domingo, 24 de mayo de 2009

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No quiero cumplir años. Definitivamente no quiero. Porque es un cumpleaños solitario (bueno, es lo que hay). Porque es un cumpleaños que no quería que pasara. Porque es una edad que no quería que sucediera. Porque es una época en la que no desearía estar donde estoy. Porque sigo haciendo las cosas que no quiero hacer.

Pero las hago igual.

Tengo pocas opciones, sobre vivo o me detengo. Y si me detengo, es porque estoy reconociendo la derrota, de que todo lo que ha pasado, a fin de cuentas, me abatió... No es la idea de que se den cuenta de eso. Aunque sea un poco verdad, un poco mentira.

Solitario es lo típico, tal vez no tan típico como debe ser. Lo peor de todo esto es que estoy comenzando a acostumbrarme a esa soledad. Quizás sea bueno a fin de cuentas, ya que de esa forma se sufre menos. Se sufre mucho menos. Pero para un cumpleaños sería bueno algo de compañía.

Siempre deseando lo que nunca he tenido.

Espero algún día recibir regalos tan lindos como uno por ahí que tengo guardado. Lo que dice, lo dice en lápiz pasta, capaz que se borre en el futuro. Ojalá no sea así, ya que lo guardo para nunca olvidar lo especial que puede ser...

Un cumpleaños así. Tan simple como aquel...

viernes, 22 de mayo de 2009

Vínculos distanciados


Dicen que...
la distancia es el olvido.

Pero no concibo esa razón...

Hasta ahora.

Puede ser que las cosas que se mantienene alejadas, si lo están el tiempo suficiente, puedan olvidarse y dejarse pasar de la forma más facil posible. Aunque existiese un vínculo especial entre ellas...

Aunque existiese uno.

Pensé que con el sólo hecho de existir ese vínculo, no podrían pasar estas cosas, pero terminan pasando. Al final, terminan sucediendo y me da pena que pasen porque esos vínculos son importantes para mi y no quiero sentir que pierdo cosas que no quiero perder...

Pero perdí. Debo asumirlo.

La distancia ayuda al olvido cuando es lo que se busca. Cuando no, es triste. Muy triste.

No queda otra cosa que dejarlo pasar, porque si las cosas no cambian ya no cambiaron y no se puede hacer nada. Absolutamente nada.

domingo, 17 de mayo de 2009

Prozac - Cap 11



Le respondo el mensaje lo más parcial posible. En ese momento pienso en qué haré cuando esté frente a ella. No sé si me relajaré, no sé si me tensaré de tal forma que salte encima de ella para morderle el cuello y arrancarle la yugular de la manera más piadosa y luego pisotear una de sus putas costillas o simplemente la saludaré dulcemente. El ser humano toma decisiones todos los días de su vida.

Lo que me sorprende de todo esto, es la expectativa que estoy sintiendo para que me responda el mensaje. Redacté algo sencillo, corto y que fuera rápido de responder:

Nos veremos donde tú quieras, no tengo inconveniente. Sólo dime lugar y hora.

Condescendencia y la gran puta. Siempre he sido igual, prefiero que elijan las cosas a tener que discutirlas. Solamente espero paseándome por mi oficina y pensando en que, hace años atrás me pasaba lo mismo esperando que me contestara, con la diferencia que era en mi dormitorio donde habíamos follado miles de veces. Ahora, era diferente. Acá he follado con muchas, menos con ella.

Por fin contesta. Lo hace tan rápido como sé que teclea el maldito teléfono. Me responde que no tiene ningún problema, me da el lugar y la hora. Puta de mierda, me sorprende que siga viva. Cultivó durante toda su atormentada vida tantos enemigos, que si no fuera por ellos... además de sus miedos internos y sus interminables intentos de matarse, que no igualan los mios por cierto.

Si hubiese intentado matarme, no hubiese fallado.

Tantas veces que tuve que recibir sus cortes en mi antebrazo. Veo las marcas y pienso en que debí haber tenido unas razones muy poderosas para haber aguantado tanto esa y muchas otras escenas. Marca de mierda, se ve pequeña ahora pero hace algunos años no dejaba de sangrar, ella llorar y suplicarme matarla y los gritos, el sudor, las pastillas anticonceptivas por el suelo, los tranquilizantes que se cayeron dentro del vaso con agua que estaba roto, los condones.

Puta de mierda.

Lo peor de todo es que tenía ganas de verla. Y esas ganas se canalizaban en una gran y dolorosa erección que no me dejaba en paz. Tuve que llamar a mi secretaria y decirle que estaba caliente y entró y como por arte de magia la calentura fue satisfecha. Faltan dos horas.

Debo elegir si pagar con Dinners o Magna.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Dónde estás?


Dónde estás? Te he buscado por todas partes. Me dijiste que estarías por acá y no he visto nada. No te encuentro y eso que te busco. Ya, vamos, dime dónde.

Estoy seguro que te escondes en algún rincón de este lugar, pero, no sé en qué parte, te biusco y no te encuentro, comienzo a desesperarme... No me gustan este tipo de bromas, basta. Hay cosas que no me parecen graciosas, me siento mal así. Es como si me faltara algo, aparece.

Mucho rato buscándote y esto saco: nada. Por favor, aparece... te necesito.

No más, para, por favor. Esto dejó de ser gracioso hace rato, hace mucho rato... no quiero más, aparece...

Felicidad, dónde estás?

lunes, 11 de mayo de 2009

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No puede ser. Se me olvidó. Han pasado dos años. Este sábado se cumplió un nuevo aniversario, difícil olvidarlo. Pero lo olvidé. Pasé ese día pensando otras cosas, haciendo otras cosas... un avance?, ni cagando. Porque el domingo me terminé acordando. Y necesitando escucharte...

Dos años desde que me atreví a decir algo que ni siquiera estaba 100% seguro, pero me la jugué. A veces pienso si debí haberlo hecho... no puedo arrepentirme de nada, no puedo. Porque, por las re mierda, fui tan feliz, algo que no puede, definitivamente NO puede repetirse..., eres la única persona que deseo volver a ver, que deseo que sea más que un recuerdo, que extraño hablar, pelear, querer... a nadie más, nadie más puede reemplazar eso.

Nadie.

Eres lo mejor que me pudo pasar y a la vez, lo peor. Por como terminó, por como lo llevé, por como lo tomé, por como lo tomaste, por como se dieron las cosas. Inmadurez, miedos, inseguridades de ambos lados y la estúpida creencia que las cosas son para siempre. Y no lo son, menos contigo...

Te extraño, eres un bello recuerdo y nunca pienso en lo malo. No pienso en eso, eres linda, simpática, divertida, loca. Todo eso me encantaba. Lo perdí y así debió haber sido.

He tratado de buscar algo parecido, lo reconozco. En el proceso he hecho daño y también, nuevamente, a mi. Pero he salido. Ahora, solo, completamente solo, pienso en que no hay nadie ni nada que se compare a esos meses junto a ti.

No puedo más que pensar que ahora eres un bello recuerdo y aunque te extraño y en momentos te necesito, sé que serás feliz y sonrío por ti. Lo mereces, te quiero mucho, mucho. Espero que en dos años más (si sigo aquí) recuerde tu risa nerviosa y cariño sin mesura como algo que, sin querer, será siempre un gran recuerdo.

Ojalá supiera si lees esto, es difícil e imposible, lo sé. Nadie conocido lee las weas que escribo, así que mejor dejarlo así.

Sé feliz. Esa alma lo merece. Lo merece mucho.

jueves, 7 de mayo de 2009

Incoherencias situacionales


Ahora mismo se dio cuenta. Es muy bruto. Tuvo que pasar el tiempo para que finalmente se diera cuenta de todo... tiene la cagá!

No piensa en nada y nada hace. Hace, pero no en serio. Siempre con una cuota de resignación y otra de... cómo le dicen? Responsabilidad. Algo que, aún mantiene pese a que no hila muy bien sus pensamientos.

En este preciso instante está "vomitando" las palabras y habla en 3era persona porque es más fácil describirse así, cree, en realidad no está seguro, no está seguro de nada, absolutamente de nada, antes podía estar seguro, pero ahora? ja! de nada...

Ni de él mismo ni de quienes se supone, ojo, "se supone" que lo rodean. No confían en él, está bien, cosa de ellos. No creen en él, bien, cosa de ellos. Saben, pueden irse un buen rato a la cresta, quedense ahí...

Total, al fin y al cabo, hace tiempo, mucho tiempo, DEMASIADO tiempo que se siente solo y eso no cambiará. Ya hizo su trabajo, ya acompañó, ya ayudó e hizo el soberano huevón!

Tenía paciencia, pero tiende a perderla... capaz que termine como siempre soñó... tirado por ahí, rodeado de la PDI buscando culpables. Capaz. Bien cinematográfico.

lunes, 4 de mayo de 2009

Prozac - Cap 10


Quise ir a dejarla a su casa y que no fuera a trabajar. Total, es mi secretaria, así que no veo problema. Pero ella insiste en ir conmigo a la oficina. Es molesto. No sé, después de follar prefiero no ver la cara de la otra persona por un buen rato, sobre todo si me desagrada. Ella es buena en la cama, pero no lo suficiente como para querer estar con ella más allá del tiempo normal.

En fin, no tengo ganas de golpear a nadie. Así que le digo que sí a regañadientes y esperando que se dé cuenta que no me agrada para nada la idea. Espero que dentro de su mente no muy cuerda realmente se dé cuenta. Lo dudo. Las desequilibradas solamente piensan en lo que es bueno y malo para ellas, eso incluye llegar a preocuparse por otros, pero siempre cuidando el hecho de que ese alguien sea vital para que su vida, creada en su propio mundo dentro de su cabeza siga funcionando. Y ésta es medio desequilibrada.

En el camino pensaba en alguna forma de desilusionarla, incluso llegué a pensar de tirarla del auto en movimiento, pero era demasiado perafernalico y tal vez, si sobre vivía, la perra me podía denunciar y no quiero más problemas con los pacos. Tal vez si sabía que tenía otra. Pero, de dónde? Tengo muchas minas pa follar, pero como pareja, no gracias.

Así que decidí decirle calmadamente:

-No creo que sea bueno que nos veamos más. O sea, tal vez un polvo por aquí, una chupada por acá. Pero, más allá de eso, no te puedo ofrecer.

-Bien. Bien. No esperaba más de ti.

Lo dijo de una forma tan calmada, tan "ida", tan desinteresada, que a cualquiera que tuviese sentimientos le dolería. Hubiese reaccionado, de hecho, mal y le hubiese refutado lo que decía. Pero en mi caso, no. O no tengo sentimientos o ella no me importa más que un orgasmo fuerte e intenso.

Y digamos que ni eso.

Llegamos a la oficina y me doy cuenta que tenía apagada mi BlackBerry Storm. Dos mensajes. De ella. Mi invitada. Tantos años que no recibía mensajes de ella. Ahí supe que tenía sentimientos. Mierda. Eso no me agrada. Trataremos de sacarle provecho.

sábado, 2 de mayo de 2009

Estaciones


En Santiago existe el Metro. Y el maldito tiene muchas estaciones que suelen ser centro de reunión para las personas. Pero como es uno de los principales medios de transporte que tenemos es inevitable volver a pasar por esos lugares de encuentro. Y paso todos los días por ellos, por esos mismos lugares, esas mismas boleterías...

Salvador, Universidad Católica, Pedro de Valdivia, Plaza de Armas, etc. Un pedazo de mi las odia. Las detesta, sobre todo lugares específicos de esas estaciones. Los asientitos de Salvador. El andén de UC donde me regalaste eso que tú y yo sabemos. Las boleterías de Plaza de Armas. Y hay más. Que odio...

Las odio porque recuerdo demasiado. Demasiado. En cada uno de esos lugares te veo y veo lo que nos sucedió y siento felicidad, nostalgia, pena, rabia, ganas de retroceder el tiempo de mierda y jamás haber hecho nada, ni estudiar nada maldita sea la hora en que pensé estar donde estoy y llegar a conocerte, a ti y a todos!

Y odiar estaciones del metro. Hasta el día de hoy paso y veo tu figura evaporarse junto con mis memorias.