miércoles, 18 de marzo de 2009

Sentada en la mesa...


Hice lo posible para que las cosas se dieran por el curso normal. Lo posible no siempre logra resultados. Traté de que las cosas continuaran así, más tranquilas, olvidar, seguir. Lo intenté. Pero, bajo ningún pronóstico, no se cumplió.

No me puedo safar aunque quería. En realidad, dejé que fluyera naturalmente. Tal vez "he ahí el error", pero es que estoy chato de tener que calcular cada movimiento que hago, de hecho no quiero volver a hacerlo. Sorpresivo es lo de menos. Lo de menos.

Verla ahí, sentada. Se veía tan... no sé, ya no sé. Sólo atiné a ni siquiera dirigirle una mirada. Nada, hasta que se dio cuenta. Eso tampoco estaba dentro de los planes. De todos modos, de seguro luego lo olvidará y no lo tomará en cuenta, eso es lo bueno. Porque así tiene que ser. Así tiene que ser.

Estoy más triste que la mierda, pero nadie lo sabrá, aunque lo leas no lo comprendes porque no me conoces, solamente sé que me tengo que tragar esta pena, nostalgia, nerviosismo y stress con tal de seguir...

Las cosas debieron haber seguido estando como estaban, nada de reencontrarse, nada de nada. Esto se vuelve insoportable. Estaba tan bien pensado.... y de pronto todo cae en lo mismo, aunque sea un volátil instante...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las cosas son como son. Todos hemos pasado por eso. Todos nos hemos sentido, como bien dices, como la puta mierda, para renacer màs fuertes, como el Fénix.

Un abrazo