lunes, 13 de abril de 2009
Vámonos de aquí...
De repente salió en la conversación. Vámonos de aquí, lejos de aquí. Hagamos lo que tú quieras que hagamos, escapemos, los dos juntos. No recuerdo muy bien porqué fue. Creo que llorabas por el teléfono, desesperada por algo.
No podía hacer nada más que escucharte. Tenía que hacer algo, porque si no, sentía que podías morir de la pena, no aguantabas más (era así siempre, luego me di cuenta). No hice otra cosa mejor que decirte que nos fuéramos, que escapáramos. "Vámonos de aquí", adonde sea, pero vámonos...
Dejaste de llorar (lo recuerdo tan bien, que maldigo mi memoria) y me preguntaste dónde. Dije que no importaba donde, estaba dispuesto a hacer que estuvieras bien fuera como fuera.
Ahora que lo pienso, estoy seguro que lo hubiese hecho. Que te hubiese llevado adonde fuera con tal de verte feliz, tranquila. Eso hubiese hecho yo. ¿Pero tú? ¿Qué hubieses hecho tú por mi? Nunca lo sabré...
No sé si hubieses hecho algo parecido o si alguna vez lo llegaste a pensar. Sólo se deshacen del problema cuando no saben qué hacer con él. Es así de simple.
A veces quiero irme de aquí. Nadie lo notaría nunca.
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