viernes, 13 de marzo de 2009

Pasto


Creo caminar por donde debo caminar. Por lo menos por donde me lleva el cansancio. Ese cansancio que me enseña que cada paso es más pesado que el anterior. Mis pies apenas se mueven. Llego al lugar que deseaba llegar, al único que me espera desde siempre.

Me tiendo bajo la sombra de un cálido árbol que se encuentra allí como si me estuviera esperando y me envuelvo en la nada, en pensar en nada, en tener nada, en estar solo y aceptarlo en creer firmemente que no existe nada más, ni pasado ni futuro, sólo el presente, esa mierda de presente que, quién lo diría, me tiene en un costado de la Costanera mirando hacia la nada y con la selva de cemento a mis espaldas... y un montón de penas atrás.

Penas y alegrías que se confunden, se enredan, se envuelven en un gran espacio que llena el descanso que me tiene tendido en ese pasto tierno que me acoge como si fuera lo único en este mundo que me quisiera. Y cierro los ojos para verte y echarte de menos, siento como si estuvieras ahí, me dijeras que todo estará bien, me abrazaras y pusieras tu mejilla junto a la mía, pero te desvaneces porque no estás, eres lejana, eres inexistente tanto como los recuerdos que te conforman.

Siento que el Sol que se esconde entre las hojas también lo resibes tú y estás con alguien más y eres feliz porque es a quien quieres y soy feliz porque lo quieres y soy feliz porque eres feliz y es lo único que me importa porque siento que lo mereces.

De pronto suena mi celular y me despiertan y me preguntan si "estoy bien" con voz preocupada ya que no he llegado a mi lugar de trabajo a tiempo... y me lo dice alguien que jamás imaginé que me lo diría y me sentí entre bien y extraño de que no me dejaran estar conmigo mismo un momento pensando en que jamás sabrás que pensé en ti y que me preocupas y que todo lo que hago lo hago porque te conocí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por venir a visitarme, me alegra que te gustase, porque a mi también me gusta lo que haces tu. Volveré a leerte.
Un saludo