domingo, 28 de marzo de 2010

Nos juntamos, como siempre


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La esperé harto rato. Bueno, también debo reconocer que llegué temprano, así que me lo gané, en cierta medida. Me gusta juntarme con ella, no sé porqué, tal vez sea la soledad supina en la que me veo envuelto en estos momentos. Qué se yo.

Ahí llegó...

Estaba medio apurada. Como con pocas ganas. Hasta que me vio. De ahí, nos fuimos a un lugar tranquilo en donde poder coversar. Y comenzó a contarme sobre sus diversos dramas...

Al parecer tenía varios problemas. Y como siempre estaba para escucharla. Me gusta escucharla. Su voz. Mientras lo hacía, quería abrazarla, no sé... también me hubiese gustado decirle mis cosas... tenía problemas como todo el mundo y me encantaría que me escuchara. Pero, ella está primero.

Egoísta de mi parte...

Seguí escuchándola, nada más que escuchando... y esperando que me preguntara algo, no sé. Cómo estoy, cómo me ha ido... si me duele un dedo. No. Ella no sabía siquiera que fui al médico en la tarde para ver mi tratamiento... no lo sabe...

No creo que le interese...

En cambio yo, sabía todo de ella. Lo que le pasaba o lo que le dejaba de pasar. Claro, digo todo hasta cierto punto. Seguro que hay cosas que se reserva y ni me las dice. Pero al menos sé más cosas de ella, que ella de mi...

Eso igual duele un poco...

Es porque, al final, me gustaría que también recordara lo que me pasa o al menos lo supiera. Qué más da. Así son las cosas...

Al fin terminó de hablar y me agradeció que estuviera ahí para escucharla. Que me cuidara. Un abrazo y adiós...

Se fue y ni sabe que en unas semanas más me voy del país. Bueno, no creo que le interese...

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