jueves, 4 de febrero de 2010

Efímera


Bookmark and Share
Pensé que cuando te había conocido, ibas a ser una persona más en mi vida. Sin embargo, no sé qué fue, pero... al final, me sentí cada día más cercano a ti. Cada día te tenía más aprecio. Hasta que me fue inevitable quererte. Eras tan buena, atenta y desinteresada conmigo. Ofreciste tu compañía sin más. Y eso me encantaba.

Hasta que me encantó demasiado.

Fue inevitable, pero al final te volviste alguien muy importante en mi vida... alguien que me interesaba mucho, que me preocupaba, que me importaba demasiado. Más de lo que nadie en mucho tiempo me había importado...

Te transformaste en alguien tan importante, porque tú eres importante. Cuando me abrazabas, las pocas veces que lo hacías, sentí un calor desde tu alma tan fuerte, tan reconfortante, era tan suave tu voz al hablarme, recuerdas?, cuando te acurrucabas en mi y cerrabas tus ojos, eras una niña, una pequeña niña, me gustaba ser testigo de una ternura así en ti.

Ha pasado el tiempo y sigo creyendo en que eres sumamente importante en mi vida. A pesar de todo. A pesar del tiempo... pero, no sé. Al final, parece, que me equivoqué. Pensaba en que era importante también para ti, pero, pero, pero...

Solamente no quiero que olvides que te quiero. Mucho. Demasiado. Tanto que, siempre, aunque nunca más nos volvamos a ver, olvidaré a una niña pequeña con un alma bella, en mi regazo, acurrucada, soñando con algo mejor.

Como yo, ahora, sueño contigo. Efímera compañera...

No hay comentarios.: