jueves, 11 de noviembre de 2010

Cuando las cigarras cantan

Te vi en esa noche tan silenciosa, estabas mirando a la nada, pensando en llorar, imaginando en llorar... se podía escuchar el dolor de tu alma.

De pronto, pensé que podía ser oportuno acercarme. Tal vez, sería bueno consolarte. Lo hice despacio, con tal de que no te dieras cuenta de mi presencia hasta que tus lágrimas permitieran que me vieras. Quería que te sintieras bien.

De pronto, comienzo a escuchar a las cigarras cantar. La noche, no quería ningún otro sonido que tus suspiros, pero estos insectos se interpusieron.

Tomaste de tu cartera algo, no pude ver bien. Me oculté en un árbol. Y empezaste a desgarrarte los brazos con tus uñas y comenzaste a llorar más y más fuerte, quise acercarme más, pero estabas desnudándote y te tiraste al río frente a ti y te hundiste, corrí, corrí, pero las malditas cigarras era lo único que podía escuchar entre tanto barullo...

Extendiste tu mano. La quise tomar pero se desvaneció y solamente permaneció lo que habías sacado de tu cartera... era una nota:

Te quiero. Pero lo siento.

El sonido de la noche se hizo más fuerte y las cigarras culminaron su murmullo como quien finiquita un suspiro de vida...

Tu vida en condicional

Duramos lo que te servimos en tu vida. Haces lo que quieres, nos entregamos, te damos todo lo que deseas, pero nada de eso llena tus expectativas. Solamente el miedo a que te dejemos primero te aleja de todo lo que desearíamos darte...

Felicidad, mi querida amiga. Felicidad. Tan simple como suena, tan simple como se escribe.

Pero la deshechas, a nosotros y a todo lo bueno que podría rodearte.

Eso te gusta. Tu vida condiciona todo lo que llega a ella. Eso te encanta. Eso te mereces.

martes, 9 de noviembre de 2010

Finalmente nos estamos acompañando solamente

Es eso. Una mera compañía. Nos acompañamos mientras quienes realmente lo hacen, esperan o no están o simplemente no existe.

Somos eso.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Fue un agrado conocerte

Quiero que sepas que me es muy grato haberte conocido. Que hemos pasado buenos momentos, algunas veces malos valga decirlo, pero en general muy buenos. Muchas veces me has acompañado en mis penas, alegrías, lo cual creo que está perfectamente bien y me hace sentir que estuvimos conectados.

Me gustó que nos conociéramos de esa forma, aunque fue inesperada, creo que fue una de las mejores. Porque todo se dio súper bien. Y fue entretenido mientras duró, no te parece?

Pero bueno, todas las cosas se quedan en el pasado no más. A penas tengo recuerdos claros de esto, lo que no me hace olvidarte precisamente. Tampoco hace que me seas inolvidable...

Fue bueno mientras duró. Esos consejos que ahora pesan cada vez menos o esas llamadas de consuelo que ni tú misma piensas que me hiciste. Fue bueno, sí.

Fue.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Experiencia

Que eso te sirva de experiencia. Que todas esas cosas que has pasado te sirvan de experiencia para lo que vendrá.

El amor, desamor, la desatención, el olvido.

Todo eso. Que no te vuelva a pasar... y que sigas siendo la persona maravillosa que sé que eres. Lo vas a lograr... aunque sientas que actualmente no tienes ninguna oportunidad de mejorar... aunque lo sientas...

Vas a ver. Todo estará bien. Todo...

sábado, 6 de noviembre de 2010

Momentos buenos juntos

Piensa en esto. Detente un momento. Piensa en cuántas veces la pasamos bien, estuvimos juntos, me quisiste ver, me extrañaste, me necesitaste.

Piensa.

Sigue pensando.

Sí. Yo tampoco encontré respuestas.

Esto resume todo, no te parece?

viernes, 5 de noviembre de 2010

Me dieron ganas de escribirte

Quise saber de ti una vez. Eso fue hace unos días. Me dieron ganas de escribirte, para saber cómo iba tu vida luego de tanto tiempo que no te veo. Y también, iba a aprovechar de contarte cómo estoy yo, aunque obviamente sé que no te interesa saberlo demasiado, pero de todos modos lo iba a hacer, así te animabas a contestarme...

Pero me arrepentí....

Más que nada, fue porque tal vez te moleste, tal vez te incomode, tal vez te dé demasiado lo mismo, no sé. Y como no deseo sentir tanta incertidumbre, preferí dejarlo de lado.

Al menos por ahora...

De todos modos, si lo hago, será con la mejor de las intenciones. Quiero saber de ti porque siempre serás importante para mi. Hasta que me vaya por fin, hasta que desaparezca y todo empiece otra vez.

jueves, 4 de noviembre de 2010

A un matrimonio.

Hace unos días fui a un matrimonio. Mi naturaleza solitaria me llevó a ir solo. Ni siquiera hice mayores esfuerzos para encontrar una pareja (al par de personas que les pregunté, nunca más les mencioné el tema y una me dijo que no porque iban conocidos que ella detesta; tema aparte).

No hubo problemas, quería pasarlo bien y toda la cosa, solo... siempre solo. Pero asumido y sin ningún problema!, todo lo contrario. Pero, fue todo tan inevitable...

Las preguntas: "y su polola?", "y tu pareja?", "pero porqué andas solo si siempre andabas acompañado, hombre!".

Claro. Eso tal vez no sea tanto problema. Y no lo fue tanto porque, me estoy acostumbrando a estar así. Es que con las compañías que he tenido últimamente, creeme que he preferido andar así.

La cosa es que llegó el momento de la cena (la ceremonia fue realmente bonita, corta, pero bonita... además hace tiempo no iba a misa) y me empecé a sentir solo. Veía como todos conversaban con sus parejas y yo, pues nada. Comí. Callado. Solo.

Y empezó el maldito baile. Me quería ir. No puedo explicarlo, pero al final me vi parado frente a la pista mirando como todos estaban acompañados, menos yo. Y me sentí patético. Por desear estar acompañado, por estar ahí, por mirar, por sentirme como la mierda cuando no corresponde, por volver a sentirme un weón solo y triste como hace tiempo no me sentía...

Un grupo de amigos me invitó a bailar, emparejados obvio, pero me vieron ahí y me invitaron a una cerveza. Comencé a bailar y me sentí peor. No sé. Dejé la botella en una mesa, pesqué mi chaqueta y me vine a mi casa.

2 de la mañana.

Y volví a mi casa, me acosté y pensé en lo solo que estoy. En lo que bonito que sería alguien que "apañara" cada instante, me apoyara, me quisiera, se preocupara... pero no. Eso lo había suprimido estos meses para lograr objetivos laborales y objeté mis sentimientos, tanto los buenos como los malos y olvidé esta soledad que me abruma, pero que esa noche me recordó.

Dormí. No me trasnoché más ni me desvelé. Dormí. Y olvidé. Y seguí...