miércoles, 21 de mayo de 2008

AIR


Hoy me dediqué a ver solamente películas psicológicas. O sea, entre eso y filosóficas. Se cuestionaba principalmente el dolor. Eso que se vive a diario y que es inevitable. Desde cosas pequeñas a situaciones que te desquician.

Si el tipo de la boletería te atiende mal, te molesta... porque sientes que no lo mereces. Si alguien te dice que no a una invitación, sientes desolación. Pero son instantes tan pequeños, que en realidad no te das cuenta, pero las heridas se van acumulando en el alma, y la van dañando cada vez más.

Y llega el momento en que algo te destroza. Te vuelve inestable. Te duele tanto que no puedes aguantar la idea siquiera de existir. Si nacieramos con un escudo que nos protegiera de esto, sería todo tan fácil, pero no es así. El dolor es inevitable tal como lo es que nos hagan daño y vice versa, aunque no lo aceptemos.

Aire. Necesitamos aire. Olvido. Necesitamos olvido. Escape. Necesitamos escape.

Si no hubieran otras personas a nuestro alrededor nada de esto sucedería. Pero tampoco sucedería eso que llaman felicidad. Así que, no nos queda más que vivir la realidad tal cual es. Aunque duela más que la mierda, que nada sale como deseas, que todo se te va al carajo, que no todo es para siempre y darse cuenta que nada es como en tus sueños, en esos donde todo es bello y sin final. Sin final.

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