jueves, 18 de octubre de 2018

Sin Dormir

Una noche sin dormir. Literalmente. No poder conciliar el sueño, debe ser una de las peores situaciones que existen. Desesperante, diría. Agobiante, de todas formas.

Al otro día, tu cuerpo se siente sin descanso, no responde igual, tú no hablas igual, no piensas igual, no hilas las ideas como siempre. Es desesperante. Dan ganas de no vivir más.

¿Exagero?

Lo más probable, es que sí. Pero, cuando el no dormir va de la mano con la angustia, con el límite entre el pánico y la desesperanza, créeme que va más allá de una simple noche en vela.

Pero, antes de "despertar", media hora antes de levantarme, tuve un sueño. Sí, hoy dormí media hora (que para el caso, es lo mismo... supongo). Y ese sueño fue muy tierno, y casi despierto llorando.

Mi corazón no está dando más... algo me carcome y no sé qué es.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Límite

Estar al límite es querer decir: "no más". Es querer salir de tu cuerpo y gritar "basta". Es sentir una opresión en el pecho, un dolor que solamente se puede saciar con lograr expulsar esa rabia que yace en ti.

Eso es estar al límite.

No aguantar más el dolor, la pena, la rabia, la impotencia de no poder solucionar las cosas, eso es el llegar a un límite. Sentir ese impulso animal de arrancarte del universo, de dejar de existir, de transformarte en un nervio viviente, con los sentimientos a flor de piel, con ganas de destruir todo por lo que alguna vez peleaste...

Eso es estar al límite.

Que la vida no da para más. Que la existencia no da para más. Que la pena no da para más. Que ese dolor, transformado en rabia, pura y sin filtro, no te deje respirar. Ese lado animal, salvaje, aflora de repente desde tu alma para comandar cada momento y decisión. No te reconoces en el espejo.

Eso es estar al límite.

La pregunta clave es, ¿hasta cuándo estarás al límite antes de despertar?

Despierta. Levántate. Actúa.