domingo, 29 de agosto de 2010

Te fuiste

Ni un adiós decente me pudiste dar. Ni siquiera unas razones de peso. Simplemente desapareciste. No sé, como que las cosas se volvieron cada día más extrañas. Cada día era como si fuera una gota que se iba derramando de un vaso hasta dejarlo seco. Y sucedió.

Jamás supe más de ti. Han pasado muchos años ya. Tal vez sea hora de averiguarlo... pero inmediatamente me pregunto... para qué?... si tú no me has buscado en todo este tiempo, porque he de hacerlo yo ahora?

Bueno, hay varias razones... Siempre el que hace el primer movimiento, es el que está interesado en lograr su objetivo. Y he estado mucho tiempo intentando ser el primero (y único) en hacer un movimiento... y me cansé.

Al menos, si fui importante para ti, sería, por decirlo menos, bonito que también pensaras en mi como yo lo hago.

Sí, lo admito. Pienso en ti. Te recuerdo. Sí, lo sé. Soy el único de los dos que lo hace.

Por algo te fuiste, por algo siempre fuiste así. Por algo era tu personalidad. Por algo ya no supe más de ti... pero piensa solamente en esto: Jamás supiste si estuve (estoy, estaré) bien. Qué cosas han pasado y pasarán y lo peor de todo, lo que marca toda esta maldita prosa...

Si estoy vivo todavía.

Y por cierto, tampoco sé si tú lo estás... aunque lo presiento. Es lo único que me queda... jugar con mi presentimiento... porque te fuiste.

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