viernes, 17 de julio de 2009
Memorias de Nadie
Ayer recorrí esos pasillos que caminé junto a ti. Esa escalera en donde me besaste con pasión infantil y curiosa. Esa sala en donde te esperé para salir juntos y pasear. Ese asiento de aquella plaza en donde jugueteamos hasta besarnos, sin saber lo que pasaría después. Esos pasillos donde nos reíamos juntos.
No puedo olvidar las cosas, solamente las dejo de lado dentro de mi mente.
Es difícil vivir así, jamás olvido nada. Absolutamente nada que sea un recuerdo importante para mi. Nada.
Ayer vi esa estación en donde, abrazados, esperábamos el Metro luego de haber estado todo el día juntos. Vi ese perfume que es tu favorito en una tienda por departamento. Ese programa que se escuchaba de fondo cuando nos mandábamos mensajes en vacaciones de invierno y me confesaste tu inocente amor. Vi esa sala en donde te conocí.
Soy como un disco duro inagotable. Lleno de información, incluso la más dolorosa.
Ayer pasé por esos andenes en donde, llorando, me decías que te perdonara por ser así conmigo. Pasé por esos pastos en donde nos abrazamos por horas, consolándote. Ese rincón oculto de la Facultad donde me mostrabas tu verdadera alma.
Ayer pasé por ese lugar en donde discutimos sin razón. Esa calle por donde caminé cuando me enteré de tus mentiras. Ese pasillo frío en donde, lloviendo, me dijiste que nada entre nosotros podía ser. Ese barrial en donde me mandaste a la mierda.
Te recuerdo a ti y a ti y a cada una de ustedes, por siempre.
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