martes, 29 de septiembre de 2009

No tienes la menor idea. De verdad, que no


Si supieras que me muero de celos al saber si quiera que hablas con él, de seguro reirías. O no sé, tal vez, te enojarías. Eres tan volatil, cambiante...

Si supieras las ganas que me dan de abrazarte y no soltarte nunca, pero eso tal vez lo intuyas y prefieras no pensar en eso. Es lo más probable...

Si supieras que siempre tendrías un hombro en el cual llorar, manos que te acariciarían el rostro cada vez que estés triste o simplemente un beso que te calme...

Si supieras que comencé a sentir esto y no quiero. Pero lo siento... tal vez te enojarías y mucho.

Si supieras que a pesar de todo no deseo que me dejes... por eso lo oculto. Como los niños del jardín de niños que no le dicen nunca a la niña que les gusta, que les gusta...

Si supieras que sé perfectamente que me rechazarás... sabrías que ni siquiera lo voy a intentar...

Y creo que es lo único que sí sabes. Lo único...

viernes, 25 de septiembre de 2009

Estás ahí?

Dime si sigues ahí. Dime si de verdad estás ahí. Dime si al final del día, estarás ahí. Dime si me quieres de verdad. Dime si existo en tu vida. Dime si lo haces por amor. Dime si solamente lo haces porque no tienes nada más.

Dime si al final del día, si algún día, si en algún momento... te acercarás a mi. Estás ahí?

martes, 22 de septiembre de 2009

300


300 veces tú.

300 veces tus recuerdos.

300 veces tus llantos.

300 veces tus lamentos.

300 veces tus besos.

300 veces tu piel.

300 veces tu existencia.

300 veces tu ignorancia.

300 veces tus miedos.

300 veces los míos.

300 veces te extraño.

300 veces me olvidas.

300 veces escribo.

300 veces no me lees.

300 veces espero.

300 veces te alejas.

300 veces te quisiera abrazar.

300 veces no.

300 veces me pides en sueño que te perdone y sigamos adelante.

Y 300 veces te digo que no...

300 veces me niegas, como sea, me niegas.

300 veces añoro. Deseo. Necesito. Y olvido.

PD: Entrada n° 300 del Blog...

domingo, 20 de septiembre de 2009

Prozac - Cap 18


Han pasado algunos meses desde ese maldito día. Ahora, no me queda nada más que la mierda de rutina que me envuelve. No tengo nada más que eso a mi alrededor, además de mi secretaria cómplice que, desgraciadamente, se conforma solamente con sexo. Digo desgraciadamente no porque sea algo que me moleste, si no que CON ELLA me molesta.

Es que, lo chupa mal.

No solamente debo lidiar con una enferma ninfómana que no sabe practicar el sexo oral, si no que también debo lidiar con el hecho de que en las noticias ya se está dando a conocer esta desaparición. La muy puta pertenecía (se metió con un saco de weas con plata) a una familia bastante reconocida en Europa (poderosa sobre todo) y eso me molestaba. Algún día podrían averiguarlo, además que también me afectaba el hecho de que se follara a ese imbécil que salía a cada rato por la tele.

Tenía cara de tenerla chica.

Por suerte, mientras avanzaban los meses, salió un loco medio imbécil (habemos pocos locos que somos inteligentes, se nos llama genios incomprendidos) que dijo que la violó y se la comió, que iba a pedir rescate, pero le dio hambre verla desnuda y sangrando.

Hay cada psicópata.

Así que el caso se cerró con el pobre tipo pasándose películas (tal vez fue a otra a quién se lo hizo y las confundió, qué carajos sé) y el caso cerrado. Todo a mi favor, como por fin debieron ser las cosas desde el principio.

Así y todo, me daba pena. Al final, tuve que eliminar ese peso que tenía en mí única y exclusivamente porque el monstruo que ella me implantó al follar conmigo fue creciendo y creciendo hasta encontrarla, para casi volver a penetrarla como tantas veces imaginé, para terminar...

De todos modos me daba pena.

Ahora veo todo de mejor forma. Incluso a la puta de mi secretaria. No lo sabrá chupar, pero por lo menos sabe guardar un secreto.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Extraño no saber de ti


Me encantaría saber cómo estás. Así como también vivo de lo más bien no sabiéndolo. No sé, me confundo yo mismo. Porque cuando no te veo estoy tranquilo, pero cuando te veo... me desmorono por dentro.

Tal vez de nervios. Porque me encantaría saber de ti, cómo estás, pero no. Termino siendo frío, lejano. Porque me da susto ser más cercano. Tú sabes, tengo miedo de que se note demasiado.

Quisiera que me llamaras y riéramos como antes, habláramos horas estupideces que solamente nosotros mismos entendiéramos, tantas cosas que solamente comprenderiamos juntos. Pero no se puede. Ya no existe contacto entre nosotros, lo cual es natural, normal. Es como debe ser.

Quizás debo dejar que camines hacia el futuro que sé que te depara. El mejor de todos. Eres hermosa, la más linda... la que quiero ver bien (o al menos intuirlo).

Cuídate, porque yo nunca más volveré a saber de ti. Que seas tan feliz como desearía haberte hecho. ¿Ya?

martes, 15 de septiembre de 2009

Parece recordar....


Me parece recordar cuando fui ese día a la estación a buscarte. Me parece recordar cuando te vi de espaldas esperándome al borde de las escaleras. Me parece recordar como diste vuelta tu cabeza inmediatamente para ver si era yo quien las subía. Me parece recordar tu cara de alivio y felicidad al verme.

Me parece recordar tu caluroso y suave abrazo. Me parece recordar que nos fuimos de la mano caminando, que luego pasaste tu brazo por mi espalda fuertemente y no me soltaste. Me parece recordar que nos sentamos a conversar mucho rato. Me parece recordar que me extrañaste mucho, que me necesitabas...

Me parece recordar que seguimos caminando y se nos hizo de noche y visitamos lugares que no teníamos pensados. Me parece recordar que comimos juntos un pan. Me parece recordar que no querías que me fuera y yo tampoco.

Me parece recordar que el Metro iba lleno de vuelta y que, mientras yo tenía que ir hacia un lado, tú debías ver otras cosas por otro. Y nos fuimos abrazados, juntos, cerca. Y nos despedimos con tanto amor que todo era perfecto.

Me parece recordar que alguna vez, me quisiste y yo a ti. Aunque eso, siempre suelo recordarlo.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Barreras


Los seres humanos nacemos sin nada que nos limite los unos con los otros. Somos libres para interactuar con cualquiera que se nos cruce. Las barreras, limitaciones, espacios, los hacemos nosotros. Hay muchas razones para que esto suceda.

La más común, es porque no queremos lastimarnos. El miedo crea esas barreras. No queremos que ciertas personas se nos acerquen, o en muchos casos que nadie lo haga, porque tenemos miedo de que nos hagan daño. De que nuestra alma termine sufriendo. Ya sea porque en el pasado nos sucedió o porque vemos en nuestro alrededor como las personas se dañan unas con otras. Y eso nos duele.

Nos afecta de tal manera que finalmente creamos barreras en nuestros corazones. Definitivamente, es algo que termina siendo mucho más doloroso. Y andas por la vida cuidando que no te pase nada...

Y de paso, no hacerle daño a nadie más jamás.

No te limites tanto, no escondas lo maravillosa que puede ser tu alma. No te cierres a querer y que te quieran, aunque suene algo difícil de lograr...

Siempre hay excepciones. Siempre.

viernes, 11 de septiembre de 2009

No voy a luchar más


No se puede. Si no se puede luchar contra el pasado propio, menos se puede contra el ajeno. Simplemente, no me dan las fuerzas. O sé que voy a salir perdiendo, así que, para qué intentarlo?

Pensé por un pequeño instante, que era simplemente porque no había nada más. Porque, estaba sugestionándome a mi mismo con tal de convencerme de que sí. Pero, definitivamente, es algo que me persigue como el gato al ratón: piensan en otros, me comparan con otros. Y nunca seré como los otros, yo no soy ellos, yo no puedo ser ellos. Mierda, en mi no piensan? En el puto dolor que significa saber que...

Yo no soy él, ni él, ni ÉL... soy yo y yo no valgo nada, nada porque soy el presente mío y de nadie más, no soy parte del pasado de nadie y nunca lo seré... jamás, porque no puedo luchar contra el pasado ajeno...

Pero, está bien. Cada uno lucha con lo que puede luchar y si eso es un pasado que te marca, pase.

De ahí a que no duela, no lo puedo asegurar.

Está bien, así son las cosas, y ya me cansé sentimentalmente... me cansé, me ganaron, no vale la pena simplemente querer a alguien en el fondo de tu corazón. Como me acabo de dar cuenta que la quiero.

No debe saberlo, así será mucho mejor. Total, es todo lo que puedo dar.