martes, 28 de abril de 2009
Resignación Patologica Irreversible
Creo que será todo más fácil. Sí, llegado el fin de todo lo que ni siquiera me interesa, haré lo que quiera. Y comenzaré el reinicio definitivo que tanto necesito. Resignado a que las cosas no cambiarán. Que las cosas seguirán igual. Que no habrá nada que me detenga porque NADA quiere detenerme.
Y esa es una gran ventaja.
Esta resignación que las cosas sigan iguales hace que mis planes sigan igual. Inalterables. De cero. Empezar para encontrar. Encontrar algo que de verdad valga la pena. Me cansé de buscar sin encontrar nada más que mierda. Nada más que mierda.
Nada me ata aquí. Nada ni nadie quiere que me quede. Aunque me dé pena en el fondo y desee fervientemente que alguien vaya al aeropuerto a buscarme y decirme que me quede. Eso no sucederá jamás, porque no soy imprescindible para nada ni nadie. Y lo sabes.
Debo irme y al volver (si esto sucede) vivir una vida que me llene y me haga feliz. Porque al final de esta puta historia de mierda que sólo tuvo penas, equivocaciones, errores, reemplazos, romance, preocupación y dolor... alguien tiene que ser feliz.
Aunque sea al final.
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