viernes, 3 de abril de 2009

Escrito en la Pared


No quiero que me odies por lo que voy a hacer, pero es que no tengo alternativa...

No puedo seguir aquí, así... me duele todo lo que hago y sé que te hago sentir mal... que te hago mal, que soy un problema, que mereces algo mejor... que debes ser feliz, yo importo una mierda y lo sabes, me odias por eso, cierto? me quieres cada día menos por eso, perdóname por no ser perfecto como soñaste que sería, que sería especial como alguna vez me susurraste al oído, soy como todos, peor...

Y me doy lástima al escribir esto y me doy pena al sentir esto y no sé cómo detenerlo, solamente puedo hacerlo matándome, es la única opción que me queda para no ver más tu cuerpo y pensar que alguna vez fue mio... No me mires así, no me leas así, no me huelas así. No se puede.....................................................

Leía en la pared escrito (en principio pensamos) con sangre, una especie de epílogo de alguien que sufría. El cuerpo del individuo estaba inmediatamente debajo del escrito. No tenía signos de cortes, ni ematomas, ni golpes. A priori se puede establecer que la persona se intoxicó con alguna especie de ansiolítico o barbitúrico.

No es así. Según el forense, la persona está limpia. Tiene lágrimas secas en sus ojos. Murió de pena. Primera vez que me estremezco pensando en algo así.

Pasa una mujer por fuera de la escena. Es menuda, bonita. Mira de reojo. Se inmoviliza un instante. Piensa en entrar, yo pienso en hacerla entrar, seguro que algo sabe. Pero se va y yo salgo a buscarla, se desvaneció. Estoy seguro que iba llorando.

No lo odies. Murió de pena. A veces odio mi trabajo.

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