domingo, 19 de julio de 2009

Niña sola


En el ático de su casa, vivía una niña sola. Completamente sola. Con suerte, interactuaba con las personas que le vendían cosas para sobrevivir, como víveres y alimentos. Fuera de eso, nada más. Vivía completamente sola. Pero, no porque fuera mala o algo por el estilo. Era porque, simplemente, el destino así lo quiso.

Eso sí, siempre hablaba con un niño que la iba a ver a la ventana del ático de su casa, el cual se quedaba horas conversando con ella y consolándola. Porque la niñita sufría por estar siempre tan solita, no quería y le daba pena, pensaba que no era justo, que ella "algo" había hecho para estar así. Él la consolaba y le decía que era una preciosa persona y que si lo pensaba bien, no estaba tan sola. Pero ella insistía e insistía. El niñito solamente la escuchaba y la consolaba.

Eso pasaba a menudo y la niñita estaba acostumbrada a hablar con este niño. De hecho, le gustaba hablar con él. Siempre le decía cosas bonitas y además, conversaban muy a gusto. El niñito le insistía que no estaba sola cada vez que hablaban. Ella no se convencía.

Un día hablaron y el niño le dijo lo mismo que siempre le decía. Ella le gritó que estaba sola y así se iba a quedar y lloró... que porqué le decía esas cosas, que eran ilusiones vagas. El niñito la miró y le dijo que la quería ver bien porque su alma era maravillosa y que ojalá algún día ella fuera feliz. Salió por la ventana llorando y se fue. Nunca más volvió.

La niña lo esperó, lo esperó y nunca llegó. Y se dio cuenta que ahora SÍ estaba sola, que el niñito era su compañía más preciada y que lo quería, tanto como él a ella, pero que jamás, jamás se dio cuenta de todo el cariño, afecto y amor que le daba ese niñito día a día que la iba a ver.

Lloró, lloró tanto que murió de pena al darse cuenta que tuvo la oportunidad de ser feliz y que, a fin de cuentas, no estaba sola.

Había alguien que la quería como nadie en el mundo la iba a poder querer.

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