miércoles, 22 de septiembre de 2010

Dime adíos

No sigas con esto. No te das cuenta cuanto me afecta. Estoy seguro que en el fondo de tu corazón también es difícil para ti, porque si no, no entiendo el porque lo hiciste. Diste media vuelta, y no supe más de ti. Ni siquiera me dijiste adiós.

No te importaba poco. Dijiste tantas veces que me querías, abrazándome. Pediste tantas veces que no te dejara jamás, temblorosa. Y pasa esto. Porqué las personas quieren irse!

Protegerme?, cuidarme desde lejos?. No. No te das cuenta de lo que realmente significa que te hayas ido así de mi vida.

No tienes idea de cuánto te necesité. No. No tenía que poner una "batiseñal" para que te dieras cuenta. El verdadero apoyo llega por si mismo.

Al menos, me hubieses dicho adiós...

martes, 21 de septiembre de 2010

Intención

Intenté que saliéramos, intenté hacerte feliz, intenté preocuparme, intenté estar ahí.

Al final, aunque me esforzara nunca veía una sonrisa en tu rostro. Por un momento, en muchos momentos, pensé que desperdiciabas a alguien bueno en tu vida, pero... eso no lo puedo juzgar yo. Ni siquiera sé si fui tan bueno en realidad... lo único que sé es que todo lo que hice quedó en "intención".

No quisiste más que eso de mi.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Hay límites

Cuando simplemente no se puede hablar si no que solamente discutir, las cosas se vuelven insostenibles. Cualquier cosa se vuelve una discusión. Y se dicen cosas que no se quieren decir.

Bueno, esto último nunca lo he creído mucho que digamos, en realidad siempre decimos lo que pensamos. Que termine siendo doloroso es otro tema. Pero, si se vuelve repetitivo, entonces estamos en problemas.

Hay límites. Las personas deben tratar de entenderse, sobre todo si se quieren, ¿porqué entonces es tan difícil de conseguir? Puede ser rabia, puede ser hastío, puede ser de todo.

Siempre cuando llego a este punto (todos hemos llegado, todos llegaremos y todos seguiremos llegando) siento que las cosas se me escapan de las manos y siento como ya nada puede ser como antes y... sinceramente, siento miedo. Miedo de finalmente perderla, más que nada por mi responsabilidad. Más que nada, porque siento que en cierto sentido soy culpable de lo que pasa.

Y claro que lo soy. En realidad, lo somos.

Las peleas son de a dos, las discusiones son de a dos, los desacuerdos son de a dos. No hay ganadores ni perdedores, solamente hay gente herida...

Quedo mal después de una discusión, la otra persona pienso que también (no siempre). Es tan fácil izar una bandera blanca... intentémoslo, quieres?

sábado, 18 de septiembre de 2010

La Prueba de la Puerta

Esto lo escuché en la película "Una Historia del Bronx" y tal vez le sirva a algunas personas:

Si sales con una chica y la llevas en auto, hazle la prueba de la puerta. Es fácil. Abre la puerta del auto de su lado, esperas que entre y luego te das la vuelta por la parte de atrás. Obviamente, el lado tuyo del auto debe estar cerrado también, si la chica en cuestión no saca el seguro de tu puerta, ni siquiera se toma la molestia en hacerlo, entonces no habrá próxima cita. No vale la pena.

Es tan egoísta, que no piensa nada más que en ella y esta simple prueba lo demuestra. Si no pasa la prueba, olvídala.

Es sencillo. Y... funciona.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Dediqué una canción

Pocas veces he dedicado una canción. Por decir que... nunca. Bueno, casi. Una vez lo hice. Y con magros resultados.

Resulta que esa canción pertenecía a unos recuerdos "no muy gratos" para la chica en cuestión. Por tanto, me lo agradeció, pero me salió con otra historia entre medio que definitivamente no quería saber.

Y me dio pena, puesto que lo había hecho con las mejores intenciones y porque de verdad era lo que sentía. Pero esta chica era tan... no sé. Sentí que de verdad no lo agradeció. Así como muchas cosas que jamás agradeció.

En fin. Prefiero escuchar canciones que me recuerdan a alguien que realmente dedicarlas. Por si acaso, al menos, por ahora.

jueves, 16 de septiembre de 2010

No se vale buscar: Sólo encontrar

Algo parecido me han dicho últimamente. Y, como me estoy acostumbrando seriamente a esta situación apremiante, al parecer es la mejor opción.

En esta vida estamos acostumbrados a buscar las cosas, a esforzarnos a lograr todo lo que queremos. Pero... no siempre es así. A veces, las cosas solamente llegan. Oportunidades, momentos, personas... que no buscas. Cuando exactamente dejas de buscar, paf!, aparecen.

Suele sucederme.

Así que, ahora no espero nada, sigo adelante, hago mis propios planes y no espero nada. Esa es la actitud... que debe prevalecer, siempre. Siempre...

Así espero.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Por diversión

No tenías nada mejor que hacer que meterte conmigo. Por eso lo hiciste. Tal vez, fue porque querías equivocarte, oh claro. Por supuesto que pudo haber sido por eso. Es fácil saber cuando las cosas saldrán mal. Dejaste que me encganchara, lo permitiste, lo lograste, me heriste.

Por tu parte, todo fue coser y cantar. Nada del otro mundo, nada que te importara realmente. Me viste sufrir, te fuiste de mi.... y nada. Sólo pensabas en lo imbécil que fui al quererte demasiado, te hastiaste y seguiste adelante, dejándome atrás.

Te burlaste de mi. Me decías que era un patético, en frente de todo y cada uno que ni siquiera me conocía. Es eso lo que más te hacía gracia. Me dijiste tantas veces que "me dejara de joder". Eso fui para ti. Un imbécil que te jodía la pita...

Fui una mera diversión en todo sentido para ti. ¿Te gustó destruir mi corazón? ¿Te divertiste?

Qué bien por ti. En serio que sí.

martes, 14 de septiembre de 2010

En ese bus

Me sorprende que después de tantos años, aún lo recuerde. Seguramente, lo has olvidado por completo. El asunto es que, se dio la oportunidad en que nos quedaramos solos... y fue en un bus antiguo. Creo que fue por circunstancias que ahora no importa recordar, tanto como realmente importa recordar esto: estábamos solos.

Era el momento. Era un niño. Tú también eras pequeña. La única de los dos que quería tomar realmente la iniciativa. Yo, por mi parte (y como generalmente me pasa), no me daba cuenta de nada.

Hasta que llegó el momento en que nos quedamos solos y sentados uno al lado del otro. Este bus tenía unos brazos que se movían, así que lo moviste y quedamos aún más juntos. Y me miraste, con unos ojos coquetos. No atiné a nada. Pero fueron instantes tensos, fuertes... y con mucho cariño.

Fue bonito. Luego, pasó lo que tenía que pasar entre los dos (más temprano que tarde), pero ese día, fue genial saber que nada se presionó, sólo se dió el inicio de algo. De algo que pasó hace mucho, pero no deja de ser un bonito recuerdo...