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domingo, 24 de enero de 2010

Estado de Defunción


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Acabo de salir del doctor. Sin rumbo fijo, camino por la calle tratando de entender. Trato de llamarte, pero no me contestas. Hace meses que no me contestas... y necesito que lo sepas...

Sigo caminando con lágrimas en los ojos, sin un lugar donde llegar, porque no puedo soportarlo. Justo cuando te necesito tú ya no estás... y camino, errático, la gente me mira, me da pena, le doy pena, un niño pequeño me ve, grita algo, atravieso la calle, casi me atropellan y qué mierda importa...

Si me quedan 3 meses de vida... y tú no tienes idea, porque te fuiste de mi vida, no estás conmigo, tres meses y camino hacia un quiosco, para qué comer algo si me voy a morir, para qué volver hacia nunca jamás...

No te veo, no te siento... veo todo blanco. Ataque.

Ataque.

Ataque.

La gente sigue su rumbo. Yo, el mío...

lunes, 18 de enero de 2010

Acostada


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Después de estar juntos, te recuestas a mi lado, cansada, pero feliz. Me acaricias el pecho lento mientras balbuceas algunas palabras que no logro entender, somnolienta te acercas más a mi cuerpo. Ambos desnudos. Esperando nada.

Absolutamente nada.

De repente, te quedaste dormida y te veo apacible, serena, como si no supieras que finalmente te estaba utilizando, me estabas utilizando, nos estabamos utilizando. Finalmente, ninguno de los dos se quiere. Ni siquiera amor. Solamente, deseo, solamente las ganas de dos humanos de estar juntos.

Absolutamente nada más.

Lo hicimos porque quisimos, porque viniste a verme y las cosas se dieron y porque lo deseabamos. Fuera contigo o con otra. Hubiese sido lo mismo. Pensé en ella todo el rato, a cada momento, casi digo su nombre, llamándola, queriendo que fueras tú... pero simplemente no lo eras ni lo serás jamás.

Asolutamente.

Acaricié tu cuerpo, besé tu entrepierna, pensando en ella... pero sé que también pensabas en otro cada vez que me tocabas. Así que está bien.

Los dos no podemos estar con quién queremos. Por eso estamos juntos ahora. Tú duermes, yo pienso... no hay nada más.

Absolutamente nada más.

lunes, 4 de enero de 2010

Pero yo no concibo esa razón


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En esa estación, me dijiste que te ibas, que seguro volvías, que hablaramos siempre, que no te olvidara.

Hoy, ni me despedí de ti.

En esa estación te acompañé, a pesar de estar lloviendo y me dijiste que no me preocupara, que volverías pronto.

Ahora, no volverás.

Una vez, te dije que te iría a buscar hasta el fin del mundo y me sonreiste y me abrazaste y me dijiste que no te soltara.

Pero eso, no pasó esta vez. Solamente, te fuiste.

Y no hemos vuelto a hablar. Debe ser buena tu vida ahora, porque no volverás. Pero déjame decirte solamente una frase...:

Espero que la distancia no sea el olvido porque yo no concibo esta razón, no la concibo...

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Rechazo Constante y Sonante


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Una vez te invité a un parque. Me dijiste que no podías, que estabas ocupada... Ese día fuiste al cine con otro.

Una vez te dediqué una canción. Me dijiste que ese grupo no te gustaba. Y la conocías más de lo que creí.

Una vez te dije que salieramos. Me dijiste que no querías salir. Y saliste a bailar esa noche.

Una vez te regalé flores. Me dijiste que no era necesario y las ocultaste. Jamás las vi de nuevo en tu casa.

Una vez te quise dar un beso. Dijiste que no era correcto. Luego, te vi conversando con otra persona, de la mano.

Una vez te dije que haría cualquier cosa por ti. Pero tú, dijiste que no valías la pena para nadie. Luego, supe que lo llamaste esa tarde para conversar.

Sólo me has rechazado. Siempre y a cada momento. Y no te das cuenta que me aguanto por una sola razón... una sola e insignificante razón.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Prozac - Cap 20 (FINAL)


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Llegué a la oficina a la misma hora de siempre. La gran diferencia, era a lo que iba. Renuncié. Le dije al pelotudo de mi jefe, que no era más que un maricón, así que podía meterse su mierda de negocio por la raja, preferentemente ayudado por su asistente, el cual era gay y le tenía ganas hace tiempo.

Se lo dije tan bajo que parece que lo único que escuchó fue la parte de mi renuncia y se despidió afectuosamente, preguntándome cuándo me iba.

Ahora, hijo de puta. Lo último, al parecer, tampoco lo escuchó o se hizo el tarado.

Me iban a hacer despedida los muy envidiosos hijos de la gran puta. Que se vayan al carajo, para lo poco que recibo fue bastante lo que les di. A algunas, les di mucho más, de hecho.

De ahí, la última cita.

Hace años no entraba a ese parque. Era como siempre. Poca gente, muchas parejas. Esto último, apestante... sobre todo por el hecho que las mismas no se conforman con pasear, conversar, reír y entre medio besarse. Si no que de frentón, tirar.

Hijos de la más malsana, chupapijas y puta del mundo.

Me senté en ese asiento al lado de los negocios principales que tantas veces había visto y esperé. Siempre tengo que esperar, si no se trataba de la muerta que era más puntual.

3,2,1...

Llegó con su cara de apuro, de hastío. Pero feliz de verme. Alguien feliz de verme. Curioso.

-Tanto tiempo...

-Demasiado...

Conversamos muchas horas sentados ahí. Le conté que había renunciado, entre medio balbucié de mis sadismos sexuales acostumbrados, etc.

Ella me decía que estaba casada (mira tú) y que quería formar familia, pero aún no, ya que le gustaba lo que estaba haciendo. Sinceramente, no logré entenderle qué chucha hacía. Debe ser porque no me cabía en la cabeza que fuera feliz.

Después de haberla conocido cómo era.

Siempre fue triste, solitaria, melancólica, tímida, llorona, callada. A la vez que enferma. Me agradaba. Por eso me acerqué a ella y sentí cosas por ella.

La última mujer por la que sentí algo. Te imaginarás que la conocí después que al cadáver.

Yo sacaba lo gracioso de ella. También, veía como finalmente era bastante audaz, pero reservada. Y también supe lo que era un beso.

Uno tierno, sincero. Uno humano, más bien.

Pero, un día, fin. Todo acabó. Se desapareció. De hecho, la semana que le di un beso. Se puso roja, de todos colores en realidad y huyó. No la vi más, ni supe de ella.

No admitir y esas estupideces incluídas.

Sin embargo, la perdoné por nunca decirme nada. Total, tuve la culpa, la personalidad de la tipa era así, no podía esperar más.

Aunque si arrancaba pa un beso, una cacha imaginate...

Ahora resulta que está casada. Y me contactó para pedirme disculpas. Me dijo que siempre pensó que el feliz era yo y que qué me hizo cambiar tanto...

Me quedé callado cinco largos minutos, pero no incómodos, solamente largos. Le dije que no pude ser feliz por el rechazo. Por el dolor. Por el mal ojo. Por el dolor. Por el deseo. Por la maldad. Por el dolor. Por las pastillas. Por querer mucho. Por dar poco. Por recibir nada. Por el dolor. Por la desesperación putrefacta de sentir ser un ser sucio que no merece la felicidad porque la soledad es mucho más simple. Porque le hago daño a la gente. Por no merecer esto. Por ser un tirao a gente. Por el dolor. Por ella.

Por ella. Por ella. Por ella. Por ella. Por ella. Por ella.

Por el dolor.

Me paré, me fui corriendo. Ella me trató de alcanzar y entonces...

Subí a mi auto y me gritó de lejos:

-Siempre te amé. Nunca olvides eso. Perdóname...

Y aceleré. Nadie, nunca JAMÁS me ha dicho te amo. Llegué a mi casa aborreciendo mis putas decisiones, tomé un cuchillo, me corté la yugular con el cuchillo más filoso de mi casa de manera tan profunda que no hubiera la menor posibilidad de salvarme... me tendí en la cama, me desangré y dejé de ser una molestía para la muerta, que solamente pensó que era una persona madura y por eso se metió conmigo, pero se metió con un pendejo que jamás pudo entender a una enferma y que luego se folló a medio Santiago buscando el sabor de su entre pierna sin un "te quiero" de vuelta, que besó a una amiga que era tímida y vulnerable y que le hizo daño hoy en la tarde, ella solamente quería verme, murió, basta, se acabó...

Este remedo de ser humano que apesta de manera subcutánea se va. Pierdo la conciencia. No siento nada. No escucho nada. No huelo nada. Dejo de respirar.

Mierda. Cuanto necesito un prozac ahora.

FIN

martes, 27 de octubre de 2009

Prozac - Cap 19


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No quería levantarme de la cama. Estaba mirando hacia el techo, buscando la mejor forma de terminar dopado. Hice un cóctel de pastillas tan grande para igualar lo que hacías tú, (sí, tú, la muerta) que solamente veía estrellas que daban vuelta a mi alrededor. Y yo mismo daba vueltas. Esta mierda no iba a acabar nunca, jamás.

Hasta que sonó mi BlackBerry. Puto teléfono, no era cómo me imaginaba. Si tuviera realmente ganas imperiosas de vivir, juro que me compraría cualquier otra mierda. Mala gráfica y delicados por todos lados, sobre todo en sus bordes, lo que hace que se vuelva más difícil cuidar a uno de estos que a un iPod Touch lo que ya es bastante qué decir.

Tomé el aparato y era una amiga. Antigua amiga. Ex amiga. Sí, suena extraño, pero era de las pocas mujeres a las que llamaba "amiga". Debe ser porque en su momento me rechazó y no nos vimos nunca más. Y eso me inspiró para abordar a las mujeres con el propósito de follar más que agradarles. Las dos cosas no van de la mano.

¿Porqué chucha me llama?, ¿debí haber cambiado mi número cuando pude?, ¿podré contestar sin decir "quiero morderte una mejilla para luego salpicar tu sangre en mi muralla" mientras le hablo?, y lo más importante, ¿qué quiere de mi?

-¿Aló? XXXXXX, cómo estás?, te debe extrañar que te llame...

-Sí, bastante tiempo. Pensé que para ti era un cerdo que sólo pensaba en vaginas y clítoris. Algo así me dijiste.

-Te llamaba para otra cosa. Si no estás muy ocupado.

-No, solamente me manoseaba la entrepierna mientras miraba al techo. Lo usual de un día domingo. Así que dime.

-Quería que nos juntaramos, si es que puedes...

(Juntarnos, si ni siquiera cuando éramos chicos esta mina quería juntarse conmigo, era yo el interesado en verla. Qué carajo quiere de mi)

-Déjame revisar mi agenda... esperame...

Tomo un frasco de prozac y veo que le queda un par de pastillas dentro. Busco un vaso de agua, siempre me dijiste que dejara uno al lado del velador y confort, sí, confort para limpiarte cuando te follaba y te dejaba tan húmeda...

Me da una arcada, pero es pequeña.

Tomo el vaso, le pongo agua, tomo pastillas y tomo el teléfono...:

-Claro que puedo cualquier día de la semana. Dime a qué hora y dónde.

-Juntemonos en el parque de siempre, de seguro lo recuerdas...

-Mmm, claro. Pero, dime si no fuera molestia que te pregunte... ¿qué quieres de mi?

-Conversemos de la vida. Creo que me hace falta un... ya sabes, viejo amigo...

(Eso es y será. Pero no me importa, puedo perder horas etéreas con cualquier persona. Si no es eso, es volarme, jalar, curarme o empastillarme)

-Bien. Mañana entonces, a las 3.

-Perfecto.

-Bien.

-Nos vemos XXXXXX... oye... ja, me reconociste la voz...

-Tu voz es lo último que olvidaría...

-Tonto. Hasta mañana...

Corté y lloré como un pendejo. Como si mañana fuera a ser el último día de mi vida...

domingo, 20 de septiembre de 2009

Prozac - Cap 18


Han pasado algunos meses desde ese maldito día. Ahora, no me queda nada más que la mierda de rutina que me envuelve. No tengo nada más que eso a mi alrededor, además de mi secretaria cómplice que, desgraciadamente, se conforma solamente con sexo. Digo desgraciadamente no porque sea algo que me moleste, si no que CON ELLA me molesta.

Es que, lo chupa mal.

No solamente debo lidiar con una enferma ninfómana que no sabe practicar el sexo oral, si no que también debo lidiar con el hecho de que en las noticias ya se está dando a conocer esta desaparición. La muy puta pertenecía (se metió con un saco de weas con plata) a una familia bastante reconocida en Europa (poderosa sobre todo) y eso me molestaba. Algún día podrían averiguarlo, además que también me afectaba el hecho de que se follara a ese imbécil que salía a cada rato por la tele.

Tenía cara de tenerla chica.

Por suerte, mientras avanzaban los meses, salió un loco medio imbécil (habemos pocos locos que somos inteligentes, se nos llama genios incomprendidos) que dijo que la violó y se la comió, que iba a pedir rescate, pero le dio hambre verla desnuda y sangrando.

Hay cada psicópata.

Así que el caso se cerró con el pobre tipo pasándose películas (tal vez fue a otra a quién se lo hizo y las confundió, qué carajos sé) y el caso cerrado. Todo a mi favor, como por fin debieron ser las cosas desde el principio.

Así y todo, me daba pena. Al final, tuve que eliminar ese peso que tenía en mí única y exclusivamente porque el monstruo que ella me implantó al follar conmigo fue creciendo y creciendo hasta encontrarla, para casi volver a penetrarla como tantas veces imaginé, para terminar...

De todos modos me daba pena.

Ahora veo todo de mejor forma. Incluso a la puta de mi secretaria. No lo sabrá chupar, pero por lo menos sabe guardar un secreto.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Prozac - Cap 17


Y llegamos a un terreno baldío que está a los pies de la Pirámide, cerca de donde yo vivía antes. Relativamente cerca, pero barrios que conocía muy bien. De pronto, al ver el cuerpo amarrado fuertemente en bolsas de basura, me di cuenta que había un solo lugar dónde hacerlo desaparecer y con qué hacerlo desaparecer.

-Vamos por parte, como decía nuestro colega Jack...

Dije, mientras comencé a cortar pedazo tras pedazo ese puto cuerpo que TANTO me había hecho sufrir y que ahora yacía eliminado, pulverizado, inerte, ante mi mirada fría, maldita, esquizofrénica, acompañado por una mujer tanto o más enferma que la que acababa de matar y que, seguramente, terminaría matándose camino a casa, por la impresión.

Había tiempo y ganas, así que luego de cortar los pedazos del cuerpo, comencé a echarle parafina y a quemarlos, tanto como fuera posible. Era un lugar apartado y nadie, absolutamente nadie llegaría a molestarnos.

Había tiempo.

Luego de ver cómo se carbonizaba todo, encontramos un chuzo en el lugar, por lo cual (siempre y en cada momento) con los guantes de cuero de vaca que compre en mis últimas vacaciones en Europa (putas como las de allá no hay en ninguna mierda de país), comenzamos a pulverizar cada trozo de osamenta o miembro que estaba en el lugar.

No digo que no fuese asqueroso.

Luego, volvimos a quemar el lugar, poniendo aserrín encima de lo que aplastamos. Y de nuevo lo hicimos, esta vez, con diarios viejos (que habían en mi departamento). Luego, comenzamos a regar el lugar, gracias a que había un pozo cerca (todas las condiciones dadas, el puto lugar era ideal).

Después, volvimos a poner aserrín, aplastar y quemamos por última vez. Después, esparcimos cal, tierra de hoja, dejamos parejo el lugar (que era amplio, por ende difícil de rastrear) y listo. Lo contemplamos un pequeño instante.

No podía creer lo que acababa de hacer. Era ella a quién maté. Lloré, lloré y no pude dejar de llorar, mientras reía y lloraba y mi secretaria se fue al auto, prendió un pucho, lo fumó y también lloraba en el auto, sentada...

Caí de rodillas y lloré y reí y reí y lloré...

-Seca esas lágrimas (me dijo sollozando mi secretaria) y vámonos a casa...

miércoles, 26 de agosto de 2009

Nos miramos y...


... simplemente me quedó la cagá. Mi cabeza explotó, mis manos temblaron, mi voz se escabulló. Mis nervios no daban más. Quería tomarla, abrazarla, saber si estaba bien...

Eres un perfecto imbécil.

Luego hablaba, su voz tenue, nerviosa, enfermiza... Tenía ganas de acallarla con un beso, un beso que llevo atragantado en la garganta tanto tiempo... me di cuenta que era ella, siempre ella...

Eres un perfecto imbécil.

Cuando miraba con esos ojos delicados, perdidos, escandalosos... Tenía ganas de cerrarlos con mis labios y decirle cuántas veces la llamé entre sueños y quise que me miraran con deseo y un dejo de lástima como antes...

Eres un perfecto imbécil.

Fueron unos minutos, pero para mi, fue la única forma de darme cuenta que, que, que...

Nos miramos y me quedó la cagá...

miércoles, 19 de agosto de 2009

No lo arruines

Me confunde, todo esto me confunde... no quiero que me confunda, que yo mismo me confunda...

No, no, no, no...

Por favor, no, reseteame por favor, te lo pido, te lo ruego, no quiero dormir, despertar, soñar, no quiero, porque no quiero arruinarlo todo, lo voy a arruinar!!!

Cuando me hablas, me miras, me dices esas cosas... me confundo porque soy weón, soy un perfecto weón, no mereces esto, qué me pasa contigo? no debo sentir nada, no debo!

Si te confieso lo que siento, lo voy a arruinar, como siempre lo he arruinado todo en esta vida...

lunes, 17 de agosto de 2009

Prozac - Cap. 16


Cuando llegó, se sintió abatida. Estoy seguro que le impresionó ver un cadáver en mi cama. Más aún, cuando allí habíamos hecho el amor tantas veces, las mujeres son muy impresionables. Entonces me preguntó que qué había sucedido, que porqué las cosas habían llegado a ese punto y, obviamente, quién era la tipa muerta tendida en mi cama.

Le dije su nombre. Entendió de qué se trataba todo.

Entonces, comenzó a dar vueltas por la habitación buscando una serie de cosas para poder llevarse el cuerpo. De pronto, la vi siendo participe de un crimen, podríamos decir, pasional. Aunque en gran medida, también es culpa de las pastillas que tomo. Realmente pueden hacerte mal, no querida?

Fue allí cuando vi fijamente el culo de mi secretaria, mientras trataba de sacar el cuerpo de mi cama. Me le tiré encima y la quise penetrar. Y así fue. Lo hicimos al lado del puto cadáver de esa puta de mierda. Y fue altamente excitante, tanto que me corrí más de una vez en un solo polvo.

Me ha pasado a veces, nada anormal.

De repente nos vimos los tres tirados en la cama, los 3 bajo la petit mort, aunque una ya llevaba una large mort, pero para el caso es lo mismo. Nos vestimos y comenzamos a movernos para disipar las dudas. Nadie debía darse cuenta de que sacábamos un cadáver de mi loft. Por suerte, mis mierdas de vecinos ni siquiera saben cómo se llaman entre ellos, tan apersonales, tan escoria, que, cuando tenga oportunidad, también los eliminaré, menos a la niña de al frente, tiene 16 y promete ser tan estrecha como su entrepierna intenta mostrarme. Sabores que debo, sin duda, aprovechar.

Por suerte poseo una maleta lo suficientemente grande como para que quepa el cadáver. Así que, es solamente cosa de doblarla bien para acomodarla. Le rompimos la espina, lástima. Pero, cabía. Eso era lo importante. Así que nos movimos ligeramente hacia el auto, con cara de calientes, aún estábamos así, pero más exagerada, así si alguien nos veía iba a creer que nos íbamos raudos hacia unas vacaciones juntos.

En ese momento, veo a la niña de 16 con su uniforme escolar. Qué ganas de tomarla del brazo y tirarla a mi cama, y darle lo que tanto quiere, cómo se mueve, cómo camina, cómo se le ven esas piernas que quiero lamer...

Me distraje. De nuevo.

Subimos al auto. Entonces, eché la maldita maleta y partimos. Qué hacer con el cadáver.

-Tengo una buena idea. ¿La combustión espontánea es para ti una opción?

Pensé un momento en que esto es una soberana molestia.

-Hagámoslo.

miércoles, 22 de julio de 2009

Prozac - Cap 15


Estaba apretando fuertemente su cuello. Sin darme cuenta, comenzaba a cerrar sus ojos lentamente. Esos ojos que alguna vez miré tan fijamente, mientras la follaba. Adentro. Afuera. Adentro. Afuera. Los entrecerraba y le brillaban, de placer, gozo, amor. Esa vez, juro que detecté amor.

Así que lo metía más fuerte. Adentro. Afuera. Adentro. Afuera. Adentro...

Ahora, no estaba en medio de un polvo. Estaba ahorcándola de la forma más dolorosa posible, pero a la vez, la más silenciosa. Esa maricona se lo merecía, por puta. Por toda la mierda que me hizo pasar, por todo lo que me hizo y me sigue haciendo hasta el día de hoy...

-Te gusta calentarme, cierto? Te encanta ver como se me abulta el paquete, pero sabes qué? Eso se acaba hoy, AHORA. Todos estos años de mierda pensando "porqué", pensando en qué había pasado. Eras tú, después de todo, eras tú la desequilibrada, la enferma, la esquizofrénica, la bipolar, la fronteriza y toda esa mierda psiquiátrica que los doctores intentan meterte en la cabeza. Eres una puta que no sabe respetarse ni siquiera a sí misma y ahora, mirame, mirame fijamente perra concha de tu madre, que soy un reflejo de todo lo que fuiste, eres y serás siempre por los siglos de los siglos, amén...

Comenzaron incoherencias en mi mente. Era de suponerse. Estaba a punto de terminar con una vida humana y no me era agradable en lo absoluto. Pero ese era yo siendo persona, el yo siendo victimario, el yo siendo asesino. De pronto me dijo algo que estuve esperando cada vez que follaba a una mujer, cada vez que me cagaba a algún weon en la pega, cada vez que cometía una injusticia frente a la sociedad, cada vez que miraba fuera de la ventana esperando una llamada que fuera de...

-Perdón. Por favor, perdónameeee...

Y fue su último suspiro.

Estuve dos horas con la cabeza gacha y las manos temblando. Ella, solamente era una mancha en la cama del departamento y mi vida, era parte de esa mancha lo que me provocaba escalosfríos y espasmos cada 5 ó 7 minutos. Por primera vez en años, en muchos años, lloré. Como un niño pequeño que necesitaba un dulce.

Caminé, caminé y caminé hacia la ventana del loft y vi hacia el suelo. Entonces, me di cuenta, que aunque fuera capaz de matar, no llegaba al punto de eliminarme a mí mismo. Tomé mi BlackBerry Bold y llamé a mi secretaria. Fue como llamar a tu mejor amiga y que ella llegara de inmediato a ayudarte. Tu mejor amiga.

Me he puesto sentimental. Me han dado ganas de vomitar mi Alfombra Persa. Asco.

domingo, 19 de julio de 2009

Niña sola


En el ático de su casa, vivía una niña sola. Completamente sola. Con suerte, interactuaba con las personas que le vendían cosas para sobrevivir, como víveres y alimentos. Fuera de eso, nada más. Vivía completamente sola. Pero, no porque fuera mala o algo por el estilo. Era porque, simplemente, el destino así lo quiso.

Eso sí, siempre hablaba con un niño que la iba a ver a la ventana del ático de su casa, el cual se quedaba horas conversando con ella y consolándola. Porque la niñita sufría por estar siempre tan solita, no quería y le daba pena, pensaba que no era justo, que ella "algo" había hecho para estar así. Él la consolaba y le decía que era una preciosa persona y que si lo pensaba bien, no estaba tan sola. Pero ella insistía e insistía. El niñito solamente la escuchaba y la consolaba.

Eso pasaba a menudo y la niñita estaba acostumbrada a hablar con este niño. De hecho, le gustaba hablar con él. Siempre le decía cosas bonitas y además, conversaban muy a gusto. El niñito le insistía que no estaba sola cada vez que hablaban. Ella no se convencía.

Un día hablaron y el niño le dijo lo mismo que siempre le decía. Ella le gritó que estaba sola y así se iba a quedar y lloró... que porqué le decía esas cosas, que eran ilusiones vagas. El niñito la miró y le dijo que la quería ver bien porque su alma era maravillosa y que ojalá algún día ella fuera feliz. Salió por la ventana llorando y se fue. Nunca más volvió.

La niña lo esperó, lo esperó y nunca llegó. Y se dio cuenta que ahora SÍ estaba sola, que el niñito era su compañía más preciada y que lo quería, tanto como él a ella, pero que jamás, jamás se dio cuenta de todo el cariño, afecto y amor que le daba ese niñito día a día que la iba a ver.

Lloró, lloró tanto que murió de pena al darse cuenta que tuvo la oportunidad de ser feliz y que, a fin de cuentas, no estaba sola.

Había alguien que la quería como nadie en el mundo la iba a poder querer.

domingo, 12 de julio de 2009

Invitación a salir


-Me quiero ir.

-Pero, porqué? Si acabamos de llegar.

-No le veo el sentido a estar sentados acá sin ningún motivo aparente.

-Estamos acá para arreglar las cosas.

-No sé qué es lo que debemos arreglar. No entiendo. Acá no hay nada que arreglar porque nunca hubo nada.

-¿Porqué dices esas cosas? No ves que me due...

-Todo te duele. Todo te afecta. Estoy cansada de que siempre estés victimizado y que tenga que venir yo a consolarte, esto ya no lo aguanto, no tengo porqué...

-Si al menos hubieses sido clara desde el principio que esto te importaba una mierda...

-¿Una mierda? Esto a lo que llamas "algo", no significa nada, absolutamente nada, ni ahora, ni antes, pongamos en caso que fue follar y ya. Cualquier persona estaría feliz porque logró su objetivo y la pasó bien, porqué no haces lo mismo ahora y te buscas a otra, como yo ya hice, y te darás cuenta que conque te tengan contento en la cama te va a bastar.

-Soy una simple cacha.

-Me voy...

-No te vayas -la tomo del brazo fuertemente-, quédate, te invité para...

-Para nada. No conseguirás que volvamos a tirar, con suerte consigues que te vuelva a hablar, esto me da demasiada pena.

-No tiene sentido, esto ni nada TIENE sentido.

martes, 7 de julio de 2009

Prozac - Cap 14


Paseamos en mi auto, luego de conversar en aquel restaurante. Es como si volviera al pasado, pero con la diferencia de que no andábamos abrazados por el Metro de Santiago queriéndonos. Seguía hablándome de su vida, de las cosas que le pasaban, de las cosas que quería que le pasaran. Con esa voz que me hacía sentir persona, con esa actitud que me hacía recordar que las cosas fueron buenas en algún momento.

Le dije si quería follar. Me miró y me dijo que fuéramos a mi departamento y viéramos. Con eso comprobé que había cambiado.

Al menos eras fiel puta de mierda.

Debo confesar que estaba demasiado nervioso. Como nuestra primera vez. En que me mostraste el amor que podía sentir de otra persona... cosa que no he vuelto a hacer, eso le resta, digamos, fuerza a los orgasmos.

Te mostré el lugar como si fuera un niño pequeño, rápidamente, esa sonrisa con la cual te recordaba y que alegraba mi corazón (en algún momento tuve eso que llaman corazón) se presentó. Me estaba ablandando.

Sí, eso era. Me estaba ablandando.

Y ahora comenzabas a felicitarme por todo lo que he logrado, por todas las cosas que tenía, por lo que estaba haciendo por lo que iba a hacerte maraca de mierda, te tomé por la cintura y te besé como antes besaba, con fuerza, pasión, con nuestras lenguas jugando. Te llevé hasta la cama jugando con tu entrepierna y la mía, mientras se rozaban, nos tendimos y te dije que siempre estaría aquí para ti, que no me dejaras, pero lo dije bajo, muy bajo, tanto que ni siquiera yo mismo entendí lo que dije y me miraste con esos ojos llenos de deseo, que de pronto pararon.

-No, mejor no, ya? Esto nunca debió haber sido ni será. Ni volverá a seeeeeee......

Antes de que terminaras la frase, ya te estaba ahorcando. Fuerte. Cada vez más y más y más y más y más y más y más y más...

miércoles, 24 de junio de 2009

La llamada que nunca llega


Sigue sin dormir

Lleva varios días así doctor. Cada vez que se acuesta por las noches, la paciente experimenta todo lo contrario a lo que puede ser el cansancio. Es como si su mente se disipara hacia otros pensamientos que no están relacionados con la somnolencia. Hemos intentado de todo doctor y nos ha sido imposible determinar qué sucede. También hemos estudiado su historia personal, tal vez tenga que ver con su problemática actual.

Hace muchos años que ella se sentía sola. No tenía a nadie a su lado, más que a su familia, lo que en cierto modo la reconfortaba. Pero seguía sin probar el amor. Ese amor verdadero que tantas veces le fue esquivo. Y no había sido por su apariencia, claro que no, principalmente se debía a su falta de carácter, fuerza, determinación, que terminaba alejando a quien se le cruzara por su corazón. Y seguían pasando los años.

Hasta que un día, conoció a un hombre divertido, tan parecido a ella que no podía más de dicha y emoción por tal descubrimiento. Era amable, cortés y no estaba interesado en más que amistad. Eso la llenó de alegría, era lo que siempre había soñado y estaba frente a ella día tras día.

No se atrevía a decirle lo que sentía. No se atrevía porque el rechazo le dolería mucho, así que prefería callar. Hasta que él se acercó a ella. No podía más de dicha, lo había logrado, lo había conseguido, sentía que ahora sí podía ser feliz.

Estuvo con él, se entregó a él por primera vez en su vida como jamás lo había hecho con nadie. Sintió que nada podía contra lo que sentía. Nada excepto él.

Supe que finalmente, el tipo siempre la llamaba por las noches, a eso de las 3 de la madrugada. Podían hablar cualquier tema, ese no era el punto. El punto era escucharse. Hasta que la dejó y el teléfono no sonó más. Tal vez, sea la causa de todo esto doctor, que ella espere ansiosamente todas las noches a que suene su teléfono y que sea él, su voz, sus problemas, sus chistes, sus frases... y si es eso doctor?

El doctor la mira y le dice...

No pensé que le afectara tanto que la dejara. De verdad que jamás lo pensé.

La mujer seguía mirando su celular inerte, mientras se abstraía de la realidad de manera tal que por las noches solamente pensaba en el sonido del ring y en él.

lunes, 22 de junio de 2009

Prozac - Cap 13


Al saludarla, sentí nuevamente su piel. Esa piel que me recordaba las veces que abusó de mi y las veces en que fue recíproco. Al escuchar su "hola", con esa voz temblorosa, no pude más que imaginar que la tenía al frente diciéndome cuanto me quería, mientras deslizaba sus manos en mi entrepierna y urgueteaba hasta encontrar lo que le producía mayor placer.

Es la misma puta de siempre.

Nos sentamos, su figura no está igual que hace años. De hecho, diría que está como cuando la conocí, luego enflaqueció, cosa desagradable para mi, aunque no niego que hay flacas que son excelentes en la cama, que es lo fundamental en una relación basada en el sexo, sexo y un poco de masoquismo, pero en este caso si uno conoce a alguien con buenas curvas, creo que debería quedarse así o cuidarse. A pesar que sé que la razón fundamental de que estuviera así cuando la conocí, fueron las pastillas, ella sí tomaba, no como otras maracas que te obligan a actuar enfundado cuando es lo más incomodo que existe.

Eso quiere decir que está tomando pastillas. Está con alguien. La muy conchadesumadre.

Relaciones estables, una frase que no funciona conmigo, por eso soy exitoso, solo, pero exitoso. No como ella, que es exitosa pero acompañada. Dos cosas que no van conmigo, definitivamente.

-Te ves diferente. Han pasado los años, pensé que no me volverías a hablar más, con lo raro que te pusiste al final...

-No, todo lo contrario, siempre te recuerdo (sobre todo cuando follo). Es más, de hecho si no te invito no recuerdas que existo, de eso estoy seguro.

-Tal vez sí, tal vez no. Es que, te comportaste tan raro al final, que no sé si acordarme de ti sea apropiado, menos ahora... ¿te conté que no vivo en Chile supongo...?


-No, a penas hemos hablado cuando te volví a contactar (fuera de Chile?, a qué puto te follas que te lleva para otros lados?, qué huevón la pasa bien con tu entrepierna ahora perra de mierda?), por lo cual mucho de ti no me has contado... creo que sería apropiado empezar contigo, yo no soy el centro de esta reunión, jajaja (solamente mi ego que me abandona cada vez más)

-Bueno, si me citas para eso, te contaré lo que ha sido de mi todo este tiempo...

Blablablablabla... finjo cero interés, pero cada frase, oración, proposición que usa, me recuerda que cuando la quise, cuando la tuve entre mis brazos, cuando era humano, ella era todo para mi. Pero yo, yo nunca fui NADA para ella solamente fui un pene con piernas...

¿Será por eso que soy así?

Y movía sus labios nervioso, tiritones, seguro sigues tomando esos medicamentos, esos que también tomo porque quiero ser como tú, tu reflejo, eso quiero, deseo, soy como tú, soy tú y debo acabar con eso porque me hace mal... MAL???, si soy perfecto, soy un monstruo asquerosamente perfecto, soy el Dios de las mujeres que osan toparse en mi camino... soy su DIOS!

-¿Y tú? ¿Qué has hecho de tu vida?

-No quiero aburrirte, así que te haré un resumen...


-No. Nunca me has aburrido. Nunca.

La amo. La deseo. La odio. Como antes.

martes, 9 de junio de 2009

Prozac - Cap. 12


Por fin llegó el momento en que podré verla. Por fin puedo imaginar el instante en que ella llegará y me saludará y escucharé su voz y en que, podré comprobar por fin, si sigue teniendo esa aura. Esa aura que me tiene tan expectante actualmente.

Sigo en mi oficina esperando pacientemente a que llegue la hora convenida. Salir de ahí, correr hacia mi auto y dirigirme hacia el lugar acordado. Nadie debe saberlo. Ni siquiera la puta de mi secretaria, es la que menos debe saber. Si la conozco como creo que la conozco, aunque no creo que mejor de como conozco sus genitales, armará un escándalo que puede repercutir a la oficina y me veré en la obligación de golpearla, esta vez no los pechos o las nalgas o tal vez su clítoris, si no que en plena cara para que aprenda la muy maraca.

Mientras pienso en eso, abro la puerta de mi auto, esta vez vine en mi BMW, no quería presumir demasiado, aunque ya presumo al ser automático y con un reproductor de CD/MP3 que combina perfectamente con la elegancia del tablero central de mando de cuero el cual posee un gestionador GPS de última generación que venía, curiosamente, incluido en el modelo lo cual le da un toque delicioso al vehículo.

Al sentarme, pienso que tal vez hubiese sido mejor echarme un par de condones, pero luego me relajo al saber que en la guantera con puertecita automática que se activa mediante acerco cuidadosamente mi mano hacia ella, se encuentra una caja... aunque prefiero no pensar en eso, ya que si, en algún remoto caso llego a follar, será a capella. De eso no hay duda.

Voy camino hacia allá a toda velocidad, aprovechando la Costanera Norte, la cual proporciona la adherencia necesaria a mi auto último modelo. Aunque eso no me preocupa tanto como me preocupa el hecho de que ella se vea tan linda, hermosa, deseosa, tan puta como siempre la he recordado que mande todo al carajo y no sepa como reaccionar, tal vez reaccione queriendo avalanzarme a ella y quiera ahorcarla como siempre soñé, o tal vez golpearla de tal modo que esa boca que hace maravillas se deforme totalmente y no deje de sangrar y escupir dientes y comience a vomitar porque la golpee en el bajo vientre, ese que desearía a la vez besar y acariciar con la punta de mi miembro. Sólo son pensamientos, nada más lejano a un plan.

Estaciono el auto y comienzo a temblar tanto, tanto que necesito un prozac de emergencia, lo tomo sin agua y me siento en la mesa que reservé y ella aún no llega, pero falta poco porque es puntual, lo es, siempre lo ha sido y llega de pronto.

Esa voz de mierda que deseo escuchar por fin se hace fuerte. Es hora de fingir que estoy bien y no con ganas de cortarme la yugular ahí mismo.

domingo, 17 de mayo de 2009

Prozac - Cap 11



Le respondo el mensaje lo más parcial posible. En ese momento pienso en qué haré cuando esté frente a ella. No sé si me relajaré, no sé si me tensaré de tal forma que salte encima de ella para morderle el cuello y arrancarle la yugular de la manera más piadosa y luego pisotear una de sus putas costillas o simplemente la saludaré dulcemente. El ser humano toma decisiones todos los días de su vida.

Lo que me sorprende de todo esto, es la expectativa que estoy sintiendo para que me responda el mensaje. Redacté algo sencillo, corto y que fuera rápido de responder:

Nos veremos donde tú quieras, no tengo inconveniente. Sólo dime lugar y hora.

Condescendencia y la gran puta. Siempre he sido igual, prefiero que elijan las cosas a tener que discutirlas. Solamente espero paseándome por mi oficina y pensando en que, hace años atrás me pasaba lo mismo esperando que me contestara, con la diferencia que era en mi dormitorio donde habíamos follado miles de veces. Ahora, era diferente. Acá he follado con muchas, menos con ella.

Por fin contesta. Lo hace tan rápido como sé que teclea el maldito teléfono. Me responde que no tiene ningún problema, me da el lugar y la hora. Puta de mierda, me sorprende que siga viva. Cultivó durante toda su atormentada vida tantos enemigos, que si no fuera por ellos... además de sus miedos internos y sus interminables intentos de matarse, que no igualan los mios por cierto.

Si hubiese intentado matarme, no hubiese fallado.

Tantas veces que tuve que recibir sus cortes en mi antebrazo. Veo las marcas y pienso en que debí haber tenido unas razones muy poderosas para haber aguantado tanto esa y muchas otras escenas. Marca de mierda, se ve pequeña ahora pero hace algunos años no dejaba de sangrar, ella llorar y suplicarme matarla y los gritos, el sudor, las pastillas anticonceptivas por el suelo, los tranquilizantes que se cayeron dentro del vaso con agua que estaba roto, los condones.

Puta de mierda.

Lo peor de todo es que tenía ganas de verla. Y esas ganas se canalizaban en una gran y dolorosa erección que no me dejaba en paz. Tuve que llamar a mi secretaria y decirle que estaba caliente y entró y como por arte de magia la calentura fue satisfecha. Faltan dos horas.

Debo elegir si pagar con Dinners o Magna.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Dónde estás?


Dónde estás? Te he buscado por todas partes. Me dijiste que estarías por acá y no he visto nada. No te encuentro y eso que te busco. Ya, vamos, dime dónde.

Estoy seguro que te escondes en algún rincón de este lugar, pero, no sé en qué parte, te biusco y no te encuentro, comienzo a desesperarme... No me gustan este tipo de bromas, basta. Hay cosas que no me parecen graciosas, me siento mal así. Es como si me faltara algo, aparece.

Mucho rato buscándote y esto saco: nada. Por favor, aparece... te necesito.

No más, para, por favor. Esto dejó de ser gracioso hace rato, hace mucho rato... no quiero más, aparece...

Felicidad, dónde estás?