viernes, 16 de julio de 2010

Mensajes

Estabamos en la estación esperando lo inevitable. Ambos llorabamos. Empecé a decirle puras estupideces que nadie, absolutamente nadie tomaría en cuenta, ni siquiera le importarían. Pero, sus ojitos llorosos me decían que sí, que a ella le importan y yo le importaba, a pesar del dolor de separarnos... nos queríamos... aún en ese preciso instante, nos queríamos.

Y sonó mi celular. Era un mensaje, uno sin importancia, de una amiga, algo simple. Pero justo antes de eso, le había dicho que nadie iba a ser tan importante para mi como ella y que nadie iba a serlo, ni siquiera pa mi celu "si eres la única que me manda mensajes! y la única que me importa que me los mande..."

¿Quién era?

Una amiga, nada importante...

Me reemplazaste rápido...

Y lloró más y más y más... Ahí supe lo que tenía que saber. Ella me quería, me quería mucho, se preocupaba por mi, yo me sentía importante para ella... cómo pude fallar... cómo pude... lo siento tanto...

Cómo mierda pude fallar...

No hay comentarios.: