martes, 24 de marzo de 2009

Prozac - Cap 7


En las épocas que corren, guardar teléfonos y datos personales de la gente que te interesa a través de tu vida es algo sumamente extraño. A mi no me parece así. De hecho, creo que es la mejor manera de mantener contacto permanente con aquellos que deseas volver a comuicarte. He esperado mucho tiempo para volver a ver a esa persona y no perderé la oportunidad de hacerlo.

Estoy totalmente seguro que podré volver a verla. Es sencillo, ya que jamás cambia sus teléfonos de contacto, aunque cambie de aparato celular, no lo hace de número, así como yo. Una manía que, de hecho, ella me contagió. Pero ese es otro cuento en este instante.

Tomo delicadamente mi BlackBerry Storm, la cual llevaba sonando un rato y no había contestado estando, embelesado, leyendo la libreta, cuando de pronto vuelve a sonar. Mi secretaria. Me dice que tiene deseos de chuparmela, que no aguanta las ganas de darme besos franceses apretados, duros y dolorosos. Eso me excita, pero medianamente, así que le digo que se tome un par de ansiolíticos, que eso me pone caliente y que me llame en unos minutos más, que estoy ocupado revisando la grilla de canales, suspiro lentamente mintiéndole. Aprovecha entonces de darme la minuta del día siguiente y corta, diciéndome lo mucho que se tocaba la entrepierna mientras me hablaba. Es ninfómana, pero no lo suficientemente loca como para que me fascine.

Tomo nuevamente la libreta en el punto exacto en donde la había dejado y de pronto veo su nombre, su delicado y reiterativo nombre. Ese que siempre llamo entre sueños. Puta de mierda.

Disco los números tembloroso, eso me molesta, así que busco un Valium en mi mesita de noche y me lo tomo, a ver si con eso consigo hilar algo coherente. Ella también me enseñó esa mierda.

Marco y espero. Espero que no esté follando. Como para que conteste el puto teléfono y no la haga corta por el apuro y la sorpresa. Contesta más rápido de lo que pensé y es su misma voz temblorosa y extraña. Indefinible. Listo. Todo es más fácil de lo que pensé.

Sólo falta el desarrollo del acto.

domingo, 22 de marzo de 2009

Lo sabía...


... y a pesar de eso no quería tenerlo en mente. Ni siquiera pensar en ello. Pero está bien, debe ser así...

Porqué tengo que seguir sintiendo esto. Escondido. Casi en letargo. Pero sigo sintiéndolo. No es justo. Nada es justo.

Y ahora, justamente ahora, cuando deseaba en lo más profundo de mí cambiar, tengo que aceptar, asumir, saber que nada termina. Sólo cambia. Y esto cambió hace mucho.

No quiero escribir más. Necesito de alguien que debo dejar. Necesito de algo que no tendré. Lo siento.

Perdóname si hago lo que siempre pensé hacer. Nada más queda. Una lástima. Y esa lástima, soy yo.

sábado, 21 de marzo de 2009

Carta perdida

Camino por mi pieza, solo. Miro una carta en el suelo entremedio de mi sollozo. Comienzo a leerla...

Estoy emputecida, lo sé, no estoy pasando por mis mejores días. Solamente quiero que me des el espacio necesario dentro de tu cabeza para poder entenderme porque sé que no me entiendes o dices entenderme para darme en el gusto pero sé que es mentira porque no entiendes nada. No quiero que me digas que sí a todo, entiendemelo bien, sólo que me escuches (leas en este caso) que nada ni nadie puede entenderme ahora, ni cuidarme ni quererme ni acompañarme.

No me odies por eso que es lo que menos quiero pero déjame pensar y hacer las cosas que quiero hacer y necesito hacer, estaré mejor si me dejas sola si me dejas así, si me dejas un tiempo, déjame sola.


Herirte es lo que menos quiero pero intentando complacerme logras todo lo contrario y me emputezco más y no puedo aguantarlo, como cresta quieres que te lo diga para que por fin te quede claro que me dejes porque no hay otra solución para esto.


Creeme que sabía que esto iba a pasar, pero son cosas que deben pasarnos a ambos aunque a mi me tienen cansada estas cosas y creo que sabes porqué. Sólo quiero que me dejes y punto, no quiero que me vuelvas a mirar ni decir nada, basta de todo esto porque más pena me das, me das lástima me das vergüenza, siempre me diste vergüenza y mejor que te lo diga ahora aunque te duela a futuro me lo agradecerás.
Espero que leyendo esto te queden claro algunas cosas. Chao.

Entiendo. Entiendo perfectamente. Me quedaron tan claras las cosas como los pedazos de vidrio que se posan debajo de mi. Tomo uno en mi mano y comienzo. Oh Madre, perdóname...

miércoles, 18 de marzo de 2009

Sentada en la mesa...


Hice lo posible para que las cosas se dieran por el curso normal. Lo posible no siempre logra resultados. Traté de que las cosas continuaran así, más tranquilas, olvidar, seguir. Lo intenté. Pero, bajo ningún pronóstico, no se cumplió.

No me puedo safar aunque quería. En realidad, dejé que fluyera naturalmente. Tal vez "he ahí el error", pero es que estoy chato de tener que calcular cada movimiento que hago, de hecho no quiero volver a hacerlo. Sorpresivo es lo de menos. Lo de menos.

Verla ahí, sentada. Se veía tan... no sé, ya no sé. Sólo atiné a ni siquiera dirigirle una mirada. Nada, hasta que se dio cuenta. Eso tampoco estaba dentro de los planes. De todos modos, de seguro luego lo olvidará y no lo tomará en cuenta, eso es lo bueno. Porque así tiene que ser. Así tiene que ser.

Estoy más triste que la mierda, pero nadie lo sabrá, aunque lo leas no lo comprendes porque no me conoces, solamente sé que me tengo que tragar esta pena, nostalgia, nerviosismo y stress con tal de seguir...

Las cosas debieron haber seguido estando como estaban, nada de reencontrarse, nada de nada. Esto se vuelve insoportable. Estaba tan bien pensado.... y de pronto todo cae en lo mismo, aunque sea un volátil instante...

lunes, 16 de marzo de 2009

Prozac - Cap. 6


Sigo mirando hacia el techo después de bañarme. Pero esta vez, paso el tiempo recostado en mi King Plaza tratando de buscar algo interesante en la Televisión Digital, la cual asegura tener variada cantidad de canales. En todos se transmite la misma mierda. La variedad sólo se da por quién te da mayor cantidad de estupideces por minuto.

Fijo mi mente en blanco, como si pudiera hacerlo, así que tomo un Nuprin que tenía en la mesita de noche, me dolía de gran manera la pierna izquierda, específicamente el muslo en su parte interior. No tengo la más puta idea de qué pueda ser. Solamente espero que se me pase el jodido dolor.

Trato de fijar nuevamente mi mente en blanco y no recordar esas mierdas que llaman sentimientos y seguir siendo lo que siempre he sido, algo que me tiene medianamente satisfecho. Por lo menos en mi trabajo soy exitoso y tengo placer continuo y cuando se me place. Conozco mujeres que pueden ser tan putas... no involucran nada más que su sexo. Saben lo que quieren. Lo saben muy bien.

Yo no quiero nada en particular. Por eso es más fácil. Toda esta farsa que es mi vida es mucho más fácil cuando dejas de querer algo. Me levanto desnudo de mi cama y me poso en el espejo, mirándome y repugnándome a la vez que siento que mi cuerpo merece ser mancillado, pero no dañado, usado, pero no maltratado. Y mi cuerpo ha sido utilizado millones de veces.

Sigo mirándome y observando firmemente mis ojos. Solamente veo el reflejo del espejo, o sea, a mí mismo nuevamente. No siento absolutamente nada ni ahora ni antes ni después. Tomo una bata que estaba colgada en mi Salón de Baño y salgo hacia el balcón. Suena mi BlackBerry...

Miro hacia abajo y me pregunto... ¿Dónde dejé esa libreta con esa dirección?

viernes, 13 de marzo de 2009

Pasto


Creo caminar por donde debo caminar. Por lo menos por donde me lleva el cansancio. Ese cansancio que me enseña que cada paso es más pesado que el anterior. Mis pies apenas se mueven. Llego al lugar que deseaba llegar, al único que me espera desde siempre.

Me tiendo bajo la sombra de un cálido árbol que se encuentra allí como si me estuviera esperando y me envuelvo en la nada, en pensar en nada, en tener nada, en estar solo y aceptarlo en creer firmemente que no existe nada más, ni pasado ni futuro, sólo el presente, esa mierda de presente que, quién lo diría, me tiene en un costado de la Costanera mirando hacia la nada y con la selva de cemento a mis espaldas... y un montón de penas atrás.

Penas y alegrías que se confunden, se enredan, se envuelven en un gran espacio que llena el descanso que me tiene tendido en ese pasto tierno que me acoge como si fuera lo único en este mundo que me quisiera. Y cierro los ojos para verte y echarte de menos, siento como si estuvieras ahí, me dijeras que todo estará bien, me abrazaras y pusieras tu mejilla junto a la mía, pero te desvaneces porque no estás, eres lejana, eres inexistente tanto como los recuerdos que te conforman.

Siento que el Sol que se esconde entre las hojas también lo resibes tú y estás con alguien más y eres feliz porque es a quien quieres y soy feliz porque lo quieres y soy feliz porque eres feliz y es lo único que me importa porque siento que lo mereces.

De pronto suena mi celular y me despiertan y me preguntan si "estoy bien" con voz preocupada ya que no he llegado a mi lugar de trabajo a tiempo... y me lo dice alguien que jamás imaginé que me lo diría y me sentí entre bien y extraño de que no me dejaran estar conmigo mismo un momento pensando en que jamás sabrás que pensé en ti y que me preocupas y que todo lo que hago lo hago porque te conocí.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Concursos


Tienen razón en eso. Definitivamente, tienen toda la razón. Ya sabes, eso de que "buena suerte en el juego, mala suerte en el amor..." Algo así me pasa ahora. Justo ahora. Una lástima por un lado, porque se confirma una teoría, pero buena por el otro porque se gana.

Esta semana he recibido la no despreciable suma de 3 premios. Uno, un soundtrack. Dos, un jockey. Tres, una suscripción gratis. Y en ese orden. Y todos participando porque el ocio me dominó (de vez en cuando sucede) en diferentes concursos. Lo mejor es que recibí todo eso junto.

Ahora me pregunto, que teniendo tanta buena "racha", debe ser por algo. Debe ser porque, según la máxima que acabo de mencionar, DEBE ser así, ya que en el amor me va mal. Cosas que pasan en realidad... a estas alturas solamente queda la aceptación y resignación.

O tal vez no sea tan así. Trataré de hacer otra prueba. Ahora intentaré tener suerte en el amor y mala en los concursos. Será sencillo probar, solamente debo intentarlo. Y cuando crea que todo va bien jugar un raspe.

Si gano el raspe, estoy frito, la cosa terminará mal, como siempre. Si no... creo que me conformaré con haberme ganado por última vez algo ahora y... ser feliz. Debo intentarlo al menos... supongo.

lunes, 9 de marzo de 2009

Nunca jamás


He pensado en las cosas que perdí. He pensado en las cosas que ya no están. He pensado en que no puedo recuperarlas. Esas cosas son la felicidad, la alegría, soñar... nada de eso tengo. Nada.

Sólo soy un espasmo de lo que alguna vez fui. Trato de fingir lo que más puedo, pero ya no me da. Estallo de rabia más seguido y cada vez estoy más uraño. No sé si me estoy perdiendo en este residuo de persona que soy ahora, pero es lo que me está pasando. Quiero volver, pero ya no puedo. Me transformé.

No sé si sigo solo. Tenía amigos. Tampoco quiero herirlos. Y sentí que lo estaba haciendo. No sé si hice bien con dejar que pase el tiempo, no tengo idea de nada de lo que hago ultimamente. Pero necesito tanto de eso. De comprensión. Solamente de eso. No quisiera perder...

Ahora sigo adelante sin ningún propósito y pensando decisiones que, tal vez, no serán las adecuadas. Futuro incierto. Miedo e incertidumbre. Y sobre todo soledad. La familia sigue allá afuera, lo sé. Pero no quiero involucrarlos. Nunca jamás.

Haga lo que haga, sea lo que sea, nadie sabrá. Solamente se darán cuenta cuando ya haya sucedido. No quiero hacer sufrir a nadie y yo ya no estoy en condiciones de soportarlo más.

Creo que llegará el momento en que por fin haga un plan definitivo para escapar de mi mismo. Y huir. No quedan más opciones. Por lo menos, siento que se me agotan las opciones. Por la cresta, nunca jamás seré el mismo... pero no quiero ser esto tampoco... nunca jamás!