Manejo rápido con mi auto sin más preocupaciones que llegar luego a tomar un baño. Por alguna extraña razón que desconozco me siento sucio... no sé si será por la cantidad de polvos con mujeres diferentes que me he pegado alrededor del día o por la sensación que me dejó el último específicamente... no debió haber pasado eso.
Tal vez sea el último Halcion (triazolam) que me tomé lo que me dejó medio imbécil. Más que eso. Perceptivo quizás. Veo hacia afuera de mi exclusivo auto y observo a las personas. La gentuza. La escoria. Las cucarachas de un mundo podrido por el sexo y los vicios. Lo último me agrada bastante en todo caso.
Esa gente que solamente sabe hacer daño y hacerse daño. Mucho daño. Esa que dice querer. Preocuparse. Cuando en realidad, solamente existen ellos para ellos mismos y esa puta preocupación es más bien, preocupación propia de no quedarse solos. Patéticos humanos... tan patéticos como sus necesidades intrínsecas. Tengo ganas de matar.
Son pequeños lapsus que tengo. Pero se quedan en las ganas. No tengo intención de dañar a esa escala, al menos nunca me lo he planteado. Mas cuando los veo pasar así. Amarse así. Mirarse así. Estoy mareado. Tengo ganas de vomitar.
Trato de aguantarme, pero no puedo. Así que devuelvo abriendo rápidamente mi alza vidrios y sacando todo hacia fuera. No he comido nada desde el desayuno. Eso debe ser. Qué asco. Manché la puerta del auto, de seguro. Quiero otro Halcion, pero no encuentro el puto frasco. De veras que era de la pendeja. Suerte para ella.
Sigo pensando en que las personas solamente se buscan para no estar solas. En un punto de mi historia que tengo presente constantemente pero que no describiré porque así se me da la chucha gana dejé de buscar una mina que me acompañara y estuviera conmigo "amando". Así no le hago daño a nadie. Ni a mi mismo. Nuevamente.
Estoy llegando a mi depto. Por fin. Entro rápidamente a mi penthouse. Baño. Descanso. Y miro al techo y me pregunto... ¿Qué mierda hago ahora?
Tal vez sea el último Halcion (triazolam) que me tomé lo que me dejó medio imbécil. Más que eso. Perceptivo quizás. Veo hacia afuera de mi exclusivo auto y observo a las personas. La gentuza. La escoria. Las cucarachas de un mundo podrido por el sexo y los vicios. Lo último me agrada bastante en todo caso.
Esa gente que solamente sabe hacer daño y hacerse daño. Mucho daño. Esa que dice querer. Preocuparse. Cuando en realidad, solamente existen ellos para ellos mismos y esa puta preocupación es más bien, preocupación propia de no quedarse solos. Patéticos humanos... tan patéticos como sus necesidades intrínsecas. Tengo ganas de matar.
Son pequeños lapsus que tengo. Pero se quedan en las ganas. No tengo intención de dañar a esa escala, al menos nunca me lo he planteado. Mas cuando los veo pasar así. Amarse así. Mirarse así. Estoy mareado. Tengo ganas de vomitar.
Trato de aguantarme, pero no puedo. Así que devuelvo abriendo rápidamente mi alza vidrios y sacando todo hacia fuera. No he comido nada desde el desayuno. Eso debe ser. Qué asco. Manché la puerta del auto, de seguro. Quiero otro Halcion, pero no encuentro el puto frasco. De veras que era de la pendeja. Suerte para ella.
Sigo pensando en que las personas solamente se buscan para no estar solas. En un punto de mi historia que tengo presente constantemente pero que no describiré porque así se me da la chucha gana dejé de buscar una mina que me acompañara y estuviera conmigo "amando". Así no le hago daño a nadie. Ni a mi mismo. Nuevamente.
Estoy llegando a mi depto. Por fin. Entro rápidamente a mi penthouse. Baño. Descanso. Y miro al techo y me pregunto... ¿Qué mierda hago ahora?
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