viernes, 18 de julio de 2008

Arkham


Cuando entré allí fue hace tiempo. Deseaba conocer tal lugar, porque me habían dicho que era tenebroso, frío, oscuro... pero a la vez era inevitable sentirte en casa. Su entrada se encontraba en penumbras, como una casa abandonada... mejor dicho, una mansión abandonada. Me recibió el más cuerdo de todos. Creo que era el más cuerdo de todos.

Le dije que hacía frío dentro. Me dijo que me acostumbrara... que era mejor que allá afuera... de hecho, era igual que allá afuera. Sólo que más acogedor. Y rió, se rió muy fuerte, muy fuerte... jajajajajajAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJajajajajajaja...!!!!!!!!!!!! daba miedo, pero también era gracioso. De verdad era gracioso.

Caminé por sus pasillos. Me encontré con más parecidos a él. Me miraban temerosos, pero con una extraña aura como si me conociesen. Como si me pidieran quedarme para siempre allí. Como si me dijeran... "qué bueno que volviste!"

Seguí recorriendo esos pasillos. Estaban llenos de enredaderas que apretaban cuan pitón asesina a sus pilares. Traté de tocarlas, pero no me dejaron. Con suerte me dejaban avanzar. El mismo tipo que me recibió comenzó a gritarme cosas. En realidad para él era una conversación totalmente normal. Me decía que había tenido un mal día... que por eso estaba aquí...

Pensé en todos los malos días que he tenido... practicamente hace más de un año que todos mis días son malos. Seguí avanzando hasta donde se encontraban aquellos que estaban por "temporadas" allí... su mirada era dopada... era nula, era de obediencia... no tenían voluntad propia. Otros reían y conversaban muy normalmente. Salvo algunos gritos de alegría un poco exagerados se veían normales y hasta simpáticos. Había de todo...

Deseaba hacerme el test de Rorscharch, mientras iba caminando por lo menos... y me dijeron que sí. Sólo vi murciélagos, caderas, y avispas carnívoras en sus dibujos y manchas. No quise decirlo. Sólo lo pensé y guardé las cartas.

Avancé por todos los rincones, y todos me observaban dándome la bienvenida, todos sabían que ese era mi lugar. Me movía con la energía que me daba la sanidad perdida. Quise sentarme y me relajé un rato. Un tipo me conversó sobre su gusto por las muñecas, sobre todo las vivas. Otro sobre su gusto por dar vueltas y vueltas y vueltas... la cabeza de sus víctimas... Otro finalmente, me dijo lo difícil que era levantar la taza de café luego de tener tan cortados los brazos. Así que decidió que era más cómodo cortarse el cuello. Salpicones de sangre en mi cara... nada nuevo...

Me levanté y decidí dar por terminado mi paseo. Salí y me encaminó el mismo tipo del principio. Me dijo que volviera cuando quisiera, que mi pieza me estaría esperando. Reí diciéndole que qué pieza... después de tres meses internado, no recuerdas nada...?, me dice. Me toco mi crecida barba, toco las cicatrices de mi rostro, las lágrimas secas en mis mejillas y me río... me río mucho y cada vez más fuerte... jajajajajajAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJajajajajajaja...!!!!!!!!!!!!

3 comentarios:

T. Sweeney dijo...

O.o impresionante O.o

no tengo palabras


cuidate xau ^^

T. Sweeney dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
T. Sweeney dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.