miércoles, 14 de julio de 2010

Como antes

¿Qué te pasa?

No me pasa nada.

¿Y esa cara?, se ve que no te sientes bien...

Nada. A mi nunca me pasa nada...

Así siempre fui. ¿Para qué contar mis problemas? Y de llorar, ni hablar. Es lo que menos hacía, ni siquiera para cuando me pegaba en un dedo, nada de nada. Y no se trataba de que no me pasara nada o que no sintiera nada o que no sufriera. Todo lo contrario. Sentía dolor, sentía pena, tenía problemas... pero nadie lo debía saber. Era como algo autoimpuesto. Nunca tuve amigos con una confianza enorme en contarle el porqué a veces tenía pena. No.

Hasta que pasó el tiempo.

Empecé a contar más mis cosas y de verdad se siente el desahogo. Encontré las personas adecuadas que me entendían y me ayudaban. Pero eso, como la mayoría de las cosas en esta vida, duran poco. Mi vida ha dado algunos cambios y las circunstancias apuntan a que deberé volver a ser como antes...

Hay cosas que no duran para siempre. Ojalá que lo único bueno de volver a ser así sea el de que, aunque me guarde todo, todo mis problemas se esfumarán facilmente. Eso espero...

No hay comentarios.: