sábado, 26 de diciembre de 2009

Tus Aros


Bookmark and Share
Me encantaba cuando te quitabas los aros. Lo hacías tan lentamente que me estremecía. Pienso que, de algún modo, sabía lo que se venía. Eso significaba que ibamos a estar juntos toda la tarde. Nosotros y nadie más. Una sensación que no he vuelto a sentir.

Al final lo único que me queda de ti es eso. Tus aros encima de mi velador, esperando el momento en el que te los podrías volver a poner. Y eso, era después de mucho rato, mucho, mucho rato...

Un día pensé regalarte unos. Y lo hice. Te gustaron tanto, nunca olvidaré ese día, porque fue casi perfecto. Si no fuera porque, finalmente e igual que siempre, terminamos discutiendo un poco. Pero nada que horas por teléfono no solucionara. Y nada que no solucionaran esos aros.

Recuerdo que tenían motivos bien hippientos. De hecho, tenía esos "ojos de la suerte" que son azules, no cacho cómo se llaman. Me preguntaste que "qué significaban". Te dije que iba a preguntarle a alguien que de seguro sabía, que de todas formas eran de buena suerte y daban buenas vibras. Saltaste de alegría. Y me besaste. Ya eran tuyos.

Nunca alcancé a verte con ellos puestos, pero, sabes? Sé que algún día los usaste. Tal vez ahora los botaste o los tienes guardados, o los regalaste. Pero te imagino con ellos puestos, besándome tiernamente y dejándolos en el velador...

Hasta el día de hoy.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Fin de la función.


Bookmark and Share
Increíble como hace a penas unas semanas, era todo estable. De pronto, todo se viene abajo.

Hasta la pega. Ya nada es tan seguro como antes.

Evaluaciones, reemplazos, menos pega, menos delegaciones... algo pasa.

Guardo y guardo cosas en mi interior que explotan justamente dentro de mi. Me duele el pecho de una manera que no sé explicar y no sé cómo hacerlo parar...

No sé, no tengo idea...

Termina por fin, año caótico y lleno de cambios, que al final, volveré al mismo punto de antes sin darme si quiera cuenta...

Extraño que me consueles sin preguntarme porqué...

domingo, 20 de diciembre de 2009

Encrucijada

Bookmark and Share
Pensé que en el fondo, al final, iba a lograr varios objetivos. Ser buen profesional, estar tranquilo. Aunque sea solo. Pero tranquilo.

Sin embargo, ahora, se me ha venido encima un desafío asquerosamente malo, pésimo, despreciable y lleno de incertidumbre, que yo, particularmente, no busqué. Y no lo quiero. Definitivamente, no lo quiero.

Me gustaría que alguien pudiera entender todo esto que estoy pasando, que pudiera consolarme, ayudarme, escucharme. Pero por más que busco o espero, nadie llega. Así que, debo tomar mis propias decisiones por mi mismo. Si de eso depende mi tranquilidad, así será.

Finalmente, si las cosas cambian esta semana, será por mi y no por los demás. Me cansé de hacer las cosas por otros y nada por mi. Empezaré y lo haré... aunque termine siendo el final de algo a lo que ya me había acostumbrado.

Y pensar que hace dos semanas pensaba que nada podía cambiar...

Lástima que ya no estás o no quieres estar. Tal vez, simplemente, ya no te interesa estar...

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Día Domingo

Bookmark and Share
Día domingo en que nos encontrabamos tú y yo, juntos en el chat. Siempre hablabamos, pasara lo que pasara. Yo estaba para tí, tú estabas para mi. Luego nos llamabamos por teléfono y hablabamos por horas y horas y todo era genial.

Era como si nunca se fuera a acabar.

Contigo, también era bueno. Hablabamos siempre, incluso si estabas como "no conectada", luego, a veces, me llamabas o yo lo hacía y era genial. También lo era.

Y tú. Contigo me juntaba y salía. Aunque sea solamente para reirnos de la vida.

Y ahora. Ni siquiera me veo a mi mismo. No hay nadie y estoy solo. Solo fisica y mentalmente... sencillamente, tú, ya no estás...

sábado, 12 de diciembre de 2009

Quién se preocupa por mi


Bookmark and Share
Además de mi familia... quién se preocupa por mi?

Nadie.

Yo?, me preocupo por el resto?

Sí.

No saco nada con eso. Absolutamente nada. Solamente más amargura, nada más que eso. Y más indiferencia. No saco nada, si ni yo mismo causo tanta preocupación.

Ni locos que estuvieran.

Un día, un buen día, se van a ir todos bien al carajo. Y cuando eso pase, de seguro NADIE SE PREOCUPARÁ POR MI.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Sentado de repente...

Bookmark and Share
... Me acordé de ti. Bueno, ultimamente no me acuerdo tanto de ti como antes, debo reconocerlo. Tal vez por eso hoy fue especial. Estaba comiendome un sandwich en un parque, cuando de repente pensé en cuántas veces hubiesemos querido estar así. Relajados, solos, comiendo, mirando a la nada... en eso pensé...

Y miré fijamente al Edificio Movistar que me quedaba a lo lejos a la vista, cuando de repente vi tu rostro. Pensé que estabas a mi lado. Nada más que una alucinación.

Tomé la bebida con la que acompañaba el sandwich y me fui. De repente, mientras caminaba por el puente que unía el parque con Providencia, se acercaron unos tripos mal agestados. Como andaba con un reloj medio llamativo, lo metí rapidamente a mi bolsillo y cuando ellos ya habían pasados te vi.

Juro que te vi.

Eras tú, torpe, linda, pequeña... apurada. Eras tú, juro que eras tú. Pero esa alucinación (la segunda del día) desapareció cuando a esa niña le vi un piercing. Tú no usas esas cosas, menos en tu nariz.

No eras tú.

Nunca nadie me ha querido como tú me quisiste. Nadie.

martes, 8 de diciembre de 2009

No se olvida. Se supera.


Bookmark and Share
En una parte por ahí, leí que una persona preguntaba que cómo podía sacarse de la mente a alguien con quien había tenido una relación. Que cómo diablos podía "olvidar".

Todos comenzaron a responderle que, el tiempo todo lo curaba... hasta ese punto, más que eso, no les decían. Hasta que alguien dijo: "nunca lo olvidarás, sobre todo si fue importante para ti. Solamente aprendes a vivir sin esa persona y lo superas, pero no lo olvidas".

Es cierto. No puedes olvidar, pero sí superarlo. Vivir con ello. Al final, se vuelve costumbre...

También leí que eso pasa cuando tus sentimientos son verdaderos, sinceros, fuertes... que al final, cualquier cosa te puede hacer recordar a "esa persona". Desde el piso mojado del baño, hasta tus propias sábanas.

Cualquier cosa.

Sí, puede que sea cierto. Al final de cuentas, solamente te queda de recompensa los recuerdos de esa persona y si también fuiste feliz. Y si te enamoraste de verdad, pues bueno, siempre estará en tu corazón y aunque pasen otras personas en tu vida siempre la querrás, es inevitable, si eres humano por cierto...

Creí que era el único imbécil de esta Tierra que aún te quiere a pesar de todo. Aunque no se trate de amor eterno. Veo que, como siempre, me he equivocado...

domingo, 6 de diciembre de 2009

Prozac - Cap 20 (FINAL)


Bookmark and Share
Llegué a la oficina a la misma hora de siempre. La gran diferencia, era a lo que iba. Renuncié. Le dije al pelotudo de mi jefe, que no era más que un maricón, así que podía meterse su mierda de negocio por la raja, preferentemente ayudado por su asistente, el cual era gay y le tenía ganas hace tiempo.

Se lo dije tan bajo que parece que lo único que escuchó fue la parte de mi renuncia y se despidió afectuosamente, preguntándome cuándo me iba.

Ahora, hijo de puta. Lo último, al parecer, tampoco lo escuchó o se hizo el tarado.

Me iban a hacer despedida los muy envidiosos hijos de la gran puta. Que se vayan al carajo, para lo poco que recibo fue bastante lo que les di. A algunas, les di mucho más, de hecho.

De ahí, la última cita.

Hace años no entraba a ese parque. Era como siempre. Poca gente, muchas parejas. Esto último, apestante... sobre todo por el hecho que las mismas no se conforman con pasear, conversar, reír y entre medio besarse. Si no que de frentón, tirar.

Hijos de la más malsana, chupapijas y puta del mundo.

Me senté en ese asiento al lado de los negocios principales que tantas veces había visto y esperé. Siempre tengo que esperar, si no se trataba de la muerta que era más puntual.

3,2,1...

Llegó con su cara de apuro, de hastío. Pero feliz de verme. Alguien feliz de verme. Curioso.

-Tanto tiempo...

-Demasiado...

Conversamos muchas horas sentados ahí. Le conté que había renunciado, entre medio balbucié de mis sadismos sexuales acostumbrados, etc.

Ella me decía que estaba casada (mira tú) y que quería formar familia, pero aún no, ya que le gustaba lo que estaba haciendo. Sinceramente, no logré entenderle qué chucha hacía. Debe ser porque no me cabía en la cabeza que fuera feliz.

Después de haberla conocido cómo era.

Siempre fue triste, solitaria, melancólica, tímida, llorona, callada. A la vez que enferma. Me agradaba. Por eso me acerqué a ella y sentí cosas por ella.

La última mujer por la que sentí algo. Te imaginarás que la conocí después que al cadáver.

Yo sacaba lo gracioso de ella. También, veía como finalmente era bastante audaz, pero reservada. Y también supe lo que era un beso.

Uno tierno, sincero. Uno humano, más bien.

Pero, un día, fin. Todo acabó. Se desapareció. De hecho, la semana que le di un beso. Se puso roja, de todos colores en realidad y huyó. No la vi más, ni supe de ella.

No admitir y esas estupideces incluídas.

Sin embargo, la perdoné por nunca decirme nada. Total, tuve la culpa, la personalidad de la tipa era así, no podía esperar más.

Aunque si arrancaba pa un beso, una cacha imaginate...

Ahora resulta que está casada. Y me contactó para pedirme disculpas. Me dijo que siempre pensó que el feliz era yo y que qué me hizo cambiar tanto...

Me quedé callado cinco largos minutos, pero no incómodos, solamente largos. Le dije que no pude ser feliz por el rechazo. Por el dolor. Por el mal ojo. Por el dolor. Por el deseo. Por la maldad. Por el dolor. Por las pastillas. Por querer mucho. Por dar poco. Por recibir nada. Por el dolor. Por la desesperación putrefacta de sentir ser un ser sucio que no merece la felicidad porque la soledad es mucho más simple. Porque le hago daño a la gente. Por no merecer esto. Por ser un tirao a gente. Por el dolor. Por ella.

Por ella. Por ella. Por ella. Por ella. Por ella. Por ella.

Por el dolor.

Me paré, me fui corriendo. Ella me trató de alcanzar y entonces...

Subí a mi auto y me gritó de lejos:

-Siempre te amé. Nunca olvides eso. Perdóname...

Y aceleré. Nadie, nunca JAMÁS me ha dicho te amo. Llegué a mi casa aborreciendo mis putas decisiones, tomé un cuchillo, me corté la yugular con el cuchillo más filoso de mi casa de manera tan profunda que no hubiera la menor posibilidad de salvarme... me tendí en la cama, me desangré y dejé de ser una molestía para la muerta, que solamente pensó que era una persona madura y por eso se metió conmigo, pero se metió con un pendejo que jamás pudo entender a una enferma y que luego se folló a medio Santiago buscando el sabor de su entre pierna sin un "te quiero" de vuelta, que besó a una amiga que era tímida y vulnerable y que le hizo daño hoy en la tarde, ella solamente quería verme, murió, basta, se acabó...

Este remedo de ser humano que apesta de manera subcutánea se va. Pierdo la conciencia. No siento nada. No escucho nada. No huelo nada. Dejo de respirar.

Mierda. Cuanto necesito un prozac ahora.

FIN