En medio de la noche

Tuve una pesadilla. Estoy seguro que era una pesadilla. Era difuso. Creo que estaba en mi época escolar, en donde nos juntabamos con varios de mis compañeros. Era una especia de cancha. Éramos varios. Hasta ese momento, todo era normal...

Hasta que era momento de irnos. En realidad, era una junta y se suponía que hace años no nos veíamos. Entonces, algunos se llevan a sus hijos. Y veo a una niñita pequeña, la tomo en brazos y se la paso a su mamá. No la logro identificar, solamente que la niña, al tomarla, me dice "papá" y me pongo a llorar, disimuladamente. Esa niña era mi hija y no podía aceptarlo. No quería aceptarlo...

Desperté. Llorando. Abatido me di vuelta y miré mi velador. Lamentablemente, ya no estaba mi celular encima, prendido, listo para... en fin. En medio de la noche, desee que estuvieras ahí...

No tenía a quién contarle esto. Lo dejo por escrito...

Sólo ten un poco de paciencia

Paciencia. Si al final del día, alguien te valorará, te buscará y querrá estar contigo. Así de simple. Alguien que te vea como lo que realmente eres.

No el mejor amigo, no el mejor partner.

El mejor hombre.

Eso me dijeron un día. Me lo dijeron con una sonrisa y con ojos de esperanza. Hay pocos buenos. Buenos como tú, me dijeron... ya habrá alguien que de verdad, realmente, te ame...

Así de simple.

Ve la realidad

Esa es la realidad. La que ves ahí, para qué la quieres negar. No tienes escapatoria. Es lo que te corresponde. No tienes opción. Absolutamente ninguna. Ni de escapar, ni de negarla. Es lo que está al frente de tus ojos.

Pero, la deformas. Sí, aceptalo. La deformas. La cambias sin darte cuenta. Formas universos paralelos en tu mente. Engañas a lo que te rodea. Moldeas todo a lo que tu mente quiere. Crees ciegamente en lo que te imaginas. No está bien, definitivamente no está bien!

Te lo digo, porque te quiero.

Me gustaría que supieras que te entiendo. no te justifico, ni tampoco te juzgo. Pero entiendo. Tal vez, la realidad es tan fuerte, tan injusta, tan dolorosa... que no tienes escapatoria. Tu alma está tan dañada que no puedes más que crearte un escudo de defensa... y esa es la imaginación que llega a reemplazar a la realidad.

Esa realidad que te duele...

Ojalá, si llegaras a leer esto... si de verdad, en serio, llegaras a leer esto, lo pienses un momento. Lo medites un instante. Para que sientas la realidad al menos unos instantes...

Por favor. Es por ti...

Pero cuando se le necesita...

Siempre estoy. Siempre apoyo. Siempre consuelo.

Pero, cuando se necesita lo contrario, no está. Simplemente no está.

No tiene porqué estar, tal vez. No es su obligación, quizás. No lo sé. Ni lo sabré nunca, porque jamás me lo dirá, porque jamás se lo preguntaré, porque jamás me lo dirá... porque siempre ha sido mi vida de ese maldito modo...

Siempre lo ha sido...

Doy, doy, doy... pero jamás, jamás es equivalente a lo que podría recibir...

Sólo necesito compañía... en el momento justo. Consuelo, en el instante adecuado. Nada más que eso...

Nada más ni nada menos que lo entrego siempre. Siempre...

Al final, siempre quedo igual

Sí. Siempre soy igual.

Ya no tengo remedio.

Por eso la paso mal.

Es por el miedo a estar solo?

Es porque soy muy... sentimental?

Es porque, tal vez, sea demasiado imbécil para estos tiempos.

No lo sé y nunca lo sabré. Nadie nunca me lo dirá. Porque, no sé si hay alguien que de verdad valore ese hecho inaludible de quién soy y de cómo es mi alma. No importa lo que me rodee, si mi alma, si corazón están... en una incertidumbre eterna...

Nada importa si todo es así. Aunque sea un duelo interno. Que nadie sepa. Nadie debe saberlo... solamente yo... ya?

No es sólo un juguete...

Había un niñito que siempre jugaba solo en una plaza. Se quedaba sentado en un banco, esperando. Siempre esperando. Hasta que un día, encontró un lindo juguete... lo tomó y se lo quedó.

Y ahora, cada vez que iba a la plaza, jugaba con su juguete nuevo. Era feliz, era solamente él y su juguete, nadie más. Iban a ser amigos por siempre...

Hasta que un día, un día nublado y triste, otro niño vino y le quitó su juguete. Y el juguete no hizo nada, sólo se fue con ese niñito y dejó al pequeño solo... no pudo defenderse. Se quedó solo otra vez...

Y su juguete se fue.

Sabía que podía pasar. Sabía que no podía ser para siempre. Sabía que todo iba a acabar. Sabía que no podía ser tan lindo. Pero no importaba. Porque, en el poco tiempo que estuvo en su vida, ese juguete lo hizo feliz...

Haber sido feliz, aunque sea unos días, para ese niñito, fue lo mejor en su vida... luego, siguió solo y los recuerdos hasta ahora, son lo único que me mantienen en pie y no hacen que me desmorone cada puto día de esta vida que no me deja tener a mi lado lo que más quiero en este mundo...

Esta vida egoísta y cruel...

Yo no sé qué buscas de mí...

No sé para qué insistes en buscarme. En hablarme. En decirme ese tipo de cosas. Es como, en el fondo de ti misma, buscaras algo de mi, algo que puedo darte... pero, qué es?

Placer.

Ayuda.

Cariño.

Atención.

No tengo idea. Solamente disfruto cuando me buscas. Cuando quieres verme. Cuando quieres pedirme ayuda. Cuando me necesitas. Aunque no sepa tus intenciones. Aunque esté seguro que solamente piensas en tu propio beneficio personal. Pero algo me pasa contigo...

Que me gusta tenerte cerca... tu sonrisa, que te rías conmigo a veces...

No sé. De un tiempo a esta parte, no sé. A pesar de saber que algún día dejarás de buscarme, me agrada...

Debe ser la soledad, no crees?

Todo por culpa de los sentimientos

A veces actuamos de formas tan extrañas cuando necesitamos de alguien. Cuando queremos tener a nuestro lado a alguien. Cuando sentimos que nuestros sentimientos son pasados a llevar. Cuando nos sentimos solos.

Podemos llegar a hacer cosas extrañas.

Cosas raras. Cosas malas. Depende el punto de vista. Dependen las vícitimas. Dependen muchas cosas...

No es que hayan malas intenciones. (Bueno, eso depende). Es sólo que quieres defender tu amor. Quieres defender lo tuyo. Y te vuelves loco haciéndolo. Destruyéndote a ti y a quienes te rodean.

Ya sea llamando la atención o haciendo daño. Sin querer. Sin poder darte cuenta de la verdad...

Es doloroso. Pero, también es triste. Es mejor olvidar, seguir adelante y no dañar a más personas, ya es suficiente conque tú estés dañado, como para además sumar más víctimas... basta.

Ojalá algún día te des cuenta de eso...