domingo, 6 de diciembre de 2009

Prozac - Cap 20 (FINAL)


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Llegué a la oficina a la misma hora de siempre. La gran diferencia, era a lo que iba. Renuncié. Le dije al pelotudo de mi jefe, que no era más que un maricón, así que podía meterse su mierda de negocio por la raja, preferentemente ayudado por su asistente, el cual era gay y le tenía ganas hace tiempo.

Se lo dije tan bajo que parece que lo único que escuchó fue la parte de mi renuncia y se despidió afectuosamente, preguntándome cuándo me iba.

Ahora, hijo de puta. Lo último, al parecer, tampoco lo escuchó o se hizo el tarado.

Me iban a hacer despedida los muy envidiosos hijos de la gran puta. Que se vayan al carajo, para lo poco que recibo fue bastante lo que les di. A algunas, les di mucho más, de hecho.

De ahí, la última cita.

Hace años no entraba a ese parque. Era como siempre. Poca gente, muchas parejas. Esto último, apestante... sobre todo por el hecho que las mismas no se conforman con pasear, conversar, reír y entre medio besarse. Si no que de frentón, tirar.

Hijos de la más malsana, chupapijas y puta del mundo.

Me senté en ese asiento al lado de los negocios principales que tantas veces había visto y esperé. Siempre tengo que esperar, si no se trataba de la muerta que era más puntual.

3,2,1...

Llegó con su cara de apuro, de hastío. Pero feliz de verme. Alguien feliz de verme. Curioso.

-Tanto tiempo...

-Demasiado...

Conversamos muchas horas sentados ahí. Le conté que había renunciado, entre medio balbucié de mis sadismos sexuales acostumbrados, etc.

Ella me decía que estaba casada (mira tú) y que quería formar familia, pero aún no, ya que le gustaba lo que estaba haciendo. Sinceramente, no logré entenderle qué chucha hacía. Debe ser porque no me cabía en la cabeza que fuera feliz.

Después de haberla conocido cómo era.

Siempre fue triste, solitaria, melancólica, tímida, llorona, callada. A la vez que enferma. Me agradaba. Por eso me acerqué a ella y sentí cosas por ella.

La última mujer por la que sentí algo. Te imaginarás que la conocí después que al cadáver.

Yo sacaba lo gracioso de ella. También, veía como finalmente era bastante audaz, pero reservada. Y también supe lo que era un beso.

Uno tierno, sincero. Uno humano, más bien.

Pero, un día, fin. Todo acabó. Se desapareció. De hecho, la semana que le di un beso. Se puso roja, de todos colores en realidad y huyó. No la vi más, ni supe de ella.

No admitir y esas estupideces incluídas.

Sin embargo, la perdoné por nunca decirme nada. Total, tuve la culpa, la personalidad de la tipa era así, no podía esperar más.

Aunque si arrancaba pa un beso, una cacha imaginate...

Ahora resulta que está casada. Y me contactó para pedirme disculpas. Me dijo que siempre pensó que el feliz era yo y que qué me hizo cambiar tanto...

Me quedé callado cinco largos minutos, pero no incómodos, solamente largos. Le dije que no pude ser feliz por el rechazo. Por el dolor. Por el mal ojo. Por el dolor. Por el deseo. Por la maldad. Por el dolor. Por las pastillas. Por querer mucho. Por dar poco. Por recibir nada. Por el dolor. Por la desesperación putrefacta de sentir ser un ser sucio que no merece la felicidad porque la soledad es mucho más simple. Porque le hago daño a la gente. Por no merecer esto. Por ser un tirao a gente. Por el dolor. Por ella.

Por ella. Por ella. Por ella. Por ella. Por ella. Por ella.

Por el dolor.

Me paré, me fui corriendo. Ella me trató de alcanzar y entonces...

Subí a mi auto y me gritó de lejos:

-Siempre te amé. Nunca olvides eso. Perdóname...

Y aceleré. Nadie, nunca JAMÁS me ha dicho te amo. Llegué a mi casa aborreciendo mis putas decisiones, tomé un cuchillo, me corté la yugular con el cuchillo más filoso de mi casa de manera tan profunda que no hubiera la menor posibilidad de salvarme... me tendí en la cama, me desangré y dejé de ser una molestía para la muerta, que solamente pensó que era una persona madura y por eso se metió conmigo, pero se metió con un pendejo que jamás pudo entender a una enferma y que luego se folló a medio Santiago buscando el sabor de su entre pierna sin un "te quiero" de vuelta, que besó a una amiga que era tímida y vulnerable y que le hizo daño hoy en la tarde, ella solamente quería verme, murió, basta, se acabó...

Este remedo de ser humano que apesta de manera subcutánea se va. Pierdo la conciencia. No siento nada. No escucho nada. No huelo nada. Dejo de respirar.

Mierda. Cuanto necesito un prozac ahora.

FIN

sábado, 7 de noviembre de 2009

De Vacaciones (Hasta nuevo aviso)

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Bueno, luego de un prolífico mes de octubre (en donde la mayoría de mis escritos fueron programados un solo día, por eso tantos), creo que tomaré vacaciones de esto.

Siempre la idea ha sido retratar, lo más anonimamente posible, cosas que me pasan, que no me pasan, que no me pasarán nunca y a veces, mucha ficción.

También he tratado de no dar nombres, si son situaciones que de verdad me pasan o que se encuentre la ficción lo más alejada de la realidad posible... bueno, al menos lo intento.

Pero ahora tomaré vacaciones. Tanto porque la real motiviación de este blog (que ha sido su motor los últimos años), se ha ido disipando de mi mente... y dado que no existen muchas que hagan el peso en ese sentido... me retiro.

Por un tiempo.

Lo bueno, es que aunque son pocas, poquísimas personas las que leen esto, principalmente ha sido para desahogarme. Y la gran mayoría ni me conoce. Personalmente. Lo que es una ventaja...

Esto es un blog de catarsis, partió como una forma de ser parte de las redes sociales, luego escribir cualquier tontera, posteriormente (por ti pequeña principessa) empecé a hacerlo más seguido... luego pasó lo peor...

Y no paré...

Con el tiempo me he convertido en alguien más sombrío. Pero eso, que era de manifiesto casi obvio antes, ahora es solamente una parte profunda de mi, que aflora en este lugar...

Y dice lo que no diría jamás a nadie.

Pero basta de entristecerse siempre. Miraré hacia afuera y buscaré ese destino que está preparado para mi, el que realmente quiere que lo encuentre, el que realmente desea que estemos juntos... basta de expresar sentimientos antiguos y de victima...

Me daré unas vacaciones.

Siempre dije que si te olvidaba, mi pequeña dama, este lugar se acabaría. No se puede olvidar a la persona más importante en el corazón de quien siente de verdad. Pero sí, superarte.

Te superé. Pero te recuerdo. Y te llamo a veces en sueños.

No habrá nadie como tú... lo sé. Por eso, me tomo vacaciones.

También lo hago por aquellos que leen esto y que muchas veces se sienten aludidos. Porque piensan igual, sienten igual. No estamos solos en este mundo. Pasan y pasan personas en nuestras vidas, que así como llegan se van.

Si te quieren de verdad, siempre volverán, si quieres que vuelvan. Si no, sigue tu camino....

Hasta nuevo aviso, mi querida lirio...

martes, 3 de noviembre de 2009

No hay nada que romper



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Me está pasando demasiado a menudo. Habrá que comenzar a dar vuelta la situación. Eso, o acostumbrarse. Como esto último no me agrada, tendré que ver cómo lo hago para dar vuelta la situación.

Confundo las cosas, quiero demasiado. Y como el desastre siempre viene de la mano de cualquier acto que realice (más que fatalista, observador de la realidad), todo termina de la peor forma. Eso me está cansando.

Seré realmente yo el problema? Nunca me lo cuestiono y lo doy por sentado, pero como que a veces me lo pregunto. No sé, tal vez sean los demás... no sé.

Ya no sé nada. Ni siquiera sé si tengo algún corazón que romper. Ya no está quedando mucho.

Lo siento tanto, de verdad que sí. Pero es lo que hay y habrá...

domingo, 1 de noviembre de 2009

Carta Abierta

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A la soledad. A la tristeza. A la desolación. Al abandono. Al silencio. A todo lo que alguna vez fue. A lo que nunca será. A todo eso, le quiero decir adiós.

A los que estuvieron. A las que se fueron. A las que me quisieron. A las que me odiaron. A los que me desprecian. A mi mismo.

A la vida. A la muerte. A la ilusión. Al perdón. Al rencor.

Perdóname. En serio. Por mi actitud, por mis palabras, por mis acciones. Perdóname. Por trastocar mis sentimientos. Por dejar que éstos actúen por mi y no mi mente. Perdóname por ser débil. Perdóname por no manejar mi corazón.

Perdóname por ser tan intransigente. Perdóname por arruinar momentos. Perdóname por caer en tentación.

Perdóname. Te lo digo a ti. Solamente a ti.

martes, 27 de octubre de 2009

Prozac - Cap 19


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No quería levantarme de la cama. Estaba mirando hacia el techo, buscando la mejor forma de terminar dopado. Hice un cóctel de pastillas tan grande para igualar lo que hacías tú, (sí, tú, la muerta) que solamente veía estrellas que daban vuelta a mi alrededor. Y yo mismo daba vueltas. Esta mierda no iba a acabar nunca, jamás.

Hasta que sonó mi BlackBerry. Puto teléfono, no era cómo me imaginaba. Si tuviera realmente ganas imperiosas de vivir, juro que me compraría cualquier otra mierda. Mala gráfica y delicados por todos lados, sobre todo en sus bordes, lo que hace que se vuelva más difícil cuidar a uno de estos que a un iPod Touch lo que ya es bastante qué decir.

Tomé el aparato y era una amiga. Antigua amiga. Ex amiga. Sí, suena extraño, pero era de las pocas mujeres a las que llamaba "amiga". Debe ser porque en su momento me rechazó y no nos vimos nunca más. Y eso me inspiró para abordar a las mujeres con el propósito de follar más que agradarles. Las dos cosas no van de la mano.

¿Porqué chucha me llama?, ¿debí haber cambiado mi número cuando pude?, ¿podré contestar sin decir "quiero morderte una mejilla para luego salpicar tu sangre en mi muralla" mientras le hablo?, y lo más importante, ¿qué quiere de mi?

-¿Aló? XXXXXX, cómo estás?, te debe extrañar que te llame...

-Sí, bastante tiempo. Pensé que para ti era un cerdo que sólo pensaba en vaginas y clítoris. Algo así me dijiste.

-Te llamaba para otra cosa. Si no estás muy ocupado.

-No, solamente me manoseaba la entrepierna mientras miraba al techo. Lo usual de un día domingo. Así que dime.

-Quería que nos juntaramos, si es que puedes...

(Juntarnos, si ni siquiera cuando éramos chicos esta mina quería juntarse conmigo, era yo el interesado en verla. Qué carajo quiere de mi)

-Déjame revisar mi agenda... esperame...

Tomo un frasco de prozac y veo que le queda un par de pastillas dentro. Busco un vaso de agua, siempre me dijiste que dejara uno al lado del velador y confort, sí, confort para limpiarte cuando te follaba y te dejaba tan húmeda...

Me da una arcada, pero es pequeña.

Tomo el vaso, le pongo agua, tomo pastillas y tomo el teléfono...:

-Claro que puedo cualquier día de la semana. Dime a qué hora y dónde.

-Juntemonos en el parque de siempre, de seguro lo recuerdas...

-Mmm, claro. Pero, dime si no fuera molestia que te pregunte... ¿qué quieres de mi?

-Conversemos de la vida. Creo que me hace falta un... ya sabes, viejo amigo...

(Eso es y será. Pero no me importa, puedo perder horas etéreas con cualquier persona. Si no es eso, es volarme, jalar, curarme o empastillarme)

-Bien. Mañana entonces, a las 3.

-Perfecto.

-Bien.

-Nos vemos XXXXXX... oye... ja, me reconociste la voz...

-Tu voz es lo último que olvidaría...

-Tonto. Hasta mañana...

Corté y lloré como un pendejo. Como si mañana fuera a ser el último día de mi vida...

domingo, 25 de octubre de 2009

Lejanía y silencio


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Sí, la lejanía más el silencio llevan al olvido. A la tranquilidad en algunos casos, en otros a la nostalgia y en la mayoría a la pena.

Como ahora.

No me gusta alejarme, no me gusta silenciarme. Pero muchas veces es necesario. Más que nada porque hay que pensar en la otra persona, la tranquilidad es la madre de las soluciones. Es mejor eso a que se sigan rompiendo relaciones.

Pero, ¿cómo llegas a no decirle nada a alguien que hace tan poco le dijiste "te quiero"? Es complicado saberlo, pero es menos difícil hacerlo.

La lata está en sacrificar tus propios sentimientos por la estabilidad de los demás. Pero esa es harina de otro costal.

jueves, 22 de octubre de 2009

Es súper fácil...



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Mira, para perder a alguien lo más rápido posible y que se olvide de ti y de que alguna vez fuiste parte de su vida, lo único que tienes que hacer es lo siguiente:

Ser atadoso y problemático. En extremo, ojalá.

Ser sincero. Siempre.

De vez en cuando, lo cual no es problema, mentir.

Decir te quiero. Ojalá seguido. Eso asusta.

Decir te amo. Eso en casos extremos en que desees desaparición inmediata. Eso espantaría a cualquiera, no crees.

Buscar a la otra persona. Cualquier cosa que sofoque en realidad.

No buscarla. Sí, tampoco se puede dejar de lado así como así...

Llorar frente a la persona. En qué diablos piensas, tienes que ser más fuerte siempre... nunca demuestres debilidad.

Hacerte el rudo.

Ser dependiente.

Pensar que eres poca cosa. Eso sí que espanta a cualquiera.

Ves que es fácil. Es sencillo, rápido... no esperes más y saca de tu vida a quién quieras, porque si sigues así, de seguro seguirás arruinandolo todo, para siempre en tu vida. Para siempre...

miércoles, 21 de octubre de 2009

Soy olvidable. Negable. Odiable. Perfecto


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Era todo lo que esperaba, ni más, ni menos. Siempre ha sido así. Doy por sentado, apuesto a ganador de que no existe persona más olvidable que yo.

Eso es fijo.

En todo tipo de situaciones, sobre todo (y de forma ya casi exagerada) en las sentimentales soy solamente parte del momento, parte del consuelo, parte del webeo natural de todas. Sí, la paso bien también. El problema es cuando involucro sentimientos firmes en ello.

Graso error.

Me olvidan, me niegan (en repetidas y emputecedoras situaciones), me odian... termina siendo perfecto. Tal vez por eso la soledad es la única vía en la que puedo explorar un poco más de comprensión.

Pero nada que sea serio.

Debe ser porque llega a ser cargoso alguien que te diga te quiero y eso. Es ese mi mayor error, decir "te quiero"... O también, el hecho de que soy muy enrollado. No es que no vea mis defectos, los vivo a diario. A pesar de eso, duele mucho todo esto.

Pero, como escuché por ahí... el dolor termina siendo un aliado. Después, las cosas comienzan a no afectarte tanto...

Espero sea pronto.