lunes, 12 de abril de 2010

Pero cuando se le necesita...

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Siempre estoy. Siempre apoyo. Siempre consuelo.

Pero, cuando se necesita lo contrario, no está. Simplemente no está.

No tiene porqué estar, tal vez. No es su obligación, quizás. No lo sé. Ni lo sabré nunca, porque jamás me lo dirá, porque jamás se lo preguntaré, porque jamás me lo dirá... porque siempre ha sido mi vida de ese maldito modo...

Siempre lo ha sido...

Doy, doy, doy... pero jamás, jamás es equivalente a lo que podría recibir...

Sólo necesito compañía... en el momento justo. Consuelo, en el instante adecuado. Nada más que eso...

Nada más ni nada menos que lo entrego siempre. Siempre...

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