el temor. Siempre has tenido miedo, de mi? o de que te gustara tanto que no pudieras remediarlo... nunca me dijiste que te gustaba. Pero lo intuí. Con tus besos y tus caricias, lo adiviné.

Pero no.

Tuviste miedo de quererme demasiado. De que estuviéramos juntos y finalmente nos separáramos y nos pelearamos y nunca más nos vieramos... y al final me botaste... a alguien que estaba dispuesto a quererte tal cual eras y estar para ti siempre.

Cómo pudiste no haberte dado cuenta de que esto podía pasar... te quiero todavía. Pero ya no sé cuanto...

jueves, 14 de octubre de 2010

No se acuerda ni se acordará

Me hace reír el sólo hecho de que yo sí recuerde y ella, no.

Me hace sentir melancólico el sólo hecho de sentir que no estás en mi mente. Ni yo en la tuya.

No sé ni siquiera para qué intenté tantas veces que nos vieramos, que nos juntaramos o saber de ti... aunque fuera un poco. Tú con suerte recuerdas mis dos apellidos.

Qué manera de perder el tiempo y neuronas contigo, tus recuerdos y el poco cariño que decías tenerme...

miércoles, 13 de octubre de 2010

Me la imaginé

Te ha pasado que te imaginas a las personas más que conocerlas realmente?

Eso me pasa a menudo. Imagino que eras tierna, imagino que eras fiel, imagino que no me mentías, imagino que eras incondicional, imagino que te darías cuenta de a quién tenías al lado. Nada de eso pasó. De hecho, creo que pasaron todo lo contrario: Eras fría, inexistente, casi un flash.

Y por sobre todo, no valorabas nada. Eso, en el peor de los casos. En el mejor... todo eso me encantaba. Y era ciego. Y me seguía imaginando cosas. Es mejor imaginarte que sentir que no exististe jamás.