domingo, 27 de diciembre de 2009

Cuatro Hojas


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Estaba oscuro y no quería confesartelo. Hasta que me decidí a que no sacaba nada con ocultártelo, de igual forma lo sabrías. Me dijiste la frase más bonita que nadie, absolutamente nadie me ha dicho y me dirá jamás:

Qué lindo. Eres como un trébol de cuatro hojas...

Me lo dijiste con tal delicadeza y ternura, pero sobre todo sinceridad, que no pude si no mirarte y ver que tu reacción fue la mejor que hubiese esperado. Y me abrazaste. Y la noche se puso más oscura. Muy oscura.

Me dijiste las frases más bonitas, me trataste como ninguna, me consolaste como nadie, me quisiste más que nadie. Cómo no olvidarte, si nadie en lo absoluto ha llegado siquiera a decirme cosas parecidas.

Creo que ni a sentir lo mismo. Ja. De eso estoy seguro.

Al final, siempre es mejor recordar de las personas lo más bonito. Y lo más bonito de ti, es lo más hermoso que me ha pasado.

Hasta que...

sábado, 26 de diciembre de 2009

Tus Aros


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Me encantaba cuando te quitabas los aros. Lo hacías tan lentamente que me estremecía. Pienso que, de algún modo, sabía lo que se venía. Eso significaba que ibamos a estar juntos toda la tarde. Nosotros y nadie más. Una sensación que no he vuelto a sentir.

Al final lo único que me queda de ti es eso. Tus aros encima de mi velador, esperando el momento en el que te los podrías volver a poner. Y eso, era después de mucho rato, mucho, mucho rato...

Un día pensé regalarte unos. Y lo hice. Te gustaron tanto, nunca olvidaré ese día, porque fue casi perfecto. Si no fuera porque, finalmente e igual que siempre, terminamos discutiendo un poco. Pero nada que horas por teléfono no solucionara. Y nada que no solucionaran esos aros.

Recuerdo que tenían motivos bien hippientos. De hecho, tenía esos "ojos de la suerte" que son azules, no cacho cómo se llaman. Me preguntaste que "qué significaban". Te dije que iba a preguntarle a alguien que de seguro sabía, que de todas formas eran de buena suerte y daban buenas vibras. Saltaste de alegría. Y me besaste. Ya eran tuyos.

Nunca alcancé a verte con ellos puestos, pero, sabes? Sé que algún día los usaste. Tal vez ahora los botaste o los tienes guardados, o los regalaste. Pero te imagino con ellos puestos, besándome tiernamente y dejándolos en el velador...

Hasta el día de hoy.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Fin de la función.


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Increíble como hace a penas unas semanas, era todo estable. De pronto, todo se viene abajo.

Hasta la pega. Ya nada es tan seguro como antes.

Evaluaciones, reemplazos, menos pega, menos delegaciones... algo pasa.

Guardo y guardo cosas en mi interior que explotan justamente dentro de mi. Me duele el pecho de una manera que no sé explicar y no sé cómo hacerlo parar...

No sé, no tengo idea...

Termina por fin, año caótico y lleno de cambios, que al final, volveré al mismo punto de antes sin darme si quiera cuenta...

Extraño que me consueles sin preguntarme porqué...

domingo, 20 de diciembre de 2009

Encrucijada

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Pensé que en el fondo, al final, iba a lograr varios objetivos. Ser buen profesional, estar tranquilo. Aunque sea solo. Pero tranquilo.

Sin embargo, ahora, se me ha venido encima un desafío asquerosamente malo, pésimo, despreciable y lleno de incertidumbre, que yo, particularmente, no busqué. Y no lo quiero. Definitivamente, no lo quiero.

Me gustaría que alguien pudiera entender todo esto que estoy pasando, que pudiera consolarme, ayudarme, escucharme. Pero por más que busco o espero, nadie llega. Así que, debo tomar mis propias decisiones por mi mismo. Si de eso depende mi tranquilidad, así será.

Finalmente, si las cosas cambian esta semana, será por mi y no por los demás. Me cansé de hacer las cosas por otros y nada por mi. Empezaré y lo haré... aunque termine siendo el final de algo a lo que ya me había acostumbrado.

Y pensar que hace dos semanas pensaba que nada podía cambiar...

Lástima que ya no estás o no quieres estar. Tal vez, simplemente, ya no te interesa estar...

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Día Domingo

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Día domingo en que nos encontrabamos tú y yo, juntos en el chat. Siempre hablabamos, pasara lo que pasara. Yo estaba para tí, tú estabas para mi. Luego nos llamabamos por teléfono y hablabamos por horas y horas y todo era genial.

Era como si nunca se fuera a acabar.

Contigo, también era bueno. Hablabamos siempre, incluso si estabas como "no conectada", luego, a veces, me llamabas o yo lo hacía y era genial. También lo era.

Y tú. Contigo me juntaba y salía. Aunque sea solamente para reirnos de la vida.

Y ahora. Ni siquiera me veo a mi mismo. No hay nadie y estoy solo. Solo fisica y mentalmente... sencillamente, tú, ya no estás...

sábado, 12 de diciembre de 2009

Quién se preocupa por mi


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Además de mi familia... quién se preocupa por mi?

Nadie.

Yo?, me preocupo por el resto?

Sí.

No saco nada con eso. Absolutamente nada. Solamente más amargura, nada más que eso. Y más indiferencia. No saco nada, si ni yo mismo causo tanta preocupación.

Ni locos que estuvieran.

Un día, un buen día, se van a ir todos bien al carajo. Y cuando eso pase, de seguro NADIE SE PREOCUPARÁ POR MI.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Sentado de repente...

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... Me acordé de ti. Bueno, ultimamente no me acuerdo tanto de ti como antes, debo reconocerlo. Tal vez por eso hoy fue especial. Estaba comiendome un sandwich en un parque, cuando de repente pensé en cuántas veces hubiesemos querido estar así. Relajados, solos, comiendo, mirando a la nada... en eso pensé...

Y miré fijamente al Edificio Movistar que me quedaba a lo lejos a la vista, cuando de repente vi tu rostro. Pensé que estabas a mi lado. Nada más que una alucinación.

Tomé la bebida con la que acompañaba el sandwich y me fui. De repente, mientras caminaba por el puente que unía el parque con Providencia, se acercaron unos tripos mal agestados. Como andaba con un reloj medio llamativo, lo metí rapidamente a mi bolsillo y cuando ellos ya habían pasados te vi.

Juro que te vi.

Eras tú, torpe, linda, pequeña... apurada. Eras tú, juro que eras tú. Pero esa alucinación (la segunda del día) desapareció cuando a esa niña le vi un piercing. Tú no usas esas cosas, menos en tu nariz.

No eras tú.

Nunca nadie me ha querido como tú me quisiste. Nadie.

martes, 8 de diciembre de 2009

No se olvida. Se supera.


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En una parte por ahí, leí que una persona preguntaba que cómo podía sacarse de la mente a alguien con quien había tenido una relación. Que cómo diablos podía "olvidar".

Todos comenzaron a responderle que, el tiempo todo lo curaba... hasta ese punto, más que eso, no les decían. Hasta que alguien dijo: "nunca lo olvidarás, sobre todo si fue importante para ti. Solamente aprendes a vivir sin esa persona y lo superas, pero no lo olvidas".

Es cierto. No puedes olvidar, pero sí superarlo. Vivir con ello. Al final, se vuelve costumbre...

También leí que eso pasa cuando tus sentimientos son verdaderos, sinceros, fuertes... que al final, cualquier cosa te puede hacer recordar a "esa persona". Desde el piso mojado del baño, hasta tus propias sábanas.

Cualquier cosa.

Sí, puede que sea cierto. Al final de cuentas, solamente te queda de recompensa los recuerdos de esa persona y si también fuiste feliz. Y si te enamoraste de verdad, pues bueno, siempre estará en tu corazón y aunque pasen otras personas en tu vida siempre la querrás, es inevitable, si eres humano por cierto...

Creí que era el único imbécil de esta Tierra que aún te quiere a pesar de todo. Aunque no se trate de amor eterno. Veo que, como siempre, me he equivocado...