Me acuerdo que una vez, tuviste que viajar. Así que me avisaste que te ibas ese finde de acá, lo hiciste más que nada por cortesía. Me mandaste mensajes durante tu viaje, de cómo te sentías (creo que no estabas muy bien en esos momentos) y de cuántas ganas tenías de no haberte ido.
Siempre esperaba tus mensajes. Me encantaba recibirlos.
Era sábado por la noche y estaba haciendo otras cosas. Pensé que sería buena idea mandarte un mensaje para darte ánimos. No lo sé. Pensé que era lo mejor para ese momento. Lo hice. Me mandaste uno de vuelta practicamente en seguida. Pusiste que querías que estuviera contigo. "Te extraño!"
Fue de las últimas veces que me dijiste eso.
Ahora ya no soy parte de eso tampoco. Alguna vez lo fui. Esa vez se desvaneció tan rápido... tan mal lo hice?, tanto?
Últimamente no me he preguntado si te extraño. Tal vez sí. Nunca lo sabré. Porque cada día que pasa, todo se hace aún más borroso... mientras que para ti, ni siquiera existió esto. Ni siquiera.
Una especie de diario de vida, con dolores y angustias que trato de ocultar al resto del mundo... menos aquí.
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