sábado, 24 de enero de 2009

Te haré caso...


Bien. Entonces será como tú quieras. Ahora sé qué soy actualmente para ti. Y me duele, no sabes cuanto me duele. Pero lo acepto. Debe ser así, DEBE ser así. Era inevitable. Fui un pasajero más en el viaje de tu vida.

Y como tal, debo saber bajarme en el lugar y momento indicados. Aunque he salido un pasajero bastante complicado en ese sentido. Fuera de comparaciones y cosas por el estilo, creo que cada palabra que me dijiste (indirectamente) me ha dejado claro que es lo que debo hacer.

Eres y serás siempre un bello recuerdo. Pero, recalcando la última palabra, eso comenzarás a ser. Siempre sonreiré recordando tu sonrisa, tu risa nerviosa, tu voz suave... y esos benditos ojos... jamás supe que tenían...

Y jamás lo sabré. Quieralo o no, esta vez te haré caso (lo intentaré al menos). Bueno, como siempre. Es que soy demasiado obediente. Demasiado.

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