lunes, 15 de noviembre de 2010

Prozac - Cap. 1 (Re-Publicación)

Me tiembla la mano al escribir. Me tiembla la mano al leer el diario. Un nódulo de mierda comienza a salirme en el cuello. Tomo mi santo prozac. Todo pasa. Un valium sería perfecto pa la mezcla del día, si no fuera porque anoche me di una sobredósis de esa wea y todavía no se me pasa el efecto.

Tengo que llegar al auto. Por lo menos es automático. Si tuviera que pasar cambios como los weones, choco. Además voy apurado. Me acabo de pegar un polvo que no me dejó satisfecho. La muy perra hace la mitad de las cosas que hace una mujer de verdad. Incluso una que no ama hace más. Bueno, de qué me puedo quejar, si estaba más drogada que yo.

Veo que en la guantera de mi auto me queda otro valium suelto. Quizás esté vencido, me da igual... compensará la carga de anoche. La mujer con quien tuve sexo sin protección desea subirse a mi auto. Jura que recuerdo su departamento. Confiaré en su juicio.

Creo que comienza a tiritarme el puto ojo. Efecto de los ansiolíticos que me mete el bastardo de mi psiquiatra. Para eso estudian tantos años. Para drogarte o hacerte creer que avanzas. Hace años que no avanzo. Necesito un jale. Pero lo dejé hace años.

Así, mientras bajo por la Kennedy a 100 por hora, como si no hubiera futuro, la mina me dice que me conoce de antes. La veo, como no la vi la noche anterior y la muy hija de puta era una mina que conocí en el colegio, cuando era pendejo. La más rica del 2do B. Y que me dejó pagando como a muchos que traía caliente.

Cuando lo pensé, la vi detenidamente y me detuve en su entre pierna para luego volver a mirar esos pechos que habían sido míos... me di cuenta de algo: que la mina más rica del cole era como las weas en la cama.

La dejé en su depto y me fui raja a la pega. Creo que rozé un par de autos de esos que se pagan en cuotas. No me importa, mientras esté mi secretaria (que me tiene ganas y prefiero que las siga teniendo, porque así se calientan más) y mi café en el escritorio, el resto me importa menos que mi mismo. Mucho menos.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Unos días sin ti

Siempre aviso cuando tomo vacaciones. En realidad, ni siquiera debería hacerlo.

Esta vez es porque hay cosas que no me dejan ver claro últimamente y no puedo ponerle atención como desearía a un lugar como este, que considero mi único nexo con las cosas que de verdad puedo sentir.

Por tanto, re-publicaré unos cuentos que ya había hecho, pero esta vez en orden cronológico para que no haya pierde y sea más fácil para mi encontrarlos también (y para cualquiera en el fondo).

Se trata de "Prozac", el cual si no me equivoco son casi 20 capítulos o un poco más (o menos).

Eso durante el tiempo que mi mente se despeje y me deje ver lo que deseo decir... eso espero que pase pronto.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Cuando las cigarras cantan

Te vi en esa noche tan silenciosa, estabas mirando a la nada, pensando en llorar, imaginando en llorar... se podía escuchar el dolor de tu alma.

De pronto, pensé que podía ser oportuno acercarme. Tal vez, sería bueno consolarte. Lo hice despacio, con tal de que no te dieras cuenta de mi presencia hasta que tus lágrimas permitieran que me vieras. Quería que te sintieras bien.

De pronto, comienzo a escuchar a las cigarras cantar. La noche, no quería ningún otro sonido que tus suspiros, pero estos insectos se interpusieron.

Tomaste de tu cartera algo, no pude ver bien. Me oculté en un árbol. Y empezaste a desgarrarte los brazos con tus uñas y comenzaste a llorar más y más fuerte, quise acercarme más, pero estabas desnudándote y te tiraste al río frente a ti y te hundiste, corrí, corrí, pero las malditas cigarras era lo único que podía escuchar entre tanto barullo...

Extendiste tu mano. La quise tomar pero se desvaneció y solamente permaneció lo que habías sacado de tu cartera... era una nota:

Te quiero. Pero lo siento.

El sonido de la noche se hizo más fuerte y las cigarras culminaron su murmullo como quien finiquita un suspiro de vida...

Tu vida en condicional

Duramos lo que te servimos en tu vida. Haces lo que quieres, nos entregamos, te damos todo lo que deseas, pero nada de eso llena tus expectativas. Solamente el miedo a que te dejemos primero te aleja de todo lo que desearíamos darte...

Felicidad, mi querida amiga. Felicidad. Tan simple como suena, tan simple como se escribe.

Pero la deshechas, a nosotros y a todo lo bueno que podría rodearte.

Eso te gusta. Tu vida condiciona todo lo que llega a ella. Eso te encanta. Eso te mereces.

martes, 9 de noviembre de 2010

Finalmente nos estamos acompañando solamente

Es eso. Una mera compañía. Nos acompañamos mientras quienes realmente lo hacen, esperan o no están o simplemente no existe.

Somos eso.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Fue un agrado conocerte

Quiero que sepas que me es muy grato haberte conocido. Que hemos pasado buenos momentos, algunas veces malos valga decirlo, pero en general muy buenos. Muchas veces me has acompañado en mis penas, alegrías, lo cual creo que está perfectamente bien y me hace sentir que estuvimos conectados.

Me gustó que nos conociéramos de esa forma, aunque fue inesperada, creo que fue una de las mejores. Porque todo se dio súper bien. Y fue entretenido mientras duró, no te parece?

Pero bueno, todas las cosas se quedan en el pasado no más. A penas tengo recuerdos claros de esto, lo que no me hace olvidarte precisamente. Tampoco hace que me seas inolvidable...

Fue bueno mientras duró. Esos consejos que ahora pesan cada vez menos o esas llamadas de consuelo que ni tú misma piensas que me hiciste. Fue bueno, sí.

Fue.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Experiencia

Que eso te sirva de experiencia. Que todas esas cosas que has pasado te sirvan de experiencia para lo que vendrá.

El amor, desamor, la desatención, el olvido.

Todo eso. Que no te vuelva a pasar... y que sigas siendo la persona maravillosa que sé que eres. Lo vas a lograr... aunque sientas que actualmente no tienes ninguna oportunidad de mejorar... aunque lo sientas...

Vas a ver. Todo estará bien. Todo...

sábado, 6 de noviembre de 2010

Momentos buenos juntos

Piensa en esto. Detente un momento. Piensa en cuántas veces la pasamos bien, estuvimos juntos, me quisiste ver, me extrañaste, me necesitaste.

Piensa.

Sigue pensando.

Sí. Yo tampoco encontré respuestas.

Esto resume todo, no te parece?