sábado, 3 de noviembre de 2007
Caja de música
Últimamente en estos días, he hecho varias cosas para mi propia satisfacción. He, en definitiva, pensado en mi. Le compré unas cosas a mi PC y ahora está genial. Aunque estoy muy feliz por eso, hay otras cosas que me recuerdan que no merezco esa felicidad. Prometo que las he alejado, así he podido vivir bien esta semana.
Debe ser también que no te vi mucho. Y cuando te vi, fue como relacionarme con una estatua. De hecho, una estatua se mueve más y hasta me hubiese mirado. Pero da igual. Voy a soportar eso y más. Porque, como me dijeron por ahí (un consejo que seguiré al pie de la letra), algún día te volveré a decir hola, me volveré a juntar contigo para hablar. Algo que hizo falta desde el principio. Cara a cara, frente a frente. Y si vas, quiere decir que algo signifiqué, que algo fui y que eran de verdad esas caricias, esos besos y esos "te quiero".
Cuando te lo proponga, te esperaré. Como una caja de música que espera ser abierta. Porque lamentablemente (sí, lamentablemente), aún te amo.
Aunque beses, acaricies y quieras a otro. Frente a mi.
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