miércoles, 5 de agosto de 2009
UEN
Hoy escuché una genial analogía entre las Unidades Estratégicas de Negocios y las mujeres. Como se sabe, las UEN se dividen en 4. Marcas "Estrellas", "Vacas", "Interrogantes" y "Perros", dependiendo de sus posiciones en el mercado. Pues bien, en las mujeres pasa algo parecido:
Interrogantes: Esas que no tienes idea cómo mierda piensan, están en la disyuntiva, o son o no son, pero nunca ninguna de las dos al mismo tiempo. Se puede pasar bien con ellas, pero en realidad jamás podrás saber cómo se encuentran posicionadas.
Vacas: Están ahí, bien, pero... siempre han sido iguales. Planas de comportamiento, lo que las puede hacer predecibles. Pero, ojo... pueden caer en la decadencia.
Perras (no hay mujeres perro o sí?): Nadie las pesca o todos la han tomado, a lo Coca Cola. Claro, ellas no se dan cuenta de eso o tratan de sacarle provecho al asunto, cuando ya es un poco tarde para eso...
Estrellas: Son nuevas. Más que nuevas, son chicas que no sabes qué esperar de ellas, pero pintan para el éxito, a diferencia de las "interrogantes". Están cerca tuyo, no sabes bien qué onda, pero... pueden ser las que más sorpresas te den.
Si esto fuera cierto... me encantaría conocer una estrella... o quién sabe. Tal vez por ahí anda. Nah, esas cosas no pasan... definitivamente, no.
sábado, 1 de agosto de 2009
Continúa...
Lo haces a propósito. Debe ser eso. Si no, no me explico porqué... me decepcionas... cada vez más...
Te estás convirtiendo en lo peor de lo peor. Sigues igual, no cambias, sólo que ahora te veo realmente. Basta. Basta, BASTA POR LA MIERDA!
Espero nunca más saber de ti, ni verte, ni cruzar palabra contigo, ni saber que existes, nada, ABSOLUTAMENTE NADA...
Serás como un puto recuerdo, uno tan doloroso como recordar que los tallos de las rosas no se deben tocar porque lastiman. Eres LO MISMO, me das asco, pena, rabia, nostalgia, amor, odio, desprecio, patetismo, eres, eres...
Termina. Aléjate de una vez por todas.
Tiempo, hazme olvidar. Estás haciendo un buen trabajo.
miércoles, 29 de julio de 2009
No, porqué...?
No quería saberlo así. Ni enterarme de esa forma. Ni que me lo contara ella. Ni que lo supiera. No debí. Me partió el alma, me la pulverizo y el corazón... ese de lo que queda es tan poco, que ya nada puede destrozarlo más.
No quería saber eso.
¿Cómo supo algo así? No lo creo, no lo concibo... en realidad, no lo QUIERO creer, no lo puedo creer, no puede ser, por favor, dime que no es cierto, que alguien me lo diga!!!
Por favor. Alguien.
Y, como siempre, termino llorando por ti y no tienes idea y lo hago por la decepción, por el dolor de la decepción, porque todo lo que creí algún día, lo que pensé se derrumbó. No tengo porqué no creer, menos viniendo de ella... no me mentiría con eso.
Cierto?
Otra vez terminé mal por ti, ahora, por decepción. No puedo creer a lo que uno es capaz de llegar... estoy destrozado, otra vez.
Destrozado y solo. Pero al menos, sé la verdad... la puta verdad.
domingo, 26 de julio de 2009
Esas palabras
Una vez nos enojamos, como tantas. De todos modos, pensé, que se solucionaría, como tantas. Así fue. Me llamaste tarde y me dijiste que lo sentías. Que todo lo que había pasado era solamente porque te preocupabas por mi. Y me dijiste lo que me mató.
"Si a ti te muerde un perro, a mi me muerde un perro... lo que te pase a ti, me pasa a mi y me duele a mi, por eso me preocupo"
Sabes que eso fue lo que me dejó así. Lo que me hace recordarte y lo que me da nostalgia.
Pero no te preocupes. Es solamente nostalgia. Nada más que simple y dolorosa... nostalgia.
viernes, 24 de julio de 2009
Resfriado
Justo ahora me acuerdo de ti. Tanto. Te necesito acá, al lado mío. Me duele la cabeza, me duele mucho. Y me acuerdo inevitablemente, de cuando más te necesité y no estuviste, como ahora. Aunque, ahora, tiene mucho más sentido que no estés. Pero esa vez... esa vez, no.
Estoy solo. No quiero estar así, solo y enfermo. Resfriado. Y solo. Como esa vez, solamente que sin el sufrir. Sin la incertidumbre de qué pasaba entre nosotros. No me gusta recordarlo, pero es tan fuerte en mi memoria cada momento contigo, tanto...
Me gustaría que me abrazaras. Y me dijeras que todo saldrá bien. No hay nada bien. Hace mucho tiempo que NADA está bien...
Estoy solo. No quiero estar así, solo y enfermo. Resfriado. Y solo. Como esa vez, solamente que sin el sufrir. Sin la incertidumbre de qué pasaba entre nosotros. No me gusta recordarlo, pero es tan fuerte en mi memoria cada momento contigo, tanto...
Me gustaría que me abrazaras. Y me dijeras que todo saldrá bien. No hay nada bien. Hace mucho tiempo que NADA está bien...
miércoles, 22 de julio de 2009
Prozac - Cap 15
Estaba apretando fuertemente su cuello. Sin darme cuenta, comenzaba a cerrar sus ojos lentamente. Esos ojos que alguna vez miré tan fijamente, mientras la follaba. Adentro. Afuera. Adentro. Afuera. Los entrecerraba y le brillaban, de placer, gozo, amor. Esa vez, juro que detecté amor.
Así que lo metía más fuerte. Adentro. Afuera. Adentro. Afuera. Adentro...
Ahora, no estaba en medio de un polvo. Estaba ahorcándola de la forma más dolorosa posible, pero a la vez, la más silenciosa. Esa maricona se lo merecía, por puta. Por toda la mierda que me hizo pasar, por todo lo que me hizo y me sigue haciendo hasta el día de hoy...
-Te gusta calentarme, cierto? Te encanta ver como se me abulta el paquete, pero sabes qué? Eso se acaba hoy, AHORA. Todos estos años de mierda pensando "porqué", pensando en qué había pasado. Eras tú, después de todo, eras tú la desequilibrada, la enferma, la esquizofrénica, la bipolar, la fronteriza y toda esa mierda psiquiátrica que los doctores intentan meterte en la cabeza. Eres una puta que no sabe respetarse ni siquiera a sí misma y ahora, mirame, mirame fijamente perra concha de tu madre, que soy un reflejo de todo lo que fuiste, eres y serás siempre por los siglos de los siglos, amén...
Comenzaron incoherencias en mi mente. Era de suponerse. Estaba a punto de terminar con una vida humana y no me era agradable en lo absoluto. Pero ese era yo siendo persona, el yo siendo victimario, el yo siendo asesino. De pronto me dijo algo que estuve esperando cada vez que follaba a una mujer, cada vez que me cagaba a algún weon en la pega, cada vez que cometía una injusticia frente a la sociedad, cada vez que miraba fuera de la ventana esperando una llamada que fuera de...
-Perdón. Por favor, perdónameeee...
Y fue su último suspiro.
Estuve dos horas con la cabeza gacha y las manos temblando. Ella, solamente era una mancha en la cama del departamento y mi vida, era parte de esa mancha lo que me provocaba escalosfríos y espasmos cada 5 ó 7 minutos. Por primera vez en años, en muchos años, lloré. Como un niño pequeño que necesitaba un dulce.
Caminé, caminé y caminé hacia la ventana del loft y vi hacia el suelo. Entonces, me di cuenta, que aunque fuera capaz de matar, no llegaba al punto de eliminarme a mí mismo. Tomé mi BlackBerry Bold y llamé a mi secretaria. Fue como llamar a tu mejor amiga y que ella llegara de inmediato a ayudarte. Tu mejor amiga.
Me he puesto sentimental. Me han dado ganas de vomitar mi Alfombra Persa. Asco.
domingo, 19 de julio de 2009
Niña sola
En el ático de su casa, vivía una niña sola. Completamente sola. Con suerte, interactuaba con las personas que le vendían cosas para sobrevivir, como víveres y alimentos. Fuera de eso, nada más. Vivía completamente sola. Pero, no porque fuera mala o algo por el estilo. Era porque, simplemente, el destino así lo quiso.
Eso sí, siempre hablaba con un niño que la iba a ver a la ventana del ático de su casa, el cual se quedaba horas conversando con ella y consolándola. Porque la niñita sufría por estar siempre tan solita, no quería y le daba pena, pensaba que no era justo, que ella "algo" había hecho para estar así. Él la consolaba y le decía que era una preciosa persona y que si lo pensaba bien, no estaba tan sola. Pero ella insistía e insistía. El niñito solamente la escuchaba y la consolaba.
Eso pasaba a menudo y la niñita estaba acostumbrada a hablar con este niño. De hecho, le gustaba hablar con él. Siempre le decía cosas bonitas y además, conversaban muy a gusto. El niñito le insistía que no estaba sola cada vez que hablaban. Ella no se convencía.
Un día hablaron y el niño le dijo lo mismo que siempre le decía. Ella le gritó que estaba sola y así se iba a quedar y lloró... que porqué le decía esas cosas, que eran ilusiones vagas. El niñito la miró y le dijo que la quería ver bien porque su alma era maravillosa y que ojalá algún día ella fuera feliz. Salió por la ventana llorando y se fue. Nunca más volvió.
La niña lo esperó, lo esperó y nunca llegó. Y se dio cuenta que ahora SÍ estaba sola, que el niñito era su compañía más preciada y que lo quería, tanto como él a ella, pero que jamás, jamás se dio cuenta de todo el cariño, afecto y amor que le daba ese niñito día a día que la iba a ver.
Lloró, lloró tanto que murió de pena al darse cuenta que tuvo la oportunidad de ser feliz y que, a fin de cuentas, no estaba sola.
Había alguien que la quería como nadie en el mundo la iba a poder querer.
viernes, 17 de julio de 2009
Memorias de Nadie
Ayer recorrí esos pasillos que caminé junto a ti. Esa escalera en donde me besaste con pasión infantil y curiosa. Esa sala en donde te esperé para salir juntos y pasear. Ese asiento de aquella plaza en donde jugueteamos hasta besarnos, sin saber lo que pasaría después. Esos pasillos donde nos reíamos juntos.
No puedo olvidar las cosas, solamente las dejo de lado dentro de mi mente.
Es difícil vivir así, jamás olvido nada. Absolutamente nada que sea un recuerdo importante para mi. Nada.
Ayer vi esa estación en donde, abrazados, esperábamos el Metro luego de haber estado todo el día juntos. Vi ese perfume que es tu favorito en una tienda por departamento. Ese programa que se escuchaba de fondo cuando nos mandábamos mensajes en vacaciones de invierno y me confesaste tu inocente amor. Vi esa sala en donde te conocí.
Soy como un disco duro inagotable. Lleno de información, incluso la más dolorosa.
Ayer pasé por esos andenes en donde, llorando, me decías que te perdonara por ser así conmigo. Pasé por esos pastos en donde nos abrazamos por horas, consolándote. Ese rincón oculto de la Facultad donde me mostrabas tu verdadera alma.
Ayer pasé por ese lugar en donde discutimos sin razón. Esa calle por donde caminé cuando me enteré de tus mentiras. Ese pasillo frío en donde, lloviendo, me dijiste que nada entre nosotros podía ser. Ese barrial en donde me mandaste a la mierda.
Te recuerdo a ti y a ti y a cada una de ustedes, por siempre.
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