viernes, 6 de octubre de 2006

Nada de nada

Que triste es ver como ya nada existe. Estas palabras que ahora escribo, nadie las leerá jamás, ya que nadie está dispuesto a leerlas. No llaman la atención, no son importantes, en definitiva, no son relevantes. Porque este Blog nadie lo lee. Ni siquiera yo le pongo demasiada atención. No es mi prioridad, nunca lo fue, nunca lo será. Mis instancias para expresarme son otras. Desprecio, odio, rabia, alegria, felicidad, el Tanatos y el Eros que nos consume como seres humanos en la vida diaria.

Lo que nos rige a todos per se, el comprotamiento que tenemos sin importar qué hagamos. Esa es mi manera de expresarme. No tengo otra y este Blog demuestra las ganas de tratar de abarcarlo todo, de poder una ventana donde puedan saber que me interesa y que no. Pero no resulta. Y nunca resultará, porque las visitas son bajas, nadie lee, nadie sabe. Podría escribir que me voy a matar y nadie lo sabría, que lo haré colgándome de un árbol a la tarde. Sería una especie de carta de confesión. Pero nadie la leería.

Por eso me despido de manera agónica de este espacio, escribiendo de a gotas, tal como el derramamiento de sangre, de a poco, ya que cuando cumpla un año este Blog, lo cerraré. Pero algo nuevo puede nacer, no necesariamente algo confesional y personal. Pero puede nacer. Uno nunca sabe. Nunca.