miércoles, 10 de febrero de 2010

Me gustaría saber cómo estás...


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Me encantaría saber cómo estás. Me dije, mientras miraba la pantalla. A punto de hablarle ("hablarle"), me di mil vueltas sin poder hacerlo. Me ha pasado otras veces.

Por último, mandarle un mail. Claro. Una vez tuve casi un año el mail en borradores, hasta que se lo mandé. No creo que ahora fuera fácil. Aunque en realidad, sí, lo sería. Lo que pasa es que temo a la respuesta. No quiero que me diga que está con alguien. Es una soberana estupidez, lo más seguro es que hasta se piense casar o weas así.

Es que no quiero saberlo, simplemente. Por eso temo en preguntar cómo está. Una simple pregunta, que tal vez me conteste con una mentira. Pero tengo miedo que me conteste que... está con alguien.

Igual, tal vez, algún día... me anime a preguntarle cómo está. Y tal vez, algún día, se anime a responderme... mientras, sigo esperando... esperando a saber cómo está...

lunes, 8 de febrero de 2010

Poder Simple

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Buscando un poder simple (documento que sirve para que otra persona vaya a buscar papeles o algo en tu nombre, para los que no cachan mucho qué es) en mis cuentas de mail, me encontré, por casualidad, con un correo que no debí volver a leer. Pero lo hice.

Me destrozó el alma volver a leerlo. En él, luego de tanto tiempo, cuando las cosas han cambiado tanto, me di cuenta que me querías. Me querías, me considerabas importante, me tenías presente y sabías que iba a acabar todo. Lo sabías. Tu pena, esa pena infinita que escondes a los demás, está ahí, inherente, sabías que te iba a dejar.

Nunca te hubiese dejado.

Ahora recién entendí todo. Y me duele, estoy solo en mi casa llorando frente a un mail que me dice cosas tan dolorosas, que me dice el porqué te amé tanto.

Y para qué me engaño. Te quise tanto, tanto, tanto... y ese mail me reafirma que también me quisiste... me quisiste!!!

Y lloro y me duele, porque estoy acá y nadie me puede consolar. Siempre serás un recuerdo en mi, siempre. Necesito tanto de...

sábado, 6 de febrero de 2010

Fuiste la única

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Un día, tendido pensando en la nada, llegaron a mi recuerdos tuyos. Siempre me pasa cuando necesito a alguien y estoy solo. Eso me pasa a menudo, así que te imaginarás...

En eso, pensé que nadie me ha querido como tú. Nadie. La preocupación, la atención, el cariño. No. Nadie. Absolutamente.

Me llamabas, mensajes, mails... en definitiva, preocupación. Eras tan linda conmigo. Cómo mierda pude perder a alguien así....

De ahí en adelante, me fui quedando solo, aunque me rodeara de otras, ninguna fue como tú. Absolutamente...

Pero ahora, ahora... eso ya no importa. Miro hacia adelante y sé que volveré a encontrar a alguien como tú... por ahora... has sido la única...

viernes, 5 de febrero de 2010

Viaje por pequeño que sea, es viaje


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Me llamaste, luego de una pequeña discusión que tuvimos por MSN. Cosas que suelen suceder. Me decías llorando que no aguantabas más los problemas que tenías, que debías disimular para que nadie se diera cuenta. Nadie ni siquiera insinuara que de verdad existían.

Llorabas desconsoladamente. Era fuerte escucharte. No podías ni siquiera respirar bien. Entonces, lo decidí. Te dije que nos fueramos lejos, lo más lejos posible. Que nadie nos podría detener. Que tenía plata guardada y que nos escaparamos unos días, juntos...

Entre sollozos solamente supiste decirme: "en serio?", de la forma más tierna posible...

Te dije que nos juntaramos al día siguiente, en la mañana temprano en el terminal. Así, los dos nos iríamos lejos una semana. La plata alcanzaba de más. A parte, teníamos donde quedarnos. Todo no podía salir más que perfecto.

Y así fue.

Nos desaparecimos una semana de la vida. Éramos solamente tú y yo. Solos, en ese departamento que daba a la playa. Los dos. Salíamos, nos divertíamos. Cuando hacíamos el amor, me mirabas con ojos llorosos, sin poder creer que hayamos dejado todo, aunque sea un pequeño momento. Y me decías al oído que me amabas...

"Me amabas..."

Ya estabas mejor. Y un día paseando por la playa me abrzaste fuerte y me dijiste que nunca me dejarías... te dije lo mismo...

Cuán equivocados estabamos... no lo crees? Todo es tan volatil, nada es para siempre... aunque uno lo quiera así... nada lo es... Pero eso no quita que hayamos sido felices esa semana, porque lo fuimos y mucho y si me lo volvieras a pedir, lo volvería a dejar todo por ti...

Absolutamente todo. Y a todos.

jueves, 4 de febrero de 2010

Efímera


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Pensé que cuando te había conocido, ibas a ser una persona más en mi vida. Sin embargo, no sé qué fue, pero... al final, me sentí cada día más cercano a ti. Cada día te tenía más aprecio. Hasta que me fue inevitable quererte. Eras tan buena, atenta y desinteresada conmigo. Ofreciste tu compañía sin más. Y eso me encantaba.

Hasta que me encantó demasiado.

Fue inevitable, pero al final te volviste alguien muy importante en mi vida... alguien que me interesaba mucho, que me preocupaba, que me importaba demasiado. Más de lo que nadie en mucho tiempo me había importado...

Te transformaste en alguien tan importante, porque tú eres importante. Cuando me abrazabas, las pocas veces que lo hacías, sentí un calor desde tu alma tan fuerte, tan reconfortante, era tan suave tu voz al hablarme, recuerdas?, cuando te acurrucabas en mi y cerrabas tus ojos, eras una niña, una pequeña niña, me gustaba ser testigo de una ternura así en ti.

Ha pasado el tiempo y sigo creyendo en que eres sumamente importante en mi vida. A pesar de todo. A pesar del tiempo... pero, no sé. Al final, parece, que me equivoqué. Pensaba en que era importante también para ti, pero, pero, pero...

Solamente no quiero que olvides que te quiero. Mucho. Demasiado. Tanto que, siempre, aunque nunca más nos volvamos a ver, olvidaré a una niña pequeña con un alma bella, en mi regazo, acurrucada, soñando con algo mejor.

Como yo, ahora, sueño contigo. Efímera compañera...

martes, 2 de febrero de 2010

Hay cosas que no entiendo


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No entiendo porqué no me hablas.

No entiendo porqué eres tan fría.

No entiendo porqué peleamos.

No entiendo porqué me soportas.

No entiendo porqué te soporto.

No entiendo porqué me besaste.

No entiendo porqué te besé.

No entiendo porqué te acaricio y me rechazas.

No entiendo porqué me acaricias y te acepto.

No entiendo porqué me miras así.

No entiendo porqué no me miras.

No entiendo porqué no confías en mi. Solamente en mi.

No entiendo porqué te cuento mis cosas.

No entiendo porqué no eres como antes, cuando nos besabamos debajo de las estrellas.

No entiendo porqué te alejaste tanto.

Sólo entiendo una cosa: Que te adoro. Que te quiero. Dime si tú lo entiendes tan bien como yo...

sábado, 30 de enero de 2010

Nunca me lo hubiese imaginado así

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Nunca pensé ni siquiera dirigirte la palabra. Nunca pensé ni siquiera mirarte. Nunca pensé ni siquiera que me dijeras tus secretos. Nunca pensé que el destino me iba a cruzar contigo.

A pesar de todo, doy gracias.

Siempre te vi tan lejana, tan de otro mundo, tan imposible... hasta que te acercaste a mi. Por ti misma. Debo reconocer que me sorprendió. Hasta pensé que tus intenciones eran otras...

Hasta que...

Reconozco que confundí las cosas. No. No las confundí. Cometí un error. Querer.... demasiado?

Por no decir...

Y eso fue. Nada más... mi error...

Bueno, no sé si error. No sé si es error sentir cosas. Lo es. No, no lo es. Son cosas que pasan. No sé si pasan muy a menudo. Mucho más de lo que crees.

Estoy hablando solamente estupideces. Hace unos días que nada tiene un puto sentido en mi vida...

martes, 26 de enero de 2010

Solamente te recuerdo a ti


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Cuando pensé que otra persona estaría muy apegada a mi en estos momentos, cosa que no es ni será así, se me viene a la cabeza un montón de estupideces. Es lo que hace la soledad, al menos...

Me termino acordando de ti.

Cuando duermo, cuando despierto, cuando almuerzo, cuando me pongo a leer. Solamente me gustaría una llamada, un mensaje, que vinieras a verme, que jugaramos, que riéramos...

Te extraño.

Y es extraño. Extraño porque no hay absolutamente ningún vínculo que nos una actualmente, absolutamente nada, ni siquiera un pasado en común. Así, las cosas se tornan más patéticas y enfermas y sin remedio... y solamente me quedan los brazos vacíos al tratar de abrazar algo que no existe y que no está.

Solo. Ya debería estar acostumbrándome. Y no quiero...