miércoles, 16 de diciembre de 2009

Día Domingo

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Día domingo en que nos encontrabamos tú y yo, juntos en el chat. Siempre hablabamos, pasara lo que pasara. Yo estaba para tí, tú estabas para mi. Luego nos llamabamos por teléfono y hablabamos por horas y horas y todo era genial.

Era como si nunca se fuera a acabar.

Contigo, también era bueno. Hablabamos siempre, incluso si estabas como "no conectada", luego, a veces, me llamabas o yo lo hacía y era genial. También lo era.

Y tú. Contigo me juntaba y salía. Aunque sea solamente para reirnos de la vida.

Y ahora. Ni siquiera me veo a mi mismo. No hay nadie y estoy solo. Solo fisica y mentalmente... sencillamente, tú, ya no estás...

sábado, 12 de diciembre de 2009

Quién se preocupa por mi


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Además de mi familia... quién se preocupa por mi?

Nadie.

Yo?, me preocupo por el resto?

Sí.

No saco nada con eso. Absolutamente nada. Solamente más amargura, nada más que eso. Y más indiferencia. No saco nada, si ni yo mismo causo tanta preocupación.

Ni locos que estuvieran.

Un día, un buen día, se van a ir todos bien al carajo. Y cuando eso pase, de seguro NADIE SE PREOCUPARÁ POR MI.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Sentado de repente...

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... Me acordé de ti. Bueno, ultimamente no me acuerdo tanto de ti como antes, debo reconocerlo. Tal vez por eso hoy fue especial. Estaba comiendome un sandwich en un parque, cuando de repente pensé en cuántas veces hubiesemos querido estar así. Relajados, solos, comiendo, mirando a la nada... en eso pensé...

Y miré fijamente al Edificio Movistar que me quedaba a lo lejos a la vista, cuando de repente vi tu rostro. Pensé que estabas a mi lado. Nada más que una alucinación.

Tomé la bebida con la que acompañaba el sandwich y me fui. De repente, mientras caminaba por el puente que unía el parque con Providencia, se acercaron unos tripos mal agestados. Como andaba con un reloj medio llamativo, lo metí rapidamente a mi bolsillo y cuando ellos ya habían pasados te vi.

Juro que te vi.

Eras tú, torpe, linda, pequeña... apurada. Eras tú, juro que eras tú. Pero esa alucinación (la segunda del día) desapareció cuando a esa niña le vi un piercing. Tú no usas esas cosas, menos en tu nariz.

No eras tú.

Nunca nadie me ha querido como tú me quisiste. Nadie.

martes, 8 de diciembre de 2009

No se olvida. Se supera.


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En una parte por ahí, leí que una persona preguntaba que cómo podía sacarse de la mente a alguien con quien había tenido una relación. Que cómo diablos podía "olvidar".

Todos comenzaron a responderle que, el tiempo todo lo curaba... hasta ese punto, más que eso, no les decían. Hasta que alguien dijo: "nunca lo olvidarás, sobre todo si fue importante para ti. Solamente aprendes a vivir sin esa persona y lo superas, pero no lo olvidas".

Es cierto. No puedes olvidar, pero sí superarlo. Vivir con ello. Al final, se vuelve costumbre...

También leí que eso pasa cuando tus sentimientos son verdaderos, sinceros, fuertes... que al final, cualquier cosa te puede hacer recordar a "esa persona". Desde el piso mojado del baño, hasta tus propias sábanas.

Cualquier cosa.

Sí, puede que sea cierto. Al final de cuentas, solamente te queda de recompensa los recuerdos de esa persona y si también fuiste feliz. Y si te enamoraste de verdad, pues bueno, siempre estará en tu corazón y aunque pasen otras personas en tu vida siempre la querrás, es inevitable, si eres humano por cierto...

Creí que era el único imbécil de esta Tierra que aún te quiere a pesar de todo. Aunque no se trate de amor eterno. Veo que, como siempre, me he equivocado...

domingo, 6 de diciembre de 2009

Prozac - Cap 20 (FINAL)


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Llegué a la oficina a la misma hora de siempre. La gran diferencia, era a lo que iba. Renuncié. Le dije al pelotudo de mi jefe, que no era más que un maricón, así que podía meterse su mierda de negocio por la raja, preferentemente ayudado por su asistente, el cual era gay y le tenía ganas hace tiempo.

Se lo dije tan bajo que parece que lo único que escuchó fue la parte de mi renuncia y se despidió afectuosamente, preguntándome cuándo me iba.

Ahora, hijo de puta. Lo último, al parecer, tampoco lo escuchó o se hizo el tarado.

Me iban a hacer despedida los muy envidiosos hijos de la gran puta. Que se vayan al carajo, para lo poco que recibo fue bastante lo que les di. A algunas, les di mucho más, de hecho.

De ahí, la última cita.

Hace años no entraba a ese parque. Era como siempre. Poca gente, muchas parejas. Esto último, apestante... sobre todo por el hecho que las mismas no se conforman con pasear, conversar, reír y entre medio besarse. Si no que de frentón, tirar.

Hijos de la más malsana, chupapijas y puta del mundo.

Me senté en ese asiento al lado de los negocios principales que tantas veces había visto y esperé. Siempre tengo que esperar, si no se trataba de la muerta que era más puntual.

3,2,1...

Llegó con su cara de apuro, de hastío. Pero feliz de verme. Alguien feliz de verme. Curioso.

-Tanto tiempo...

-Demasiado...

Conversamos muchas horas sentados ahí. Le conté que había renunciado, entre medio balbucié de mis sadismos sexuales acostumbrados, etc.

Ella me decía que estaba casada (mira tú) y que quería formar familia, pero aún no, ya que le gustaba lo que estaba haciendo. Sinceramente, no logré entenderle qué chucha hacía. Debe ser porque no me cabía en la cabeza que fuera feliz.

Después de haberla conocido cómo era.

Siempre fue triste, solitaria, melancólica, tímida, llorona, callada. A la vez que enferma. Me agradaba. Por eso me acerqué a ella y sentí cosas por ella.

La última mujer por la que sentí algo. Te imaginarás que la conocí después que al cadáver.

Yo sacaba lo gracioso de ella. También, veía como finalmente era bastante audaz, pero reservada. Y también supe lo que era un beso.

Uno tierno, sincero. Uno humano, más bien.

Pero, un día, fin. Todo acabó. Se desapareció. De hecho, la semana que le di un beso. Se puso roja, de todos colores en realidad y huyó. No la vi más, ni supe de ella.

No admitir y esas estupideces incluídas.

Sin embargo, la perdoné por nunca decirme nada. Total, tuve la culpa, la personalidad de la tipa era así, no podía esperar más.

Aunque si arrancaba pa un beso, una cacha imaginate...

Ahora resulta que está casada. Y me contactó para pedirme disculpas. Me dijo que siempre pensó que el feliz era yo y que qué me hizo cambiar tanto...

Me quedé callado cinco largos minutos, pero no incómodos, solamente largos. Le dije que no pude ser feliz por el rechazo. Por el dolor. Por el mal ojo. Por el dolor. Por el deseo. Por la maldad. Por el dolor. Por las pastillas. Por querer mucho. Por dar poco. Por recibir nada. Por el dolor. Por la desesperación putrefacta de sentir ser un ser sucio que no merece la felicidad porque la soledad es mucho más simple. Porque le hago daño a la gente. Por no merecer esto. Por ser un tirao a gente. Por el dolor. Por ella.

Por ella. Por ella. Por ella. Por ella. Por ella. Por ella.

Por el dolor.

Me paré, me fui corriendo. Ella me trató de alcanzar y entonces...

Subí a mi auto y me gritó de lejos:

-Siempre te amé. Nunca olvides eso. Perdóname...

Y aceleré. Nadie, nunca JAMÁS me ha dicho te amo. Llegué a mi casa aborreciendo mis putas decisiones, tomé un cuchillo, me corté la yugular con el cuchillo más filoso de mi casa de manera tan profunda que no hubiera la menor posibilidad de salvarme... me tendí en la cama, me desangré y dejé de ser una molestía para la muerta, que solamente pensó que era una persona madura y por eso se metió conmigo, pero se metió con un pendejo que jamás pudo entender a una enferma y que luego se folló a medio Santiago buscando el sabor de su entre pierna sin un "te quiero" de vuelta, que besó a una amiga que era tímida y vulnerable y que le hizo daño hoy en la tarde, ella solamente quería verme, murió, basta, se acabó...

Este remedo de ser humano que apesta de manera subcutánea se va. Pierdo la conciencia. No siento nada. No escucho nada. No huelo nada. Dejo de respirar.

Mierda. Cuanto necesito un prozac ahora.

FIN

sábado, 7 de noviembre de 2009

De Vacaciones (Hasta nuevo aviso)

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Bueno, luego de un prolífico mes de octubre (en donde la mayoría de mis escritos fueron programados un solo día, por eso tantos), creo que tomaré vacaciones de esto.

Siempre la idea ha sido retratar, lo más anonimamente posible, cosas que me pasan, que no me pasan, que no me pasarán nunca y a veces, mucha ficción.

También he tratado de no dar nombres, si son situaciones que de verdad me pasan o que se encuentre la ficción lo más alejada de la realidad posible... bueno, al menos lo intento.

Pero ahora tomaré vacaciones. Tanto porque la real motiviación de este blog (que ha sido su motor los últimos años), se ha ido disipando de mi mente... y dado que no existen muchas que hagan el peso en ese sentido... me retiro.

Por un tiempo.

Lo bueno, es que aunque son pocas, poquísimas personas las que leen esto, principalmente ha sido para desahogarme. Y la gran mayoría ni me conoce. Personalmente. Lo que es una ventaja...

Esto es un blog de catarsis, partió como una forma de ser parte de las redes sociales, luego escribir cualquier tontera, posteriormente (por ti pequeña principessa) empecé a hacerlo más seguido... luego pasó lo peor...

Y no paré...

Con el tiempo me he convertido en alguien más sombrío. Pero eso, que era de manifiesto casi obvio antes, ahora es solamente una parte profunda de mi, que aflora en este lugar...

Y dice lo que no diría jamás a nadie.

Pero basta de entristecerse siempre. Miraré hacia afuera y buscaré ese destino que está preparado para mi, el que realmente quiere que lo encuentre, el que realmente desea que estemos juntos... basta de expresar sentimientos antiguos y de victima...

Me daré unas vacaciones.

Siempre dije que si te olvidaba, mi pequeña dama, este lugar se acabaría. No se puede olvidar a la persona más importante en el corazón de quien siente de verdad. Pero sí, superarte.

Te superé. Pero te recuerdo. Y te llamo a veces en sueños.

No habrá nadie como tú... lo sé. Por eso, me tomo vacaciones.

También lo hago por aquellos que leen esto y que muchas veces se sienten aludidos. Porque piensan igual, sienten igual. No estamos solos en este mundo. Pasan y pasan personas en nuestras vidas, que así como llegan se van.

Si te quieren de verdad, siempre volverán, si quieres que vuelvan. Si no, sigue tu camino....

Hasta nuevo aviso, mi querida lirio...

martes, 3 de noviembre de 2009

No hay nada que romper



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Me está pasando demasiado a menudo. Habrá que comenzar a dar vuelta la situación. Eso, o acostumbrarse. Como esto último no me agrada, tendré que ver cómo lo hago para dar vuelta la situación.

Confundo las cosas, quiero demasiado. Y como el desastre siempre viene de la mano de cualquier acto que realice (más que fatalista, observador de la realidad), todo termina de la peor forma. Eso me está cansando.

Seré realmente yo el problema? Nunca me lo cuestiono y lo doy por sentado, pero como que a veces me lo pregunto. No sé, tal vez sean los demás... no sé.

Ya no sé nada. Ni siquiera sé si tengo algún corazón que romper. Ya no está quedando mucho.

Lo siento tanto, de verdad que sí. Pero es lo que hay y habrá...

domingo, 1 de noviembre de 2009

Carta Abierta

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A la soledad. A la tristeza. A la desolación. Al abandono. Al silencio. A todo lo que alguna vez fue. A lo que nunca será. A todo eso, le quiero decir adiós.

A los que estuvieron. A las que se fueron. A las que me quisieron. A las que me odiaron. A los que me desprecian. A mi mismo.

A la vida. A la muerte. A la ilusión. Al perdón. Al rencor.

Perdóname. En serio. Por mi actitud, por mis palabras, por mis acciones. Perdóname. Por trastocar mis sentimientos. Por dejar que éstos actúen por mi y no mi mente. Perdóname por ser débil. Perdóname por no manejar mi corazón.

Perdóname por ser tan intransigente. Perdóname por arruinar momentos. Perdóname por caer en tentación.

Perdóname. Te lo digo a ti. Solamente a ti.