Nota

Encontré esto debajo de mi cama:

Hola.

Creo que, cuando leas esto será demasiado tarde. Ya no estaré aquí. No, no es un viaje. Cuando leas esto, me habré matado. No podrás impedirlo porque al terminar esta carta, tomaré un cuchillo y me cortaré la yugular. Dicen que morir desangrado es horrible, quiero comprobarlo... es que la cicuta es demasiado elegante para mi...

Fuiste una gran persona, nunca te lo dije. Creo que nunca te puse atención. Siempre te preocupabas, pero eso no me importaba. Conque cogieramos era más que suficiente para mi. Sí, bueno, con eso me sentía, digamos, querida...

No sé qué me pasó, tú no podías conmigo quizas, no sé. Si era así, es que me daba miedo que me quisieras demasiado o yo llegar a quererte, qué se yo! Por eso nunca te dije nada.

Es así, de repente. Lo siento. Espero, de todo corazón, que seas feliz. Yo era una mierda, reconocelo...

Te quiero. Ahora, lo dije de corazón...

Ojalá a nadie nunca le pase esto. Ojalá...

Tonto

Soy un imbécil. No quiero más, para qué fingo frente a todos? No puedo más. No quiero más. Me ganó, todo estro me ganó hace tiempo...

La soledad, la necesidad de querer ayudar, las ganas de... olvídalo. Todo eso ya no es nada. Nada. No tengo nada ni nadie, solamente me pongo a pensar en lo que no es, lo que no será, pero ya tomé la decisión: debo desaparecer.

Si lo hago, si ésto sigue así, tendré que desaparecer. Tendré que irme de aquí sin rumbo, solamente con el objetivo de estar solo porque el destino así lo quiere, así lo querrá... no hay vuelta atrás... si las cosas siguen este camino, si todo esto termina por consumirme, entonces desapareceré...

A nadie le importo, nadie. Salvo mi familia, me siento miserable... miserable!

Soy un tonto sin remedio que no debió haber seguido adelante...

Aún estoy aquí...

Sí, aunque no lo creas. Sí, aunque ya ni siquiera existas. Sí, aunque ya nada más quede de ti. Aún estoy aquí...

Sí, aunque ya no me hables, no me mires, no me consideres, no me miras, no respires, no existas en este mundo. Aún sigo aquí...

Sí, aunque no confíes en mi, aunque ya ni siquiera sepas mi nombre, aunque tu cuerpo se pudra en el cementerio, aunque los gusanos consuman hasta tu alma. Aún sigo aquí...

Mirándote, observándote, queriéndote. Aunque no estés presente. Aunque no creas que yo esté presente... creeme, no tengas ninguna duda...

Aún sigo aquí...

No lo haré más

Juro que no lo haré más. No sé si usé las palabras adecuadas, pero al final la intención era buena. No sé ni siquiera porqué hago las cosas a veces.No debo, no debo, no debo...

No debo preocuparme por nadie, así de simple. Prometo que era con buenas intenciones...

Ahora, no tengo ganas de nada. Así no se puede, simplemente no se puede...

Vaya...

Pensaba en cómo estabas. No me respondes. No quieres responderme. No sé, al menos saber qué pasa. No sé.

Ya no me explicas nada, ni me dices nada. No quieres que sepa nada.

Así es como la gente se aleja de las personas. Así de simple...

Balbuseo palabras sueltas, pensando en que, al final, al final... te quedarás sola si sigues así...

En serio. Vaya que sí...

Terremoto en Chile

Pequeños paréntesis para reflexionar. Soy chileno y también sufrí, en la capital de la ciudad, lo que fue este terrible terremoto. Solamente me queda enviar fuerza a todos quienes me rodean y también a aquellos que pasan por un mal momento...

Y pensar que a muchos se nos pasó la vida en un segundo. Yo ya me había resignado, gracias a Dios, las cosas salieron bien.

Espero estén todos bien, aunque no sé mucho debido a que las comunicaciones siguen magras. En fin...

Los avatáres de la naturaleza, dicen... Fuerza Chile!

Si me dijeras la verdad...

Si me dijeras la verdad podría ayudarte, te decía mientras llorabas sin parar esa tarde. Solamente, seguías llorando. No sabía que pasaba, no sabía cómo diablos entenderte y lo peor... me sentía ridículo.

Ridículo porque debo ser de las pocas personas que se preocupa tanto, pero que al final lo hace por puros vanos. Nunca me pasa nada, no te preocupes, olvídalo, son las respuestas típicas que siempre recibo. Y al final del día, nunca entiendo nada. Eso es injusto.

Demasiado.

Y seguías llorando y yo sin saber porqué mierda seguías llorando. Solamente no parabas de sollozar. No me quedó otra que abrazarte mientras se te pasaba, pensando en lo patética de la situación y como todos pasaban alrededor, de un lado hacia otro. Maldita universidad, a veces está llena...

Cuando necesito que esté vacía.

Al final te fuiste quedando en silencia y por fin, como a la Chilindrina en el Chavo, te pregunté que qué pasaba...:

Me pegó. Ese maricón me pegó.

Ahora sí que me sentí patético...

El yin y el yang...

Íbamos pensando en cualquier cosa, menos en filosofías extrañas, pasando un día más que agradable. Demasiado bueno en todo caso. De pronto, viste una librería y quisiste entrar... no sé porqué, de repente te daban esos impulsos, era cosa de seguirte lo que me costaba. Así que lo hice.

Entraste y como niña de 8-9 años, empezaste a darte vueltas por todos lados. Buscando no sé qué libro, pero buscando algo, definitivamente. O solamente era tu ansia de curiosear que tenías, aún no lo sé con certeza...

Mientras, yo también comencé a mirar por todos lados, me encanta leer, así que no me molestaba estar ahí. Todo lo contrario. Aún más si era contigo...

Finalmente, encontraste lo que tanto buscaste y me llamaste, como una hija llama a su padre. Te me acercaste, dando saltitos (si supieras lo graciosa que te veías haciendo eso) y me mostraste un libro. Era un libro sobre el Yin y el Yang... decía algo más o menos así:

El yin y yang es un concepto fundamentado en la dualidad de todo lo existente en el Universo según la filosofía oriental.

Describe las dos fuerzas fundamentales aparentemente opuestas y complementarias, que se encuentran en todas las cosas.

En todo se sigue este patrón: luz/oscuridad, sonido/silencio, calor/frio, movimiento/quietud, vida/muerte, mente/cuerpo, masculino/femenino, etc.

El yin es el principio femenino, la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción. El yang es el principio masculino, el cielo, la luz, la actividad y la penetración...

Con esas dos últimas frases, me dijiste que tú eras el yin y yo el yang. Y me miraste como queriendo decirme que "ves?, eso somos nosotros, ves, ves?"

Como si el libro lo explicara todo.

Luego, como te pusiste a leer el libro, el dueño de la libreria nos echó. Con razón, pero no lo hizo muy delicadamente. No me di cuenta de eso, pero me tomaste de la mano y nos fuimos. Me lo contaste y te creí.

Nos fuimos. Y de pronto, por una razón estupida que no viene al caso, peleamos. Después de un gran día, peleamos. Nada puede ser perfecto, menos entre el yin y el yang... lo recuerdas, verdad?, porque yo, perfectamente...