miércoles, 24 de junio de 2009

La llamada que nunca llega


Sigue sin dormir

Lleva varios días así doctor. Cada vez que se acuesta por las noches, la paciente experimenta todo lo contrario a lo que puede ser el cansancio. Es como si su mente se disipara hacia otros pensamientos que no están relacionados con la somnolencia. Hemos intentado de todo doctor y nos ha sido imposible determinar qué sucede. También hemos estudiado su historia personal, tal vez tenga que ver con su problemática actual.

Hace muchos años que ella se sentía sola. No tenía a nadie a su lado, más que a su familia, lo que en cierto modo la reconfortaba. Pero seguía sin probar el amor. Ese amor verdadero que tantas veces le fue esquivo. Y no había sido por su apariencia, claro que no, principalmente se debía a su falta de carácter, fuerza, determinación, que terminaba alejando a quien se le cruzara por su corazón. Y seguían pasando los años.

Hasta que un día, conoció a un hombre divertido, tan parecido a ella que no podía más de dicha y emoción por tal descubrimiento. Era amable, cortés y no estaba interesado en más que amistad. Eso la llenó de alegría, era lo que siempre había soñado y estaba frente a ella día tras día.

No se atrevía a decirle lo que sentía. No se atrevía porque el rechazo le dolería mucho, así que prefería callar. Hasta que él se acercó a ella. No podía más de dicha, lo había logrado, lo había conseguido, sentía que ahora sí podía ser feliz.

Estuvo con él, se entregó a él por primera vez en su vida como jamás lo había hecho con nadie. Sintió que nada podía contra lo que sentía. Nada excepto él.

Supe que finalmente, el tipo siempre la llamaba por las noches, a eso de las 3 de la madrugada. Podían hablar cualquier tema, ese no era el punto. El punto era escucharse. Hasta que la dejó y el teléfono no sonó más. Tal vez, sea la causa de todo esto doctor, que ella espere ansiosamente todas las noches a que suene su teléfono y que sea él, su voz, sus problemas, sus chistes, sus frases... y si es eso doctor?

El doctor la mira y le dice...

No pensé que le afectara tanto que la dejara. De verdad que jamás lo pensé.

La mujer seguía mirando su celular inerte, mientras se abstraía de la realidad de manera tal que por las noches solamente pensaba en el sonido del ring y en él.

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